Ala Rogallo para lanzamiento de material con precisión

La entrega de suministros a unidades aisladas o sitiadas ha demostrado ser imprescindible en todos los conflictos. La Segunda Guerra Mundial introdujo la entrega por aire, con el lanzamiento en paracaídas de los suministros. Sin embargo la falta de precisión de estos envíos hacía que muchos se perdieran o incluso llegaran a manos equivocadas. Por ello se ha intentado realizar el lanzamiento de suministros en paracaídas teledirigidos. Éste es, posiblemente, uno de los intentos más antiguos, utilizando un ala Rogallo en lugar de un paracaídas.

El ala Rogallo es un tipo de ala flexible inventado en 1948 por Francis Rogallo, un ingeniero de la NASA, y su esposa Gertrude Rogallo, a la que llamaron Parawing, aunque suele ser conocida como «Ala Rogallo»

La NASA consideró utilizarla como un sistema de recuperación para las cápsulas Mercury y Gemini, aunque abandonó la idea en 1964 en favor de los paracaídas convencionales.

Ryan Aeronautical Company retomó la idea para realizar entregas de suministros con precisión, aunque éstos fueran lanzados desde un avión o un helicóptero.

Ala Rogallo teledirigida de Ryan remolcada por un helicóptero, vía Flickr

Podía funcionar de dos modos, bien remolcada por una aeronave, bien lanzada. En este caso, en una primera fase el ala funcionaría como un paracaídas, y una vez inflado actuaría como un planeador.

Todos los ensayos se realizaron en Yuma, Arizona, entre el 4 de octubre de 1962 y el 1 de marzo del año siguiente.

Los ensayos demostraron que se podían entregar con fiabilidad cargas que variaban entre las 100 y las 300 libras (de 50 a 150 kilos aprox). El radio de giro de planeador variaba entre los 200 y los 400 pies (de 30 a 60m), mientras que la tasa de planeo era similar a la de una piedra (2.8:1), con una velocidad vertical de entre 600 y 900 pies por minuto. La velocidad de vuelo era de 23 nudos (~40km/h).

Los ensayos de los vuelos planeados se realizaron a 95 nudos desde 9000ft sobre el terreno, que con la tasa de planeo de 2.8:1 le daba un alcance de unos 7.7km.

El control se conseguía gracias a un sistema de control remoto. El planeador llevaba dos compartimentos, uno con una batería de 28V y la antena, y otro con una batería de 12V y los servos.

Se realizaron 139 lanzamientos aéreos. En ellos se probaron distintas configuraciones de masas lanzadas, empaquetados y plegados del ala y distribuciones de las líneas que unían la carga útil y el ala. También se ensayaron distintos sistemas de control. En la primera treintena de lanzamientos se intentó utilizar el control por desplazamiento del centro de gravedad, sin éxito. Por ello se cambió el control a las líneas del ala flexible, como en los modernos parapentes.

Algunas de las configuraciones demostraron ser viables, aunque con esas tasas de caída hacían imprescindible el uso de amortiguadores de cartón para la carga.

Los ensayos operacionales se llevaron a cabo en Tailandia, de mayo a junio de 1963, de forma conjunta entre Ryan, ARPA, y los ejércitos estadounidense y tailandés.

En los ensayos operativos se pretendía demostrar la funcionalidad del sistema y su valía tanto para militares como para la policía y la patrulla de fronteras tailandesas, y su capacidad de operación en áreas remotas, así como las necesidades de formación y entrenamiento de personal para su uso.

El ala utilizada tenía un peso máximo al despegue de 386 libras, con una capacidad de carga de 300 libras. Fue lanzado desde distintos tipos de aeronaves, como C-47, Caribou, L-20 (DHC-2-Beaver), H-34 y UH-1.

El sistema de lanzamiento era por el portón lateral, con un sistema de apertura automático, parecido al de los paracaídas: La vela del ala iba dentro de una manga, que a su vez se cogía a la línea de lanzamiento. Al lanzarse por la puerta la vela salía de la manga, que quedaba en la línea, y se desplegaba automáticamente. Este proceso llevaba unos 4 segundos, desde que se producía el lanzamiento hasta que la vela estaba inflada y con forma de ala.

En tierra, un controlador debía tomar el control del planeador para dirigirlo hacia la zona de recepción deseada. Podía hacerlo de dos formas, bien por control manual o bien por control automático. En éste último el operador en lugar de controlar la aeronave, monitorizaba un sistema que, una vez encendido, dirigía de forma automática el planeador hacia él, hasta que llegaba a su vertical, y entonces comenzaba un descenso en espiral. El planeador aterrizaba así, de forma autónoma, en un radio de 100ft (30m) al rededor de la antena. Se comprobó que durante el control manual ésta era también la forma más sencilla de recuperar el planeador, dirigiéndolo hacia la vertical del controlador y aplicando después controles totalmente a la derecha o a la izquierda, para descender describiendo una hélice. Además esta maniobra reducía el tiempo de entrenamiento del operador, así como el tiempo que quedaba expuesto potencialmente el planeador al fuego enemigo.

