El último avión Boeing 747 ha salido de la fábrica de Everett

Boeing ha sacado de su línea de montaje su último cuatrimotor. El incónico 747, conocido a menudo como la Reina del cielo, comenzó a fabricarse hace más de 50 años. Fue diseñado como avión de transporte militar (programa CX-HLS de la USAF), de ahí su distintiva posición de pilotaje elevada sobre el morro, para dejar un espacio diáfano en todo el tubo del fuselaje para carga. Aunque no triunfó como transporte militar, lo hizo el C-5 Galaxy, lo hizo como avión de transporte de pasajeros.

Vivió el paso de los motores turborreactores a los turbofanes de alto índice de derivación. Y la generalización y extensión del ETOPS, y la posibilidad de operar con bimotores muy lejos de otros aeropuertos. Esto, finalmente, ha supuesto que las aerolíneas desplacen su interés de los cuatrimotores a los bimotores, con más bajos costes de operación. Por ello, primero vivimos el cierre de la línea del 748-8i de pasajeros y, ahora, el de los cargueros. El 747 se ha visto desplazado por el 777 y, en breve, el 777x le igualará casi en capacidad de carga, pero con sólo dos motores.

De la nota de prensa:

  • El último carguero 747-8 se entregará a Atlas Air a principios de 2023
  • El avión icónico transformó los viajes globales después de entrar en servicio en 1970

La producción del 747, el primer avión de dos pasillos del mundo, comenzó en 1967 y ha durado 54 años, durante los cuales se han construido un total de 1.574 aviones.

El 747 ha desempeñado un papel clave en la historia de liderazgo aeroespacial de Boeing. Con 250 pies 2 pulgadas (76,2 m), el 747-8 es el avión comercial más largo en servicio. El avión final es un carguero 747-8. Este modelo tiene una carga útil de 133,1 toneladas.

Durante más de medio siglo, decenas de miles de empleados dedicados de Boeing han diseñado y construido este magnífico avión que realmente ha cambiado el mundo. Estamos orgullosos de que este avión continúe volando por todo el mundo en los años venideros .

Kim. Smith, vicepresidente y gerente general de Boeing, Programas 747 y 767

Vortex generator retráctiles gracias a aleaciones «inteligentes»

Concepto original probado en 2019

Los generadores de torbellinos, en inglés vortex generator, o VG, son unos dispositivos que se pegan en el borde de ataque para asegurarse de que la capa límite no se desprende. Hablamos de ellos detenidamente cuando hablamos de hipersustentadores, por eso sólo os resumimos cómo funciona.

La capa límite laminar tiene menos energía que la turbulenta, por ello se desprende antes del perfil, y éste entra en pérdida antes. Por eso, durante las fases de vuelo lento (despegue y aterrizaje) conviene asegurarse de que la capa límite queda adherida al ala, tanto por retrasar la pérdida como para asegurar un buen mando aerodinámico.

Sin embargo, una vez en crucero, la capa límite laminar ofrece la ventaja de tener una menor resistencia aerodinámica que la turbulenta. Por eso, una vez en crucero, los generadores de torbellinos «estorban», puesto que sólo sirven para generar más resistencia aerodinámica.

¿Y si los hicieran retráctiles? De este modo podrían ser beneficiosos en despegue y aterrizaje y no estorbar en vuelo. Esto se traduce en menor consumo de combustible en vuelo, esto es menos gasto para las aerolíneas, y hoy día se lee «es más verde».

Y ese es el estudio que están realizando Boeing y la NASA sobre el Ecodemostrator. Han montado sobre el avión de ensayos de Boeing los Shape Memory Alloy Reconfigurable Technology Vortex Generators, o SMART VG. Básicamente unos generadores de torbellinos retráctiles, gracias a una aleación con memoria.

Las aleaciones con memoria cambian su forma en función de excitaciones externas, bien sean corrientes eléctricas o bien temperaturas. NASA ha empleado una aleación llamada nitinol, que cambia su forma en función de la temperatura a la que está sometida. De este modo, y como en tierra siempre hace más calor que a la altitud de crucero, el muelle de nitinol actúa sobre los VG, que se despliegan o retraen en función de la temperatura. Y aunque se plantea como un procedimiento automático, nada impide poner un botón en cabina para poder controlar la temperatura de esta articulación y, por tanto, tener también control manual sobre los VG. De hecho, durante esta segunda campaña de ensayos, porque ya se probó el concepto en 2019, se han ensayado ambas configuraciones: la automática, y la que incorpora unas resistencias eléctricas para calentar los resortes de nitinol.

Fuentes: NASA [-1-] y [-2-]

Boeing no lanzará un avión nuevo hasta la próxima década

Hace 7 años apostábamos a que no veríamos volar un avión nuevo antes de 2030, y parece que no íbamos desencaminados…

La conyuntura

Boeing, su CEO David Calhoun y reunión con los inversores. Muchas explicaciones que dar en una coyuntura bastante adversa: los problemas con el 737 MAX aún colean, la pérdida de confianza de la FAA, los problemas de falta de calidad durante la producción de varios modelos, los problemas logísticos de abastecimiento, la irregularidad en la cadencia de salida de aviones de las naves de montaje, la pérdida del primer puesto en el mercado aeronáutico y el segundo lejano puesto tras Airbus con un 40% del mercado, peor incluso si sólo miramos al pasillo único…

La noticia

Ante una audiencia de inversores y tal panorama, a David Calhoun no le quedaba más que decir que le gustaría que cada inversor pudiera recuperar todo lo invertido.

