El único DeHavilland Mosquito español

Me habían preguntado en varias ocasiones por la historia del único Mosquito español, el avión de caza-bombardeo-reconocimiento llamado también la maravilla de madera. Y parecía que era una historia de sobra conocida, y estoy seguro que así es, al menos para los aerotrastornados más profundos. Pero como yo la desconocía, he querido investigarla y traerla aquí.

Sí, como leéis, el aerodinámico aerodino que se muestra sobre estas líneas está hecho de madera. De sobra es conocida la tendencia a utilizar otros materiales cuando los llamados «materiales estratégicos» escasean. Tal fue el caso del Langley Twin, del Spitfire de material compuesto, y del Mosquito.

La construcción era en contrachapado, más similar a las técnicas de construcción actuales en fibra de carbono que a los aviones de madera y tela de los años treinta. Al fin y al cabo, la madera y la fibra de carbono se comportan de una forma muy similar, ambas son una matriz -epoxy en la fibra de carbono, lignina en la madera- que embebe un conjunto de fibras unidireccionales -de carbono o celulosa-, que trabajan muy bien en su dirección axial y fatal en las transversales. Por ello la forma de construcción es la misma, apilando capas con distintas orientaciones de la fibra, alterando capas de 45/-45º donde la carga es a cortadura (revestimiento, alma de costillas o largueros), con capas a 0 donde la carga es axial (como los pies de los largueros, o los larguerillos), y capas a 90º. Incluso se parecía a la construcción moderna en el uso de paneles sándwich, solo que en lugar de utilizar panel de abeja como núcleo de baja densidad utilizaba madera de balsa.

Y de ahí el sobrenombre de maravilla de madera, aunque ni siquiera en los años 40 esta forma de construir era novedosa, puesto que era la utilizada por el Deperdussin en el fuselaje de su Monococque, de 1912.

Maravilla, siempre que volara en Europa, porque el pegamento del contrachapado sufría mucho con el calor y la humedad del teatro del Pacífico.

¿Y cómo llegó este avión a España? El De Havilland Mosquito B.Mk 35, registrado el 22 de junio de 1956 en el registro de aeronaves como EC-AKH era propiedad de Rodolfo Bay Wright, piloto de pruebas de CASA, comandante de Iberia y fundador de la aerolínea Spanish Air Taxis (Spantax).

En septiembre de aquél año participaba en un festival aéreo en Barcelona, pintado en colores blanco y azul. Primer Festival Aéreo Internacional “Virgen de la Mercé” aeropuerto Prat-Muntadas.

Organizado por el Aero Club de Barcelona-Sabadell, constituyó en todos los aspectos un verdadero éxito, tanto por la calurosa asistencia de la noblación—unos 200.000 espectadores_como por la variedad y ligazón del programa que concedió muy pocos momentos a la inactividad.

Lo más interesante del programa correspondía a unidades del Ejército del Aire: una patrulla de aviones T-6, de la Escuela de Salamanca; otra de aviones T-33, de la de Talavera la Real, una tercera de Sabres, del Ala de Caza núm. 1, y una Escuadrilla del primer escuadrón de paracaidistas del Ejército del Aire. Cada unidad, dentro de las características de su material y de su forma particular de actuación, demostró un gran adiestramiento, que causó la general admiración de cuantos presenciaron el espectáculo, poniendo de manifiesto todos sus componentes un decidido empeño en aprovechar al máximo la ocasión que se les brindaba para mostrar el éxito logrado en la utilización del material. Otros números fuertes de la exhibición estuvieron constituídos por el vuelo acrobático del Comandante Aresti, ejecutado con gran finura y con esa impulsión característica en él que llenó de emoción a todos los espectadores, y la rotura de la barrera del sonido—posiblemente la primera vez que se hace públicamente en España—, que llevó a cabo el Comandante Azqueta, con un F-86. Un Grumman y un helicóptero del Servicio de Salvamento lucieron también sus posibilidades, y, finalmente, aunque no en orden cronológico, la acrobacia efectuada por un velero, el lanzamiento en paracaídas desde unos 3.000 metros de altura de la paracaidista francesa Colette Duval, las pasa das efectuadas por un B-47 de las Fuerzas Aéreas norteamericanas y la exhibición de algunos prototipos nacionales, fueron otras tantas atracciones de este espectáculo…

Revista de Aeronáutica nº 191 [pdf], Octubre de 1956
IMGP7812

El Mosquito era una unidad fabricada ya tras el final de la guerra, en Hatfield, en 1946. Anticuados y superados por los nuevos reactores, causaron baja rápidamente, quedando almacenados con muy pocas horas, volando con unidades de entrenamiento, alguna de bombardeo, y unidades meteorológicas.

Éste (s/n TK652), junto con los que estaban almacenados o en servicio, fue objeto en 1948 de una revisión de las uniones pegadas. En 1951 fue reasignado a una unidad de bombardeo, y causó baja de la RAF el 11 de enero de 1955, con tan solo 16h y 10 minutos de vuelo. Tras ser desmilitarizado, fue comprado por 500 libras por Rodolfo.

