Segunda entrega con Carlos y Juan, hablando de la fuerza aérea iraní. En concreto de la rama no regular, de la dependiente de los Guardias de la Revolución. Aviones anticuados, desarrollos de misiles y pilotos pertenecientes a un cuerpo fanatizado. ¿Nos acompañas?
Ya os avanzamos que los drones quedarán para la tercera entrega.
pd: Si la intro y la despedida os son familiares, que no os sorprenda. En un ejercicio de nostalgia podcasteril he hablado con Javier Lago para pedirle permiso y utlizar la introducción que hizo para el que, si no recuerdo mal, fue el primer podcast español sobre aviación: Remove Before Flight RBF podcast
Que la guerra del futuro, casi del presente, va a estar llena de UAVs, ahora drones, lo llevamos diciendo ya un tiempo, desde que empezamos a hablar de enjambres y puntos fieles.
Un punto (wingman, en inglés) fiel no es más que un avión de combate, normalmente con características similares al que pilota un humano (incluso se ha hablado de hacerlos opcionalmente tripulados), que vuela junto con un líder humano. Si las formaciones típicas son de cuatro aviones, esto haría que se pudiera trabajar, por ejemplo, con un líder y una pareja humanos y sus puntos IA, o incluso un líder humano y tres puntos IA, multiplicando el número de aviones controlados por humanos en un solo vuelo.
Un enjambre es intentar ganar la partida por saturación. Por muy sofisticado que sea un sistema anti aero o por muy tonta que sea el arma con el que se ataca, el sistema de defensa puede verse superado si el número de armas atacantes es tan alto que sobrepasa, Satura, su capacidad.
Éste es el caso del último anuncio del Departamento de Defensa de Estados Unidos, con su iniciativa Replicator.
El plan militar de Estados Unidos para frustrar a China con miles de drones de guerra autónomos
El Departamento de Defensa de Estados Unidos espera que su iniciativa Replicator, para fabricar en masa sistemas de armas autónomas en todos los dominios, contrarreste la superioridad de personal de China en caso de que decida invadir Taiwán.
La Subsecretaria de Defensa de Estados Unidos ha iniciado oficialmente las guerras de drones de inteligencia artificial, anunciando un radical plan «Replicator» para poner en servicio muchos miles de drones de guerra autónomos e inteligentes en un plazo de 18 a 24 meses, para disuadir una invasión china a Taiwán.
«Replicator pretende ayudarnos a superar la mayor ventaja de la República Popular China, que es la masa», dijo la Subsecretaria de Defensa Kathleen Hicks en su discurso principal a principios de esta semana. «Más barcos. Más misiles. Más personas. Antes de que Rusia invadiera Ucrania nuevamente en febrero, parecían tener esa ventaja también».
«Estados Unidos no utiliza a nuestras personas como carne de cañón como hacen algunos competidores… Superamos a los adversarios pensando más, con mejor estrategia y maniobrando mejor… Nuestra verdadera ventaja comparativa… es la innovación y el espíritu de nuestra gente».
¿No es entonces el presupuesto anual de ~900 mil millones de dólares, que representa un sólido 40% del gasto militar mundial y más del doble de los presupuestos de China y Rusia combinados? ¡Así es!
De cualquier manera, la iniciativa Replicator está diseñada para «contrarrestar la masa del Ejército Popular de Liberación con nuestra propia masa, pero la nuestra será más difícil de predecir, más difícil de alcanzar, más difícil de vencer… Vamos a crear un nuevo estado del arte… Aprovechando sistemas autónomos y fungibles en todos los dominios, que son menos costosos, ponen menos personas en la línea de fuego y pueden ser cambiados, actualizados o mejorados con plazos de ejecución sustancialmente más cortos».
Para traducirlo del lenguaje militar, Estados Unidos se compromete a poner en el campo varios miles de drones autónomos antes de septiembre de 2025. Serán voladores, terrestres, marinos, submarinos, e incluso algunos en órbita. Serán capaces de formar enjambres o de operar completamente solos donde las comunicaciones sean difíciles o imposibles. Y serán fungibles, en el sentido de que se considerarán activos desechables.
Los robots autónomos producidos por la iniciativa Replicator, según Hicks, serán «desarrollados e implementados de acuerdo con nuestro uso responsable y ético de la inteligencia artificial y los sistemas autónomos».
