La Ametralladora y el Avión, cómo unieron sus destinos para crear el avión de caza, y su evolución hasta el nacimiento de los misiles.
Al comienzo los aviones poco menos que servían para «asustar a los caballos del enemigo». Poco a poco tomaron importancia sus misiones de reconocimiento, durante las cuales un encuentro con el enemigo se podía saldar con un amistoso saludo; y finalmente nació el caza, de esa necesidad de derribar los aviones y globos de reconocimiento del enemigo. Luego, la carrera por aumentar su capacidad de destrucción llevó al aumento del número de ametralladoras o del calibre, o de ambos. ¿Nos acompañáis a Héctor Guillén y a mi en esta carrera… armamentística?
pd: Si la intro y la despedida os son familiares, que no os sorprenda. En un ejercicio de nostalgia podcasteril he hablado con Javier Lago para pedirle permiso y utlizar la introducción que hizo para el que, si no recuerdo mal, fue el primer podcast español sobre aviación: Remove Before Flight RBF podcast
El carro velocce procedía del concepto de diseño de carro ligero que se puso de moda tras la tanqueta Carden-Lloyd. Era biplaza y contaba con un blindaje extremadamente ligero (14mm en el mejor de los casos) como para enfrentarse incluso a los pobremente armados pero muy blindados carros britáicos. Por su velocidad campo a través y su alta movilidad podía ser útil como vehículo de exploración. Pero fue su bajo peso y reducido tamaño el que hizo plantearse al ejército italiano que podía ser un carro aerotransportado, y dotar así de movilidad aérea a sus unidades mecanizadas ligeras.
Para poder desplegar carros en Abisinia (Etiopía) de forma rápida desde Italia, a finales de abril de 1939 se pide a SIAI que modifique dos SM-82 para transportar distintos pertrechos militares, desde el carro ligero L-3 hasta cañones de artillería. Pero además tuvo que modificarse como transporte de tropas o material y bombardero nocturno. Esta variedad de cargas hizo que el desarrollo de las aeronaves fuera más lento de lo previsto, y en octubre de 1940 el problema estaba lejos de estar resuelto.
Tras las pruebas en vuelo, se consideró para el transporte de la versión lanzallamas del carro, para su uso por las tropas paracaidistas.
Finalmente no se utilizó de forma operativa, posiblemente poque su uso sería demasiado eventual.
El A-36 es la variante de bombardero en picado del Mustang, eso sí, del primero, del que aún llevaba motor Allison.
Se diferencia de los Mustang habituales primero por el distintivo carenado del motor Allison, y la hélice tripala, que lo hacen muy distinguible del P-51B.
La célula estaba reforzada para aguantar las cargas que introducían los aerofrenos durante los picados. El armamento original de dos ametralladoras de 12.7mm en el fuselaje y dos de 7.7 y dos de 12.7mm en las alas se cambió por uno de seis ametralladoras de 12.7mm, repartido como el armamento original. Bajo cada ala montaba un pilón que podía cargar hasta 500 libras. Las ametralladoras de morro, en muchas ocasiones, se desmontaban para ahorrar peso.
Se encargaron 500 unidades, como A-36 Invader o Apache o Mustang I dive-bomber, que vieron servicio en el teatro de operaciones del Mediterráneo (norte de África/Italia) y en el CBI (China–Birmania–India). Aunque fueron reemplazados progresivamente por los muy eficaces en la labor de ataque a tierra P-47.
Y en esta película muda y en blanco y negro, grabada por el Departamento de Guerra estadounidense, podemos verlo en acción.
En Francia, Lioré & Olivier obtuvo la licencia de la Cierva Autogiro Company en 1931 para fabricar autogiros en Francia. Se eligió el C30 y se compraron algunas copias a los británicos.
Después de una demostración exitosa en Villacoublay, el ejército francés confirma su interés y hace un pedido.
El ejército compró cuatro copias británicas en 1934: el autogiro se integró en el I Plan para la renovación de equipos aéreos. Un pedido inicial de 25 aviones se hizo oficial el 25 de abril de 1935, seguido de un pedido de otras 30 máquinas en 1936.
Las primeras unidades de serie empiezan a salir de las cadenas de montaje equipados con motores As Gebet-Major de 7 cilindros, que serán reemplazados posteriormente por un Salmson de 9 cilindros y 175HP.
La empresa Lioré y Olivier introdujo algunos cambios en la aeronave: los más visibles llegaron con la vesión 301, donde se pasó de sostener el rotor con cuatro puntales a hacerlo con tres.
L’Armée de l’Air recibió 64 LeO C30. Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial se habían entregado 52 máquinas. En mayo de 1940, al comienzo de la campaña francesa, solo quedaban 22 aviones en el ejército del aire francés, 9 en aviación naval y 25 sin entregar. La aeronave estaba destinada a enlace y observación artillera.
El LeO C30 realizará algunas misiones sobre las líneas enemigas, pero se utilizará principalmente para enlace. Era demasiado vulnerable para ser utilizado en un entorno hostil con superioridad aérea alemana.
El LeO C.30 tuvo su vuelo inaugural en 1935. Se desarrollaron a partir de él los LeO C.30S, C.301 y C. .302.
En 1936, sobre la base del s/n 26 del C-30, se lanzó una versión modernizada del autogiro, que recibió la designación LeO C-30S (S=Sauteur=Saltador). Debido a varios accidentes durante las pruebas, quedó en un solo ejemplar. Fue destruido en 1944 durante un ataque aéreo aliado.
El 301 tenía el rotor soportado por 3 puntales, en lugar de 4, mejorando la visibilidad del piloto y haciendo más fácil que saltara en paracaídas.
Tras el Armisticio, los alemanes capturaron 7 autogiros que fueron evaluados y desechados rápidamente.
Lioré et Olivier exportó 28 aparatos, uno de los cuales fue comprado por el ejército belga. La compra de una sola unidad era para experimentación, se pensaba que podría ser un buen aparato para observación artillera. Estaba ubicado en la base aérea de Bierset, actual aeropuerto de Lieja. Fue destruido el diez de mayo de 1940 durante un bombardeo, por un Do-17.
Cuatro de junio de 1942. Los japoneses se acercan a Midway con la intención de repetir su éxito de Pearl Harbour. Es el 80 aniversario de una de las grandes batallas aeronavales de la Segunda Guerra Mundial. Y hará unos años, Ignacio del Horno preparó con imágenes reales y de simulador un estupendo documental. Os lo dejamos aquí abajo, y reivindicamos que si se mezclan simulación, conocimiento y ganas, pueden salir grandes documentales, ¡más con los simuladores de hoy en día! Si unos aficionados pueden… ¡qué no se haría con un buen presupuesto!
Y claro, siendo el 80 aniversario, cómo no os íbamos a dejar el mejor documental que existe sobre la batalla… Y es que por casualidad John Ford se encontraba en la isla.