El transmisor tenía un alcance de 25 millas, si ningún obstáculo, como montañas, se interponía entre él y el paquete lanzado.

Los ensayos se realizaron en todo tipo de terreno, con lanzamientos desde 10000ft, entrenamientos en aeródromos, lanzamientos en zonas despejadas, pero también en zonas de alta montaña y muy boscosas. ¡En uno de los lanzamientos, los controladores de tierra fueron lanzados en paracaídas y tuvieron que caminar tres días hasta la zona de recepción! En el primer lanzamiento, el sistema falló y al equipo le llevó otros tres días localizar el ala, pintada de verde oliva, en la jungla. Por este motivo se suspendieron los lanzamientos en la jungla, hasta que se logró mejorar la fiabilidad del sistema.

Las investigaciones dedujeron que los fallos se habían producido durante el lanzamiento, tras sufrir daños en el lanzamiento desde la línea.

Se hicieron entregas de más de cien kilos de carga, amortiguada por el sistema de cartones, que se demostró muy eficaz.

Con la llegada de la estación de lluvias se comprobó que el sistema no era adecuado para funcionar en esas condiciones.

Las conclusiones de la policía fueron que aunque el sistema necesitaba mejorar en fiabilidad, su coste podría amortizarse en uno o dos lanzamientos, evitando además la pérdida de material lanzado en paracaídas convencionales. El ejército concluyó que el aumento de precisión en el punto de toma de la carga podía merecer la pena para operaciones nocturnas o lanzamientos en zona de montaña, además de operaciones militares donde la baja visibilidad del sistema, su silencioso funcionamiento y la posibilidad de operar de noche facilitaba la entrega de material a las unidades sin delatar su posición. Por supuesto, se juzgó como un buen sistema para re-aprovisionar a las patrullas que estaban desplegadas en la jungla del país.

Las conclusiones del informe estadounidense fueron positivas para el sistema, si exceptuamos que pedían una mejora de un 90% en la fiabilidad para considerarlo viable para un despliegue operativo.

Nos consta que se realizaron otros ensayos en los que, además de ser dirigible, se le incorporaba una hélice, lo que permitía aumentar su alcance, así como aterrizajes más suaves.

En su lanzador con la hélice parada
En vuelo

Gracias @MassiasThanos que me descubrió la historia y los pdfs, y al usuario @_ooo0OOOO0ooo_ que nos hizo llegar a Massiasy a mi un recorte del 29 de agosto de 1951 del St. Louis Post-Dispatch en el que se ve cómo el ejécito había intentado de otros modos mejorar la precisión de la entrega de las cargas aerotransportadas, en esta ocasión con unos discos volantes que hacían a su vez de contenedor de agua o gasolina, y prescindían del paracaídas.

Fuente: Flexible Wing precision drop glider [pdf], final report, Operational Demonstration And Evaluation Of The Flexible Wing Precision Drop Glider In Thailand [pdf] vía Thanos Massias; Secret Projects

Antes que el correo por drone fue el correo por misil

Y con esta entrada ¡¡llegamos a las 2000!! Muchas gracias por habernos acompañado todo este tiempo. Y, aunque tocaba podcast, que vendrá la semana que viene, lo hemos cambiado por una entrada especial. Esperemos que disfrutéis de ella celebrando con nosotros estas 2000 entradas.

Hoy día se lee y se escucha acerca del futuro de las entregas de paquetería y de correo gracias a los drones. Pero antes que los aviones no tripulados fueron los misiles.

Durante la Contraofensiva alemana de las Ardenas, se probó a entregar ciertos elementos de imperiosa necesidad disparándolos desde cañones (como se explica y se ve en el vídeo de aquí abajo). Esto dio la idea de entregar correo y otros bienes usando misiles.

Por un lado estuvo el misil Lobber, de Convair. En 1958, Convair diseñó un cohete no guiado, que se lanzaba desde un sistema similar al de los morteros, capaz de transportar hasta 23kg (50 libras) a una distancia de 13km (13 millas). Al acabar el combustible del motor cohete, se abría un paracaídas que aseguraba entregar los bienes de su interior con una precisión de un campo de fútbol.

Y en 1959 se hizo la primera y única entrega de correo gracias a un misil Regulus.

Antes de que el hombre llegue a la luna, el correo se entregará en cuestión de horas desde Nueva York a California, Gran Bretaña, India o Australia mediante misiles guiados,

Postmaster General Arthur E. Summerfield en Engineering 360

El 8 de junio de 1959, se lanzaba desde el submarino USS Barbero un misil Regulus cargado con 3000 cartas idénticas, escritas por Summerfield, que alcanzarían su destino, la Estación Naval de Mayport. en tan solo 22 minutos. Una vez llegadas a su destino, siguieron su curso de forma ordinaria. Todos los miembros del submarino recibieron, a su vez, una copia de la carta, una rareza filatélica.

