Ralph S. Barnaby y el Primer Vuelo en Planeador desde un Dirigible (Portaaviones aéreos 33)

Ralph S. Barnaby fue el primer estadounidense estadounidense en obtener la licencia de vuelo en planeador. Su pasión por el vuelo sin motor comenzó temprano, construyendo su primer planeador en 1909, apenas unos años después del primer vuelo de los Wright. Más tarde, utilizaría los planeadores para dar formación militar a los aviadores navales, en Pensacola.

Graduado en ingeniería mecánica por la Universidad de Columbia en 1915, su carrera combinó tanto funciones civiles como militares, alternando entre el Ejército y la Marina de los EE.UU. hasta alcanzar el rango de capitán. Durante la Segunda Guerra Mundial, trabajó como ingeniero en la Naval Aircraft Factory en Filadelfia y comandó la Naval Air Modification Unit en Johnsville, Pensilvania.

Sin embargo, aquí está por su experimento de utilizar el dirigible Los Ángeles como aeronave nodriza y un planeador como aeronave parásita.

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Lanzando bombas llenas de agua contra el fuego desde B-17s, B-29s y P-47s

Ya hemos visto que los intentos de apagar fuegos desde el aire habían comenzado casi desde el mismo momento en el que se había pensado que el avión podía servir como arma para sembrar la destrucción desde el aire. Y por eso tampoco es de extrañar que se asociaran ambas ideas: si los aviones podían lanzar bombas con precisión contra objetivos enemigos, ¿por qué no hacerlo contra las llamas? Al comienzo se desestimó por falta de precisión, pero tras el aumento de la misma durante la Segunda Guerra Mundial, gracias a las miras Norden en el bombardeo horizontal, a los bombarderos en picado, y a los cazas convertidos en aviones de ataque a tierra, se retomó la idea. Y es por eso que, tras esta guerra, el ejército y el servicio forestal estadounidenses retomaron la idea y ensayaron el bombardeo con bombas llenas de agua desde P-47s y fortalezas volantes que, aunque las fuentes hablan de B-29, las fotos corresponden a B-17s y la película de British Pathé a B-29s, así que asumimos que se probó con ambos.

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Bombardeo de ciudades con barritas de chocolate, y una leyenda urbana

Unir aviones y publicidad siempre ha traído grandes resultados. De ahí que el primer vuelo publicitario, ¡y primer vuelo costa a costa de Estados Unidos! fuera tan temprano como en 1911. En España los pioneros de la publicidad con aviones y publicidad aérea fueron los cocholateros barceloneses de Nelia, y también de los primeros en arrojar dulces desde el avión. Más recientes y por tanto más posible que nuestros lectores tengan en la memoria, son el lanzamiento de pelotas de una marca de crema en la playa, o el CASA 101 paseándose por la Castellana.

Y en Estados Unidos, que en los años 20 estaban en plena explosión económica y tenían pilotos de sobra, formados en la Primera Guerra Mundial, con ganas de seguir volando, los ingredientes ideales para un cóctel que une chocolate, aviones, bombardeos y paracaídas.

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Volar un Black Hawk con sólo 1h de entrenamiento ¡y desde una tablet!

Sabéis que el sistema Matrix de Sikorsky permite convertir cualquier helicóptero de la compañía en una aeronave opcionalmente no tripulada, y que permite volarla desde una tablet. Y, por primera vez, ha sido probada con éxito durante las maniobras militares, realizando tres misiones distintas con éxito, «pilotado» a distancia por un Sergeant First Class de la Guardia Nacional, que (sin tener conocimientos previos de pilotaje) recibió una formación de tan sólo una hora.

