Aurora progresa con los ensayos para el ekranoplano de DARPA

Llevamos un tiempo siguiendo las andaduras de DARPA y su Liberty, algo así como la reedición futurista de los Liberty Ships de la Segunda Guerra Mundial, pero en vehículo de efecto suelo, o ekranoplano.

Como hemos comentado en el podcast con nuestro amigo Carlos en más de una ocasión, creemos que el teatro de operaciones estadounidense del futuro va a ser marítimo, concretamente en la zona de Taiwan, así que necesita vehículos que pueda desplazarse a gran velocidad hasta la isla. Y esta aeronave, pensada para no volar más que rascando el agua, podría ser una buena solución: gran capacidad de carga a alta velocidad. Y además, DARPA solicitaba que fuera con materiales no habituales en aeronáutica, así que imaginamos que se estará pensando en acero inoxidable, más resistente a ambientes marítimos que el aluminio.

Y Aurora acaba de anunciar en una nota de prensa que el proyecto marcha adecuadamente, realizando los ensayos correspondientes al contrato de la Fase 1B. Y, siendo Aurora una compañía de Boeing, suponemos que se beneficiarán de todos los conocimientos adquiridos por esta última durante el desarrollo de su Pelican.

El programa centra el foco en tres aspectos:

  • Operaciones marítimas ampliadas: Se hará hincapié en el funcionamiento en estados de mar turbulentos mediante la creación de capacidades STOL para reducir la carga de impacto de las olas durante el despegue/aterrizaje y nuevas soluciones de diseño para absorber las fuerzas de las olas. Además, el proyecto abordará los riesgos de colisión del vehículo durante el funcionamiento a alta velocidad en entornos congestionados. Por último, el objetivo es que el vehículo funcione en el mar durante semanas, sin actividades de mantenimiento en tierra.
  • Fácil industrialización a gran escala y bajo coste: La construcción dará prioridad a los diseños sencillos y baratos de fabricar frente a los conceptos complejos y de bajo peso. Los materiales deben ser más asequibles que los de la fabricación tradicional de aviones y estar disponibles para ser comprados en grandes cantidades.
  • Controles complejos de vuelo y en el mar: Se desarrollarán sensores y esquemas de control avanzados para evitar las grandes olas y gestionar las interacciones aerodinámicas e hidrodinámicas durante el despegue y el aterrizaje.

La Fase 1B es la que se conoce normalmente como diseño preliminar, que termina con una PDR o revisión del diseño preliminar. Durante esta fase se define la forma general de la aeronave, y se calcula su estructura para poder definirla a grandes rasgos, dejando para la fase siguiente los diseños más detallados, como por ejemplo las uniones más específicas.

Además, durante esta fase se realizan ensayos para reducir los riesgos, así que se ensayan formas de fabricar, de ensamblar, materiales… y se realizan ensayos aerodinámicos e hidrodinámicos.

Seguiremos el proyecto…

Nota de Prensa:

Los ensayos reducem el riesgo y mejora la calidad a medida que el equipo diseña su revolucionario concepto de hidroavión para DARPA.

Aurora Flight Sciences, una compañía de Boeing, está avanzando en la Fase 1B del programa Liberty Lifter, el programa de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA) que tiene como objetivo diseñar, construir, poner a flote y volar un avión experimental asequible que demuestre una capacidad revolucionaria de transporte pesado desde el mar. Para lograr esta capacidad revolucionaria, el vehículo operará de manera eficiente en efecto suelo en condiciones de mar agitado y demostrará asequibilidad utilizando fabricación de bajo costo y características de diseño únicas.

El objetivo final de la Fase 1B es el diseño preliminar, y un enfoque importante durante la fase es la prueba para reducir el riesgo. ReconCraft, un astillero con sede en Oregón, es un miembro del equipo de Aurora que ofrece experiencia en métodos de fabricación marítima. La compañía construirá especímenes de prueba de estructuras a escala real, incluyendo una parte del fuselaje. La construcción y prueba de las estructuras reduce el riesgo y garantiza la calidad, ya que el equipo trabaja con materiales novedosos y requisitos únicos. El equipo de Aurora también probó un modelo a escala del casco en el tanque de remolque de Virginia Tech, que ofrece una capacidad única para estudiar el impacto de la embarcación durante el aterrizaje. Las próximas pruebas incluyen volar sensores y software para la detección y predicción de olas, que alimenta el sistema de control avanzado del avión X para volar de manera segura en efecto suelo en condiciones de mar agitado.