«Debemos asegurarnos de que el liderazgo de la República Popular China se despierte cada día», dijo Hicks, «considere los riesgos de la agresión y concluya que ‘hoy no es el día’ -y no solo hoy, sino todos los días, desde ahora hasta 2027, desde ahora hasta 2035, desde ahora hasta 2049 y más allá».
Cabe mencionar que, como señaló el Servicio de Investigación del Congreso en mayo de este año, en realidad no hay una definición acordada de lo que constituye un Sistema de Armas Autónomo Letal (LAWS, por sus siglas en inglés), y la guía ética del Departamento de Defensa sobre tales dispositivos es bastante flexible, permitiendo prácticamente cualquier cosa que un comandante u operador decida, incluida la capacidad de que estos dispositivos elijan sus propios objetivos y disparen, bombardeen o se inmolen cual kamikaze, siempre y cuando el robot de guerra haya sido diseñado y probado adecuadamente.
La intención prácticamente declarada aquí es repeler un intento militar chino de recuperar Taiwán, una amenaza que ha estado presente durante décadas.
«América aún se beneficia de plataformas que son grandes, exquisitas, costosas pero escasas», agregó Hicks. «Pero Replicator cambiará la innovación militar estadounidense para aprovechar plataformas que son pequeñas, inteligentes, baratas y numerosas».
Es difícil decir si entrar en una vendetta de fabricación electrónica contra el fabricante de electrónica más grande del mundo resultará inteligente, pero así es como inevitablemente debe evolucionar la guerra. Una cosa es segura: Replicator será costoso, especialmente una vez que China entre en la dinámica y haga una tecnología para contrarrestar toda la iniciativa en sí misma, es algo que se da por hecho»
«También nos enfocamos a cómo responderemos y cómo lograremos este objetivo», dijo Hicks, «para que podamos escalar lo relevante en el futuro una y otra vez y otra vez. ¿Más fácil decirlo que hacerlo? Sin duda. Pero lo haremos».
Cuando hablamos del cañón de Vickers de 40mm que pretendía destruir un avión completo con un solo impacto, comentamos también que hasta ese momento los aviones habían estado equipados con ametralladoras de calibre de fusil (entre 7 y 8mm de diámetro), y que con el incremento de blindaje, sistemas de depósitos auto-sellables y estructuras con caminos múltiples de carga, hacían cada vez más duro derribar un avión. Por ese mismo motivo se intentó diseñar el cañón de 20mm. Los alemanes no tenían ese problema, puesto que se habían concentrado hacía tiempo en dos calibres, la ametralladora ligera y el cañón de 20mm, como estuvimos descutiendo con Héctor Guillén en el podcast de «La Ametralladora y el Avión». Hoy os traemos el testimonio gráfico de lo que podían hacer los cañones de 20mm si impactaban en un avión. ¡imaginad lo que hubiera hecho el de 40mm!
La Ametralladora y el Avión, cómo unieron sus destinos para crear el avión de caza, y su evolución hasta el nacimiento de los misiles.
Al comienzo los aviones poco menos que servían para «asustar a los caballos del enemigo». Poco a poco tomaron importancia sus misiones de reconocimiento, durante las cuales un encuentro con el enemigo se podía saldar con un amistoso saludo; y finalmente nació el caza, de esa necesidad de derribar los aviones y globos de reconocimiento del enemigo. Luego, la carrera por aumentar su capacidad de destrucción llevó al aumento del número de ametralladoras o del calibre, o de ambos. ¿Nos acompañáis a Héctor Guillén y a mi en esta carrera… armamentística?
pd: Si la intro y la despedida os son familiares, que no os sorprenda. En un ejercicio de nostalgia podcasteril he hablado con Javier Lago para pedirle permiso y utlizar la introducción que hizo para el que, si no recuerdo mal, fue el primer podcast español sobre aviación: Remove Before Flight RBF podcast
En 1936, la Royal Air Force quería encontrar un arma antiaérea que pudiera derribar aviones enemigos de un solo impacto. Realizaron experimentos y descubrieron que los proyectiles de 40 mm o más grandes podían causar suficiente daño.
En 1938, la Royal Air Force contacta con dos fábricas, Vickers y Rolls-Royce para el desarrollo de una nueva generación de cañones de aviación de 40 mm. Los desarrollos de Rolls Royce no llegaron a nada. El de Vickers…
El diseñador jefe Percy Higgson desarrolló el cañón aéreo tipo S de 40 mm basado en el cañón de 37 mm (Cow Gun) de Coventry Works.