El ensayo, realizado en agosto durante las maniobras conuntas Northern Strike 25‑2, contó con la colaboración de la Joint Personnel Recovery Agency y la Defense Advanced Research Projects Agency (DARPA). El sargento, tras menos de una hora de formación, utilizó una tableta portátil para dirigir el helicóptero en las siguientes operaciones:

  1. Logística y paracaidismo – Desde una embarcación de la Guardia Costera en el lago Huron, el sargento planificó una misión de reabastecimiento a 70 millas náuticas de distancia. Después de descargar, manejó el Black Hawk en patrones de circuito y dirigió dos lanzamientos de paracaídas de precisión a distintas altitudes.
  2. Carga de agua en eslinga – El helicóptero enganchó de forma autónoma una carga externa de 2900 lb (≈ 1315 kg) —un tanque de agua— mientras permanecía en vuelo estacionario sin intervención de piloto.
  3. Carga HIMARS y recuperación médica – Se realizaron seis enganches autónomos para transportar tubos de lanzamiento HIMARS a una zona de aterrizaje alternativa. Posteriormente, el soldado utilizó el Blackhawk opcionalmente tripulado para una simulación de MEDEVAC, recuperando al personal y transportando a un paciente.

Dice la nota de prensa que la tecnología MATRIX, desarrollada también para el programa ALIAS (Aircrew Labor In‑cockpit Automation System) de DARPA, otorga a operadores no especializados el control de funciones de aviación avanzadas, posibilitando misiones de suministro, rescate y logística en áreas peligrosas o con visibilidad limitada sin poner en riesgo vidas humanas.

“Con vidas en juego, el sistema de vuelo autónomo MATRIX puede transformar la manera en que los operadores militares realizan sus misiones. Un Black Hawk opcionalmente pilotado reduce la carga de trabajo del piloto y permite misiones de reabastecimiento sin tripulación, ofreciendo a los comandantes mayor resiliencia y flexibilidad en entornos contestados.” Rich Benton, vicepresidente y director general de Sikorsky (Lockheed Martin)

Lockheed Martin vuela el demostrador de vuelo supersónico silencioso X-59

Ayer 28 de octubre de 2025, Lockheed Martin Skunk Works, en colaboración con la NASA, completó con éxito el primer vuelo del X‑59 QueSST, un prototipo supersónico diseñado para demostrar el llamado vuelo supersónico silencioso, reduciendo tracias a su geometría el ruido que hace el avión de «estampido sónico» a «golpecito sónico».

El avión despegó de Palmdale (California) y aterrizó cerca del Centro de Investigación de Vuelo Armstrong, cumpliendo con los requisitos establecidos para el primer vuelo.

El objetivo del avión, además de demostrar el vuelo supersónico silencioso, es ensayar diversos perfiles de vuelo para generar datos que permitan a la FAA establecer nuevos umbrales de ruido aceptables en los vuelos sobre población, pues desde 1973 la normativa civil prohibíae que cualquier aeronave comercial superara la velocidad del sonido sobre áreas pobladas, precisamente por el impacto del estampido sónico en la población. Este año Trump ha levantado la prohibición, pero pero aún hay un proceso regulatorio en curso para establecer las normas de operación, que se espera esté finalizado en 2027.

El proyecto busca que el estampido sónico percibido en tierra no supere los 60‑80 dB. Para ponerlo en contexto, esos niveles corresponden a sonidos cotidianos como:

  • 60 dB – conversación normal o lavavajillas.
  • 70 dB – aspiradora o tráfico urbano.
  • 80 dB – sirena de policía o restaurante ruidoso.

El X‑59 QueSST no elimina la onda de choque que se forma al volar a velocidad supersónica, sino que la modela y la dirige de modo que la energía acústica que llega al suelo sea mucho menor. Según la información disponible de NASA y de análisis técnicos, el avión lo logra mediante los siguientes principios de diseño:

  • La forma está diseñada para que el flujo de aire que se comprime en el morro no se concentre en un único punto. En lugar de eso, la onda de choque se fragmenta y se extiende a lo largo de todo el cuerpo del avión. Al distribuirla, la presión máxima de la onda disminuye considerablemente
  • La superficie inferior del X‑59 es muy lisa y carece de cambios bruscos de forma. Esto evita que las ondas de choque se fusionen y formen un “boom” fuerte que apunte directamente al suelo. En cambio, la mayor parte de la energía se desvía hacia arriba, creando un “thump” suave que apenas supera los 75 dB en la superficie terrestre. El motor está colocado encima del fuselaje, lo que mantiene la parte inferior del avión libre de protrusiones. Esta disposición ayuda a que la corriente de gases de escape no interfiera con la zona donde se generan las ondas de choque, evitando que se sumen y produzcan un pico de presión