En su última versión, el diseño de Aurora para el Liberty Lifter cambió de una cola en forma de T a una cola en forma de π, que es más eficiente estructuralmente para acomodar una puerta de carga posterior. Además, los flotadores fueron reubicados a las puntas de las alas del vehículo, lo que crea un mejor equilibrio entre la asequibilidad y el rendimiento del vehículo en efecto suelo.

Junto con ReconCraft, el equipo liderado por Aurora incluye a la destacada empresa de arquitectura naval e ingeniería marina Gibbs & Cox, una compañía de Leidos. La empresa desempeña un papel crítico ya que el avión X, en muchos aspectos, es un barco que vuela. Varios asesores e ingenieros de la empresa matriz de Aurora, Boeing, también aportan su experiencia al equipo. El programa se beneficia de investigaciones y desarrollos previos de Boeing, que tiene una larga historia en hidroaviones y aviones anfibios.

Boeing Pelikan

«Las innovaciones a menudo ocurren en las intersecciones. Aquí, es la intersección de nuestros equipos marítimos y aeroespaciales», dijo Dan Campbell, gerente del programa de Aurora. «Por ejemplo, la intersección de la fabricación marítima con el diseño estructural aeroespacial, o la intersección de la predicción de olas marítimas con los controles aeroespaciales».

La Fase 1B concluye con una revisión preliminar del diseño, programada tentativamente para enero de 2025. Si el programa avanza, las pruebas de vuelo se llevarían a cabo en 2028.

Climate Impulse: la vuelta al mundo en un avión a hidrógeno

Bertrand Piccard se hizo famoso por impulsar y dar la vuelta al mundo en un avión impulsado exclusivamente por energía solar, el Solar Impulse. Ahora quiere repetir aquél gesto con un avión propulsado por hidrógeno, al que ha llamado Climate Impulse, en colaboración con la empresa Syensqo.

La cita está fijada para 2028. El suizo, que conoce ha batido el récord de autonomía al volante del Hyundai Nexo, quiere emprender de nuevo una vuelta al mundo en un avión sin emisiones, esta vez con pilas de hidrógeno líquido. Sabemos que los motores de hidrógeno son viables y se han ensayado ya en varias ocasiones (recordamos el Bee project de los 50, el Tupolev de los 80 y el Boeing de 2009). El mayor reto de este vuelo es crear depósitos criogénicos, para mantener el hidrógeno a -253ºC. Además se pretende utilizar exclusivamente hidrógeno verde.

Como explica un comunicado de prensa, el proyecto se lanzó tras dos años de investigación, bajo el liderazgo de Airbus, Daher, CapGemini y con la participación de ArianeGroup, posiblemente la empresa Europea con más experiencia en la gestión y logística del hidrógeno como combustible.

Un navegante de regatas oceánicas a su lado


Bertrand Piccard no estará solo, lo hará en compañía del francés Raphaël Dinelli, regatista de alta mar (Transat Jacques Vabre, Route du Rhum) y también ingeniero especializado en materiales compuestos. Diseñador y piloto de pruebas del avión eléctrico híbrido de energía limpia ERAOLE, dirigirá el montaje del avión, que integra los tanques en su fuselaje.

Las fechas y los desafíos

En términos de planificación, los próximos dos años se dedicarán a la fabricación y montaje de piezas. En 2026 se realizarán las primeras pruebas y, en 2027, una travesía del Atlántico al estilo Lindbergh entre la costa este de Estados Unidos y Le Bourget.

Al año siguiente, en 2028, los dos pilotos se embarcarán en su intento de dar la vuelta al mundo en un avión de hidrógeno.

Gerfaut, el padre de los cazas franceses con ala delta

El ala delta en Francia está indiscutiblemente vinculada a Dassault. Sin embargo, antes de él, se estudió utilizando un avión que sigue siendo desconocido para el público en general: el Gerfaut, y acaba de celebrar los 70 años de su primer vuelo.

Este fue diseñado por Jean Galtier, en la empresa Arsenal, como una aeronave experimental a petición del gobierno, con el objetivo ulterior de convertirla rápidamente en una aeronave de serie para la intercepción. El contrato se otorgó en enero de 1953, para un interceptor ligero (menos de 4 toneladas), pero supersónico. Debía poder ascender a 15,000 metros en menos de 4 minutos.

