
Parece que Francia quiera salirse del Eurodrone, de hecho lo han reconocido varias veces, y quieren optar por desarrollos propios. Y con el Next Generation Fighter, el caza de nueva generación que se integra dentro del sistema FCAS, exigen el 80% de la carga de trabajo, así que también parece que o lo quieren para ellos solos, o salirse.
El director del fabricante francés de aviones Dassault, Éric Trappier, ha señalado en varias ocasiones en el pasado que, desde su punto de vista, su empresa puede construir un nuevo avión de combate sin el apoyo de terceros. Además, está insatisfecho con la distribución de tareas en el proyecto franco-alemán-español de defensa Future Combat Air System (FCAS) y, hace pocas semanas, en una entrevista durante el Paris Air Show, exigió el liderazgo en el subproyecto del FCAS para el desarrollo de un nuevo avión de combate, el New Generation Fighter. Como alternativa, planteó incluso la posible salida de Dassault del programa.
Según leemos en Hartpunkt, fuentes bien informadas dicen que el gobierno francés ahora habría respaldado las exigencias de Dassault. Se dice que el Ministerio de Defensa en Berlín fue avisado de que Francia aspira a un 80 por ciento de participación en la carga de trabajo del New Generation Fighter, lo que trastoca por completo la distribución de tareas acordada tras largas negociaciones entre las naciones e industriales participantes.
Ya no se podría hablar de una relación de igualdad entre los socios. Esto podría suponer a largo plazo el fin del desarrollo de aviones de combate en Alemania y España, ya que todos los componentes esenciales quedarían en manos francesas. A España le quedaría la industrialización del Hürjet, y a Alemania el desarrollo de los puntos fieles, tambien conocidos como remote carriers o collaborative combat aircrafts. El desarrollo de este tipo de aeronaves, dice el medio alemán, apenas podría compensar la pérdida de volumen, experiencia y capacidad. Citan también un estudio de la Asociación Alemana de la Industria Aeroespacial (BDLI), que dice que solo los 38 Eurofighter del Tramo 4 para la Bundeswehr aseguran unos 7800 puestos de trabajo de alta tecnología en más de 100 empresas alemanas.

Christoph Schmid, portavoz del SPD para la Luftwaffe y el FCAS en la Comisión de Defensa del Bundestag, ya había oído hablar desde hace tiempo en círculos industriales sobre posibles intentos de Dassault de «reequilibrar». Dice Schmid que si el gobierno francés insiste en no dar marcha atrás en la demanda de un 80% de la carga de trabajo, podría representar el “clavo en el ataúd” del proyecto conjunto. «No podemos aceptar eso», dijo Schmid a Hartpunkt, «Aceptar esta exigencia implicaría ceder demasiada independencia y soberanía, y en última instancia, financiar con dinero alemán un proyecto francés». Y con dinero español, añadimos nosotros.
Según el medio alemán, ni la BDLI ni portavoz alguno del Ministerio de Defensa pudieron ser contactados. Sin embargo, según fuentes del Ministerio, Alemania sigue considerando válidos los acuerdos existentes dentro del consorcio FCAS.
Ahora queda por ver cómo reaccionarán los actores involucrados.
Francia detalla el aumento del gasto en defensa, mientras avanza el estudio del Rafale F5
Francia ha anunciado nuevos pedidos de defensa por un valor de 4.000 millones de euros (4.700 millones de dólares), sumando un total de 12.000 millones de euros en esfuerzos de defensa durante la primera mitad de 2023. Este gasto forma parte de un presupuesto militar total esperado de 31.000 millones de euros para 2025.
Entre las asignaciones, se destinarán 318 millones de euros a Dassault Aviation para el estudio de mitigación de riesgos del futuro estándar F5 del Rafale, la continuación de la producción de aeronaves Rafale y el trabajo en el Sistema de Armas de Nueva Generación (NGWS). Además, se lanzará un demostrador de planeador espacial como parte del proyecto Vortex.
Thales recibirá 725 millones de euros para desarrollar enlaces de datos para el Rafale, que contará con el estándar operativo F5 a principios de la próxima década. Safran invertirá 128 millones de euros para acelerar la producción de su arma aire-superficie AASM, mientras que MBDA destinará 69 millones de euros a la continuación del misil antibuque Exocet.
Por último, Airbus recibirá 89 millones de euros para la producción de helicópteros H225M Caracal para la fuerza aérea francesa. En total, se espera que el gasto militar de Francia alcance los 268.000 millones de euros entre 2024 y 2030.