A ver si os suena esta idea: Coger aviones viejos, a punto de necesitar una merecida jubilación, llenarlos de explosivos para convertirlos en una bomba volante y utilizar un primitivo sistema de radio control para convertirlo en un misil radio controlado, o en un avión kamikaze no tripulado… Sí, quien más quien menos está pensando en la Operación Afrodita de 1944, ¿verdad?