Se basaba los Arsenal (o SFECMAS) 1301 y 2301. Planeadores para ensayar y entender el comportamiento de las alas supersóinicas. Ambos compartían fuselaje, aunque uno tenía el ala delta y el otro un ala en flecha convencional. Despegaban remolcados por DC-3, SNCAC Martinet o SNCASE SE.161 Languedoc. Fueron ensayados durante 1950 y 1951.

Luego vino el Gerfaut, o modelo 1400, cuyas versiones, del 1401 al 1405, diferían por su motor o ubicación de sus alas.

Muchos de los ensayos que se estaban realizando para aeronaves de alta velocidad estaban basados en estatorreactores. Pero los estatorreactores sólo empezaban a funcionar cuando la aeronave se encontraba ya volando a altas velocidades. Y los primeros turborreactores estaban algo limitados en cuanto al empuje que daban, por eso los primeros aviones a reacción como el famoso Messerschmitt 262 o el Heinkel 280 eran bimotores. Así que, ¿por qué no combinar ambos en una sola aeronave?

El 1401 era una combinación de turborreactor/estatorreactor de ala alta, el 1402 una combinación de turborreactor/estatorreactor de ala media, el 1403 idéntico al 1402 pero un motor de otra marca, el 1404 era de ala baja con la combinación de turborreactor y cohete y el 1405 una aeronave de ala baja y propulsada por un solo reactor, el ATAR 101.

Arsenal se convirtió en SFECMAS (Sociedad Francesa para el Estudio y Construcción de Equipos Aeronáuticos Especiales) en 1952, y luego fue adquirida por Nord Aviation el 1 de octubre de 1954, debido a la nacionalización.

El ala media del SFECMAS 1402A Gerfaut tenía una flecha positiva de más de 58°. El diminuto empenaje horizontal estaba situado alto, sobre el empenaje vertical, sin llegar a estar en T. Estaba motorizado con un solo motor ATAR 101C de 2300 kg alimentado por una entrada de aire frontal.


Voló por primera vez el 15 de enero de 1954 con André Turcat al mando. El 3 de agosto del mismo año, pilotado también por André Turcat,superaría Mach 1, durante un picado somero, sin usar postquemadores. Sería el primer avión francés con el ala en delta que superaría la barrera del sonido.

Solo se construyó una copia.

Ya como Nord, fue modificado como Nord 1402B o Gerfaut 1B. Este tenía un ala de envergadura extendida en un metro, y cambiaba su motor al más potente ATAR 101D-2 de 2800 kg. Su superficie alar aumentó de 19 a 26 metros cuadrados. Voló por primera vez el 27 de diciembre de 1954 en esta configuración, y rompería la barrera del sonido en vuelo nivelado.

La última versión fue el Nord 1405 Gerfaut II. Su estructura, así como sus alas, se refinaron aerodinámicamente, y se benefició de un motor ATAR 101G-1, aún más potente, de 3800 kgp, y luego de un ATAR 101G-2 de 4400 kgp. Voló por primera vez el 17 de abril de 1956, en manos de Michel Chalard. Con él, André Turcat rompió récords de velocidad de ascenso en febrero de 1957. Los 15,000 metros de altitud se alcanzarían en 3 minutos y 35 segundos. Además se le equiparía con un misil.

Una vez que se completaron las pruebas, se utilizó como banco de ensayos para probar el radar de intercepción Aladin.

Fuentes

Actos para conmemorar el centenario de la primera circunnavegación aérea de Australia

Durante el período del 6 de abril al 19 de mayo de 1924, el líder de escuadrón ‘Jimmy’ Goble y el sargento Ivor Mcintyre de la RAAF realizaron el primer vuelo alrededor de Australia, en un hidroavión Fairey. Este fue un viaje épico, reconocido con el premio del Trofeo Britannia como el logro destacado de vuelo en 1924.

A lo largo de 2024 se han organizado varios vuelos para conmemorar esta historia.

Hidro de James

James Moline será el piloto de hidroavión australiano más antiguo volando en solitario para circunnavegar Australia.

Además, replicando el vuelo original, Michael Smith volará en sentido contrario a las agujas del reloj, siguiendo la ruta y el cronograma del vuelo original, en su anfibio bimotor Seabear, desde Point Cook

Además, Cathy Babis será la primera mujer en realizar el vuelo al rededor de Australia, junto con su copiloto David Geers. Volarán en sentido de las agujas del reloj, en un anfibio Searey junto con otros aviones, aprovechando temperaturas más cálidas y vientos favorables, y evitando el final de la temporada de lluvias en el norte. A lo largo de nuestra aventura, promoverán la educación STEM y fomentarán la diversidad en todas las ocupaciones de la aviación.