Acabado en color aluminio, ostentando la matricula provisional EC-WKH, y la bandera española en los planos y deriva, con una autorización especial, se llevó a cabo el vuelo ferry desde Inglaterra a Barajas, adoptando poco después, la matricula permanente EC-AKH. Sin nadie que le diera instrucción en el avión, aprendió «a las bravas» y se dio la suelta a sí mismo. La intención era traer langostas vivas desde Villa Cisneros a Baleares o la península. Cuenta el piloto que, en su primer vuelo, con un crucero a 15000 pies, cuando entregó las langostas al cliente parecía que estuvieran muertas, aunque casi todas revivieron al contacto con un agua más cálida…

Tras unos cuantos vuelos, no muy exitosos, y sufrir daños en Barajas, tras colisionar un camión con él y dañar dos metros de revestimiento, intentó venderlo. Tras un vuelo con Carlos Pombo Somoza, al que le encantó el aparato, le sugirió venderlo en Estados Unidos.

Y así fue. En agosto de 1957, ya adquirido por una empresa estadounidense, y aún con la pintura que lucía en España, sufrió una salida de pista en Kenora, Ontario, sin daños personales, pero que ocasionó el final de la vida del avión.

Fuentes

Un Mosquito Español, de Canario Azaola

Aviation Safety

Puente de Mando

Brit Modeller

Las armadas española y portuguesa se interesan por portaaviones-UAVs

Mojave en circuito, para tomar en el HMS Prince of Wales

Hemos hablado del Anadolu (también en podcast), gemelo de nuestro Juan Carlos I (L-61), como potencial buque porta-UAVs turco. Además hemos visto al Mojave despegando y apontando desde el HMS Prince of Wales. Esta vez las noticias de buques con cubierta plana para operar helicópteros y aviones no tripulados nos quedan más cerca.

Por un lado sabíamos por Defensa.com del interés de la armada española en un buque con una cubierta corrida para operar aviones no tripulados desde él. Se tratarían de drones clase III, esto es de más de 600kg.

Actualmente el único avión no tripulado que opera España en esa categoría es el Predator, pero en un futuro se le unirán el Sirtap y, esperemos, el Eurodrone. Si bien la envergadura del segundo lo hace inadecuado para las cubiertas de este tipo de aeronaves que se plantean, sería interesante saber si el Sirtap puede operar como el Mojave desde portaaviones, tanto para integrarlo en este buque de cubierta corrida especializado en aviones no tripulados, como integrarlo en el L-61, o en otros buques similares que se desarrollen.

Desarrollo de Damen, abrir la imagen en una pestaña nueva para ver a tamaño completo

En cuanto nuestros vecinos portugueses, sabemos de su interés por los buques porta-vehículos-no-tripulados por una nota de prensa del astillero Damen.


Detalle de un vehículo marítimo no tripulado desplegado desde el buque de Damen

El astilleroDamen Shipyards ha presentado un nuevo diseño de barco multipropósito diseñado en conjunto con la Armada Portuguesa. El Buque de Apoyo Multiusos (MPSS) se ha desarrollado en dos versiones, de 7 y 9 mil toneladas, respectivamente. El diseño es modular, para compartir el máximo numero de partes posibles y que su construcción sea económica y rápida.

Las otras funciones que cubre el buque, para ser llamado multipropósito, además del lanzamiento y control de drones (aéreos, de superpicie y submarinos), son el apoyo anfibio, la ayuda en emergencias/catástrofes, la búsqueda y rescate, el apoyo a buceadores, operaciones de rescate de submarinos y operaciones de helicópteros.

La cubierta del MPSS 7000 mide 107 x 20 metros, y se prevé una triupación de 48 personas, aunque podría dar cabida, entre operadores y especialistas de distintas misiones, hasta a cien tripulantes más. En caso de evacuación, por ejemplo, o de recogida de náugfragos, podría acoger de forma temporal a 42 personas adicionales. El MPSS 9000 mide 130 x 20 metros.

La serie MPSS puede permanecer en el mar durante períodos de al menos 45 días.

En ninguno de los dos casos, ni el portugués ni el español, se ha hablado de qué aeronaves podrían operar, además de los helicópteros ya en servicio con ambas armadas. Hasta ahora se sabe que el Mojave, con sus grandes flaps y slats, es ya una opción viable. Los turcos están desarrollando una versión de su Bayraktar TB-3, e incluso hablaban de un desarrollo de caza no tripulado naval. ¿Se animará Airbus a navalizar su Sirtap?

En cualquier caso, parece que aquella aventura que comenzó con los aviones no tripulados TDR-1 y TDN-1 en los años 40, por fin va a despegar.

[Podcast] Pilotos anti-incendios en helicóptero, con Jose Luis García

Ahora que estamos en otoño, casi llegando a invierno, es un gran momento para recordar al personal que lucha contra el fuego durante el verano, y de paso defender que se les mantenga durante el resto del año, puesto que es mejor prevenir que curar, porque siempre sale más barato el mantenimiento preventivo que el correctivo.

