Manuel Belmonte de Galvez es un ex Corsario del 43 Grupo del Ejército del Aire español, conocido por volar los grandes hidros amarillos, los apagafuegos, focas o botijos.
Manuel, tras dejar el 43, ha escrito dos libros contando sus vivencias. Hoy, 18 aniversario de la muerte de los 11 de Guadalajara, le tenemos en el podcast para rendirles tributo y hablarnos de sus experiencias, sus motivaciones, y sus libros. Esperamos que disfrutéis.
Y si no conocéis los libros, compradlos, mejor lectura no vais a encontrar para este verano.
Y ya sabéis, donde pongo el ojo, ¡mojo!, donde pongo el ojo, ¡mojo!, aaaaaaaaaapaga y ¡vámonos!
pd: Si la intro y la despedida os son familiares, que no os sorprenda. En un ejercicio de nostalgia podcasteril he hablado con Javier Lago para pedirle permiso y utlizar la introducción que hizo para el que, si no recuerdo mal, fue el primer podcast español sobre aviación: Remove Before Flight RBF podcast
Por primera vez desde el 29 de Noviembre de 1945, un Messerschmitt Me 262 ha sobrevolado el espacio aéreo del Reino Unido.
El Me 262 de la Airbus Messerschmitt Foundation ha participado en la RIAT 2023, y llegó escoltado por un Mustang y un Spitfire. Y está dejando vídeos y fotos poco comunes y espectaculares…
La duda casi ofende. Si un piloto se encuentra en condiciones de volar, su cumpleaños lo celebrará volando. ¡Y ya quisiéramos celebrar nuestro centésimo cumpleaños en vuelo!
El tío John, que incluso da nombre a un fotón, ha protagonizado una de las noticias de la Fox, volando un Air Cam en el aeródromo de Triple Tree en Woodruff, South Carolina.
Posiblemente la conversión más famosa de un Wilga a motor de turbina es el Draco, de Mike Patey, un avión STOL de impresionantes prestaciones y triste final.
Pero el protagonista de nuestra entrada es mucho mayor que el Draco, y ahora reside en Kazajistán.
El Wilga es un desarrollo de avión de aterrizaje y despegue corto polaco, desarrollado para sustituir al PZL-101, que era a su vez un Yak-12 fabricado bajo licencia en Polonia. Heredero de la filosofía de diseño iniciada, entre otros, por la Fieseler Storch, contaba con un ala alta arriostrada, con slat fijo y un robusto tren de aterrizaje, lo que hacía que pudiera entrar en casi cualquier campo, preparado o no (también conocidos en lenguaje técnico como patatales).
Y, como Patey, los que modificaron este Wilga pensaron que un turbohélice podía mejorar aún más las características del avión. La modificación, además, añade un metro más de longitud al fuselaje, para dar cabida a un total de seis personas, 5 pasajeros y un piloto. Y parece ser que se vendió no hace mucho por 80k$ negociables.
El motor escogido fue un turbohélice Walter M601. El fuselaje, como se puede trazar visualmente en la foto superior, se tomó de un avión PZL 104. La aeronave fue construida por un equipo de profesionales con varias décadas de experiencia en diversos campos como mantenimiento de aeronaves, análisis estructural, reparaciones, restauraciones, ensayos en vuelo, ingeniería eléctrica… Y la conversión se llevó a cabo en 1986.
Características
Velocidad de ascenso (Vy): 35,8 mph al 99 % de empuje
Velocidad de crucero : de 112 mph a 137 mph (
Velocidad de despegue: ~56 mph
Longitud de la pista para el despegue: ~230 pies.
Velocidad de aterrizaje: 54 nudos
Longitud de la pista para el aterrizaje: ~330 pies (~80 pies usando la reversa)
Motor: Walter M601-B8 (modificado y personalizado para este diseño)
Diámetro de las ruedas: 23,6 pulgadas
Consumo de combustible: 22 galones/h (a 120 mph o 104 nudos)
Hélices de tres palas Avia V508
Longitud: 1675 mm
Diámetro: 590 mm
Peso en seco: 197 kg
Potencia máxima: ~600 hp continuo
La mayoría de la aviónica y los instrumentos se mantienen de fábrica. Se reemplazó el altímetro por uno más nuevo. Se agregó un panel de control personalizado que contiene interruptores maestros para conexión a tierra/batería, motor, interruptores APU, etc.
Si hoy en día un portaaviones causa fascinación, imaginad en 1924, cuando casi no se habían inventado. Vale, Ely había volado con éxito y vuelto a aterrizar en un portaaviones 13 años antes, en una prueba de concepto para demostrar la viabilidad de los barcos portaaeronaves, y el Langley había sido botado 11 años antes. Pero si en los años 20 apenas eran comunes los aviones, ¡imaginad un aeródromo flotante!. En la película se puede ver perfectamente cómo se lanzaban y recuperaban las aeronaves en la época. Se nota la escasa velocidad del avión, que hace innecesaria la catapulta y un potente cable de frenado. ¡Que disfrutéis del espectáculo!