Ambos proyectos fueron cancelados por su precisión. En el primer caso, por su falta de precisión. En el segundo, porque había sido demostrada su elevadísima precisión, y utilizar este tipo de misiles para servicios regulares, públicos y abiertos hubiera dotado de muchos datos de inteligencia de forma abierta a los soviéticos.

Vía @MassiasThanos, Fuentes: Smithsonian , Recovery Ships, Aerospace Projects Review

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CH53K realiza ensayo de carga en eslinga con un F35C

Una célula del F-35C Lightning II, no aeronavegable, ha «volado» en eslinga como parte de la certificación de carga externa del CH-53K King Stallion, el 13 de diciembre de 2022, en la Estación Aérea Naval Patuxent River, Maryland.

Es la estructura es del primer F-35C, variante para portaaviones, un antiguo avión de ensayos de vuelo de desarrollo, que se encontraba en la unidad de ensayos de Patuxent River, F-35 Integrated Test Force (ITF). Los equipos de prueba de la ITF colaboraron con el Escuadrón Uno de Evaluación y Pruebas Operativas de la Marina (VMX-1) y un equipo de apoyo de helicópteros de la Marina, con el Batallón de Logística de Combate (CLB) 24, Regimiento de Logística de Combate 2, 2º Grupo de Logística Marina para realizar el ensayo, para el que fue necesario realizar un centrado de la carga, correcta instalación de eslingas y aparejo de izado, y posterior izado.

Video de la Marina de los EE. UU. por Dane Wiedmann.

Boeing ha presentado nuevo concepto de avión de carga militar

Boeing ha presentado una maqueta de un nuevo concepto blended wing body para transporte militar y avión cisterna durante un evento de ciencia y tecnología de la AIAA.

Y, aunque tan sólo es una maqueta, es tan resultona que hemos decidido traerla, aunque no dejen de surgir preguntas como… ¿Dónde tiene la rampa de carga para tanques y helicópteros?¿No da mejor capacidad de carga un fuselaje más cuadrado?¿No parece que sólo tiene volumen de carga importante en la zona de morro, mientras que la trasera es demasiado fina para albergar nada de carga?¿Será útil sólo como cisterna?

El año pasado, en este mismo evento, presentó un avión hipersónico que recordaba a los diseños de pasajeros del Valquirie, de los que os hablamos hace unos días.

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Megalifter: medio avión-medio dirigible gigante de carga

No es la primera vez que hablamos de híbridos avión-dirigible que intentan aunar lo mejor de cada aeronave: los bajos costes de mantener en vuelo el dirigible y su capacidad de despegue y aterrizaje en poco espacio pero evitando los problemas derivados de su flotabilidad a la hora de manejarlo en tierra, junto con una mayor velocidad de crucero.

El concepto de un híbrido aeronave más ligera que el aire-aeronave más pesada que el aire (o dirigible avión) parece haberse originado a mediados de la década de 1950 con Goodyear Aircraft Corp. y su dirigible no rígido Dynamic Lift [pdf]. Avanzó aún más en el mediados de la década de 1960 por Aereon Corporation con sus Dynairship.

En 1972, Frank M. Clark, uno de los fundadores de Megalifter Co., lanzó el desarrollo de su híbrido. Las principales ventajas reivindicadas para este gigantesco avión híbrido eran mayor estabilidad, mayores cargas útiles, menor costo y distancias de despegue más cortas que los aviones de transporte pesado convencionales.

La sustentación debía venir tanto del ala, como de las celdas de gas helio que rellenaban el fuselaje, como de la forma de fuselaje sustentador del mismo. En el interior habría un túnel, que sería la zona de carga. La estructura del fuselaje la formaría, básicamente, un exoesqueleto de malla geodésica. La resistencia estructural la proporcionarían el túnel de carga, a modo de viga de quilla, la malla geodésica del exoesqueleto y las cámaras de helio, como en los aviones inflables. La cabina de los pilotos sería la estándar de un C-5 Galaxy.

Comparación de tamaños Megalifter-C5 Galaxy. También se observa que comparten sección de morro.

El Megalifter se consideró adecuado para su uso como banco de pruebas para el programa del Centro de Investigación Langley de la NASA sobre la viabilidad de utilizar hidrógeno como combustible para aviones. Un estudio similar se había llevado a cabo en los años 50 sobre un Canberra.

En 1974, el Megalifter se propuso a la NASA en respuesta a su petición de ideas para usar vehículos más ligeros que el aire para satisfacer las necesidades futuras de transporte de grandes cargas. Sin embargo, no se proporcionaron fondos significativos de la NASA para el desarrollo de Megalifter. Con el apoyo financiero de Howard Hughes, el trabajo en el Megalifter continuó hasta la muerte de Hughes en 1976. Nunca se construyó un Megalifter.

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Fuentes

  1. Popular Mechanics y [-2-]
  2. Patente del Megalifter
  3. LynceAns