También dijo que Boeing no iba a lanzar ningún modelo interino para cubrir nichos. Que con la tecnología disponible actualmente la mejora sería pequeña, y para cuando lancen un avión nuevo se espera que mejore respecto a la generación actual entre un 20 y un 25%, tal vez un 30%, posiblemente con la capacidad de volar de forma autónoma. “Tal vez los primeros no vuelen de forma autónoma, pero tendrán esa capacidad”, añadiría.

Hizo notar también las inversiones de Boeing en Wisk, que acaba de hacer volar lo que auto-denominan eVTOL de sexta generación, y cómo todos los conocimientos adquiridos sobre vuelo autónomo de estas aeronaves sentarán las bases que la FAA utilizará en el futuro para certificar aeronaves comerciales autónomas, no tripuladas.

Fuente: AIN Online

Comentarios

Se ha dicho en muchos foros y medios en numerosas ocasiones que Boeing ya no es la empresa que era antes de absorber a McDonell-Douglas. A partir del 97 pasó de ser una compañía enfocada a la ingeniería a ser una compañía enfocada a sus inversores. Es decir, Boeing, paradójicamente, lleva casi 30 años copiando la estrategia que a MD le llevó a la ruina: reducir costes con recortes, y poner el énfasis en las ganancias y el valor para los accionistas en lugar de en el desarrollo de nuevos productos y la innovación.

El truco está en encontrar el equilibrio entre retornar a los inversores su dinero en forma de beneficios y usar los beneficios obtenidos en investigar y desarrollar nuevos productos para asegurar el futuro competitivo de la compañía. Y en este mundo de dinero rápido parece que muchos se olvidan, no solo en Boeing, de la parte de desarrollar las compañías a largo plazo, es suficiente con recuperar el dinero invertido lo más pronto posible.

Airbus se encuentra ahora mismo en una posición cómoda. El desarrollo de su familia NEO fue un acierto, así como la adquisición de los C-Series de Bombardier. Según Leeham News las ventas del A321NEO superan a las del 737-10 MAX por 4 o 5 a 1, mientras que las del 220 respecto al 737-7 serían de 2.5 a 1. No sería de extrañar que Airbus estuviera continuando el desarrollo inacabado del C-500, ahora como A220-500.

En un momento que parece ser un punto de inflexión en cuanto a la fuente de energía para los motores, cambio de queroseno por biocombustibles avanzados o SAF a corto plazo, hidrógeno a más largo plazo, es posible que no sea el mejor momento para lanzarse a diseñar un avión desde cero. Y sin un rival dispuesto a hacerlo, y que por tanto “obligue” a hacerlo para ser competitivo, es poco probable que Airbus lance un avión nuevo ahora: sería dar pistas a Boeing, o incluso darle margen de maniobra si el diseño fuera fallido. Por eso no sería de extrañar que Airbus se concentrara en el mercado militar, FCAS, Eurodrone, ¿qué tal una aeronave de patrulla marítima?, y en la investigación orientada al mercado civil, tanto en materiales como medios de fabricación y desarrollando tecnologías basadas en el hidrógeno y el SAF, posicionándose para lanzar una aeronave mucho más avanzada que la que pueda lanzar Boeing en el momento que ésta se decida a lanzarla.

747 Dreamlifter pierde una rueda en despegue

Un Boeing 747-400 Dreamlifter, matrícula N718BA que realizaba el vuelo 5Y-4231 de Taranto (Italia) a Charleston (EE. UU.), despegaba por la pista 35 de Taranto cuando poco después del despegue se observa cómo sale humo del tren principal y después una de las ruedas cae y rebota en el suelo. La tripulación continuó el vuelo y aterrizó en la pista 15 de Charleston unas 11 horas después.

La rueda atravesó la cerca perimetral del aeropuerto. Ha sido recuperada de un viñedo adyacente al aeropuerto.

Vía Aviation Safety

SOFIA, el telescopio montado en un 747 de la NASA, realiza hoy su último vuelo

SOFIA ha despegado a las 03:44UTC, puedes seguir su vuelo aquí, y será la última vez que haga su vuelo de observación, con la compuerta del fuselaje, se ve en color oscuro en la foto de arriba, abierta.

¿Recordáis a SOFIA? Os la presentamos allá por 2009, y hoy está realizando su último vuelo, luego ya la jubilación…

SOFIA son las siglas de Stratospheric Observatory for Infrared Astronomy (Observatorio Estratosférico para Astronomía de Infrarrojos). Vamos, un telescopio de infrarrojos, montado en un avión, en un Boeing 747.

La atmósfera distorsiona lo que nos llega al suelo. La luz, y el resto de las ondas electromagnéticas. También los rayos infrarrojos. ¿Solución? Pues montamos un telescopio en un avión y le hacemos volar a unos 12km de altitud. El telescopio va montado en la parte trasera del avión, que se abre como si fuera la ventanilla de plexiglás del Catalina, lo más parecido a aquellas escotillas por las que disparaban los artilleros de B-17 en la Segunda Guerra Mundial.