En base a la información disponible, Vickers eligió el proyectil de artillería antiaérea de 2 libras de la Marina como munición para el cañón de avión Tipo S de 40 mm.
A principios de 1940, el prototipo fue enviado a Woolwich para ser probado en la Dirección General de Artillería. La prueba fue muy exitosa. Poco después, Vickers recibió el primer lote de pedidos.
Más tarde, el cañón de 40 mm de la compañía Vickers se instaló en una torreta especialmente diseñada para el bombardero Wellington Mk.II (número L4250) para realizar pruebas.
Con un arma de tal calibre, longitud de cañón y tamaño de la torreta, el Wellington parecía un tanque con alas. La torreta defensiva no fue, finalmente, adoptada por la RAF. Es de suponer que se enfrentaría a los mismos problemas que otros cañones de calibre equivalente que se ensayaron durante la época: la velocidad de boca era relativamente pequeña, la caída del proyectil era mucha, y la puntería difícil. Si esto era tarea ardua contra bombarderos, tanto más como arma defensiva de bombarderos contra cazas pequeños y ágiles.
Después de la caída de Francia en junio de 1940, John Bull necesitaba urgentemente un arma que pudiera destruir las unidades blindadas alemanas, cada vez con blindajes más gruesos.
Los expertos de la Administración General de Artillería concluyeron que si se producía un proyectil perforante de blindaje de 40 mm adecuado, el cañón Vickers S podría usarse contra tanques y vehículos blindados alemanes. La Fuerza Aérea Británica realizó inmediatamente un pedido de 100 cañones Tipo S para instalarlo en Hawker Hurricanes.
Para equipar el cañón, Hawker debería modificar el diseño del caza. Antes de que el Hurricane fuera modificado, el cañón sería instalado y ensayado en un Mustang I de la RAF.
En septiembre de 1941, el cañón de 40 mm se instaló en un Hurricane II Tipo B (No. Z2326) para realizar pruebas, que resultaron exitosas: El proyectil perforante penetró el casco y la torreta blindadas del tanque que se usó como objetivo.
Al principio, los cañones de 40 mm se encasquillaban con frecuencia. Más tarde, se descubrió que el material del proyectil utilizado por Kynoch, el fabricante, tenía un coeficiente de expansión térmica alto, por lo que al ser disparado, con el calor se expandía y quedaba encasquillado. Como medida temporal, se debía aplicar aceite lubricante al proyectil antes de cargar la munición.
Los británicos modificaron el Hurricane II C para acomodar dos ametralladoras de 7.7mm, cuyas trazadoras servían para hacer de puntería y para una relativa autodefensa, y dos cañones de 40mm, con 15 tiros por arma. Recibirían la designación de Hurricane II D. La producción comenzó en la primavera de 1942.
Según las necesidades, el cañón Vickers tipo S de 40 mm puede disparar dos tipos de munición, perforante (AP) o de alto poder explosivo (HE), con una cadencia de tiro de 100 disparos por minuto.
Los proyectiles perforantes se dividen en Mk I y Mk V. El proyectil I pesa 2 libras y puede penetrar de 50 mm de blindaje en un ángulo de 30 grados. El V, desarrollado en 1943, pesa 3 libras y su capacidad perforante había aumentado en un 10 %. Básicamente podían destruir cualquier tanque alemán, a excepción del Tigre.
El comportamiento balístico de la munición de 40mm era más próximo al de las ametralladoras que el de los cohetes antitanques, por lo que se estimaba que el 25% de la munición del primer tipo hacía blanco, mientras que tan solo el 5% de los cohetes hacían blanco.
Sin embargo el Hurricane para ataque a tierra con cañones caza tanques poco tenía que ver con sus hermanos: era 64km/h más lento y mucho menos maniobrable.
En junio de 1942 la primera unidad operativa fue desplegada en África, donde tuvo éxito desde sus primeras misiones. Sin embargo fue presa fácil de los Bf 109F.
El Hurricane caza tanques también entraría en servicio en el teatro de operaciones del Pacífico, donde el más ligero blindaje empleado por los japoneses lo hacía incluso más efectivo.
El Hurricane Mk II fue mejorado, con cuatrocientos caballos más y 175kg de blindaje adicional. Además fue equipado de las que se vinieron a llamar «alas universales», que podian montar cualquier combinación de ametralladoras y cañones de las distintas variantes del Hurricane, además de bombas y cohetes, naciendo así el Mk IV.