Ciexunnavegación parcial, en sentido contrario a las agujas del reloj, a través del centro Rohan Whittington volará su Super Petrel comenzando en Point Cook el 6 de abril, dirigiéndose hacia el norte hasta la costa norte y uniéndose a los otros dos grupos en Broome antes de continuar en sentido contrario a las agujas del reloj.

¡Esperamos ver muchos vídeos e imágenes de estos vuelo!

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Aterrizaje en un tejado en el corazón de París, galerías Lafayette

No es la primera vez que mencionamos la carrera París-Madrid, ni aterrizajes en los tejados y las galerías Lafayette en este blog, ni de atrevidos números casi circenses en las calles de esta ciudad

Pero es la primera vez que vamos a mencionar todo en una sola entrada… Y es que Jules Védrines, el ganador de la carrera que mencionamos más arriba, fue el primero en aterrizar en un tejado en París, en concreto en el de als galerías Lafayette, donde se instalaría unos años después el que, posiblemente, sea el primer simulador de vuelo recreativo de la historia.

Védrines es uno de los primeros aviadores franceses. Fue instructor del célebre Guynemer, y pionero en la infiltración y recuperación de agentes en territorio enemigo con avión, lo que él llamaba hacer un servicio de ómnibus. Con todo este currículum, ¿os sorprende que aceptara el reto de aterrizar en el tejado de las galerías? Como no podía ser de otra manera, recogió el guante, y dijo aquello de «sujétame el cubata champagne».

El reto había sido lanzado en 1908 por las propias galerías: darían un premio de 25000 francos de la época al primer aviador que aterrizara sobre su tejado. ¡Lo intentó incluso Roland Garros! Pero la pista parecía demasiado pequeña.

Fue justo después de la guerra, el 19 de enero de 1919, y desafiando la ley que prohibía aterrizar en la ciudad de París desde 1912.

Despegó desde Issy-les-Moulineaux, aunque necesitó un par de intentos, pues el primero se vio frustrado por la niebla. Poca gente estaba avisada de este vuelo, a excepción de unos cuantos periodistas, por eso tenemos fotos y películas del aterrizaje.

La improvisada pista de aterrizaje tenía 28m de largo por 12m de ancho, pero él estaba acostumbrado a operaciones STOL, ¡y tas las líneas alemanas!

Utilizando la Torre Eiffel como guía, se guió hacia París sobre la niebla, y aprovechando que a media mañana se despejaba, aterrizaba sobre tejado. El aterrizaje fue bueno (aquél del que sales por tu propio pie), pero no perfecto (aquél en el que el avión queda reutilizable). Tras reparar los daños, devolvería el avión al aeródromo de partida despegando desde el propio tejado.

El avión escogido fue un Caudron G III, un avión de 80 caballos, de 1914 que para el año siguiente ya estaba obsoleto. Pero la elección era clara, un avión de vuelo lento, y de capacidad STOL

El aviador se embolsaría 25000 francos, menos 16 que tuvo que pagar de multa por sobrevolar París.

Debería haberlo hecho mejor. Pero no es mi culpa. Yo estaba enojado. Durante cuarenta y ocho horas estuve preparado este intento, que se prolongaba debido a objeciones administrativas. La niebla exasperó mi irritación. Me fui volando en una niebla opaca. A una altitud de 300 metros, la Torre Eiffel fue mi punto de referencia. Pero estaba demasiado alto; Bajé, volví a caer en la niebla, de la que emergí, de repente, entre el Teatro Francés y la Ópera. Todavía estaba demasiado alto, pero pude vislumbrar en los techos de las Galerías al ver al personal que las ocupaba replegarse rápidamente para hacerme espacio. En mi aproximación, tuve que describir dos o tres curvas alrededor de las Galerías, para poder aterrizar en un vuelo lento. Estaba demasiado enojado. Iba en la dirección correcta y no podía esperar a terminar de una vez. Me lancé recto, demasiado rápido, pero el aterrizaje fue bien medido y, salvo una riostra, dejé intacto el avión que me habían confiado.

Jules Védrines

Desde entonces, una estela en el tejado de las galerias conmemora el aterrizaje –

Fuentes