Para eso tenemos con nosotros a José Luis García, ingeniero y piloto de helicópteros, que nos cuenta cómo nació la vocación, los pasos que dio para llegar a ser piloto anti-incendios y en qué consiste su trabajo, desde el ataque al fuego al transporte de brigadistas. Esperemos que disfrutéis tanto como nosotros dos grabando.

El podcast se puede encontrar en Amazon Music, Apple Podcast, Google Podcast, Ivoox, Spotify

pd: Si la intro y la despedida os son familiares, que no os sorprenda. En un ejercicio de nostalgia podcasteril he hablado con Javier Lago para pedirle permiso y utlizar la introducción que hizo para el que, si no recuerdo mal, fue el primer podcast español sobre aviación: Remove Before Flight RBF podcast

Airbus realiza una segunda prueba de repostaje autónomo de UAVs

Hemos venido hablando periódicamente de Airbus y su capacidad de repostaje autónomo en los últimos tiempos. La última noticia fue que había logrado el control de aviones no tripulados desde un avión cisterna A310 MRTT. Ahora sabemos que, recientemente, han completado una segunda fase de ensayos de su sistema AutoMate en El Arenosillo, Huelva.

Como en el primer ensayo, se han utilizado los aviones no tripulados DT-25, cuya función principal es servir de blanco aéreo. Éstos, se lanzaron desde las intalaciones del Arenosillo, y alcanzaron la altitud de vuelo del MRTT, que tomó el control sobre ellos. Previamente, antes del lanzamiento, se había comprobado que el enlace MRTT-DT25 funcionaba.

Por motivos de seguridad, el ensayo se realizó con un avión cisterna virtual, que los drones «veían» ligeramente por detrás y por debajo del A310 real.

Fuentes: Airbus y FlyNews

Caza de la avutarda desde una avioneta

No todo el tiempo pasado fue mejor, al menos no para las avutardas, cuya caza se prohibió en 1980, pero que hasta los años 60 sirvió de entrenamiento a los pilotos militares con base en Getafe para realizar maniobras de caza en sus biplanos. Tan popular llegó a ser que la imagen quedó recogida en uno de los sellos emitidos para conmemorar el cincuentenario de la aviación española…

Parece que la tradición empezó el 8 de septiembre 1922, cuando durante un vuelo de instrucción, uno de los alumnos de José Rodríguez Díaz de Lecea, que llegaría a ser ministro del Aire durante la dictadura franquista entre 1957 y 1962, detectó un grupo de desdichadas avutardas volando cerca de ellos, y las utilizó para practicar con ellas las maniobras recién aprendidas con su biplano de entrenamiento.

En otro vuelo, esta vez junto al capitán de artillería José G. Estefani, lograron separar de la bandada a una avutarda, a la que persiguieron durante tres cuartos de hora. Finalmente, con una técnica similar a la que utilizaban para derribar las V-1, tocaron con la punta de plano del avión el ala del ave, que cayó a tierra agotada. Los pilotos aterrizaron en el campo donde había caído, la remataron con una carabina, y se la llevaron al aeródromo donde, según La Estampa, se comía pues «La avutarda no sólo sirve para entrenar a los pilotos en la persecución, sino que se com e y es un excelente bocado… ¡Si el aeroplano no sirviera para tantas cosas más, esta sólo le haría merecer bien de las gentes honestas y amantes de los buenos bocados!»

Parece que las primeras cacerías se hicieron con el biplano Avro 504 y las últimas con las CASA 1131, ya en los años 60.

María Bernaldo de Quirós, primera aviadora española, su instructor, Díaz de Lecea y la avutarda (Díaz Casariego)

Incluso Maria Bernaldo de Quirós, pionera de la aviación española, practicó las cazarías, lo que demuestra la popularización de esta forma de practicar las maniobras con la aeronave. De hecho Lecea se llevó a uno de estos vuelos a un periodista, Ignacio Carral, que relataba así su experiencia:

Si consultan ustedes una enciclopedia encontrarán que la avutarda es un pajarraco de gran tamaño que vive en Rusia, en Rumanía, en Tartaria, en Siberia, en Mongolia, en Persia, en Siria… Y cuando las gacetillas políticas nos daban la noticia de que el Conde de Romanones había ido a cazar avutardas a la provincia de Guadalaiara, todo el mundo sonreía, como si se tratase de una broma más del caudillo del partido liberal. Un pájaro que vive en unas regiones tan lejanas y tan legendarias ¿qué diantres iba a hacer aquí, en los linderos de la región manchega? Sin embargo, a pesar del desdén de las enciclopedias hacia ellas, hay unas avutardas castellanas que viven a las puertas mismas de Madrid, ni envidiadas, ni envidiosas, comiendo las semillas y las flores que buenamente pueden encontrar y construyendo su hogar tranquilo en los trigales, cuando las espigas alcanzan, hacia mayo y junio. Una altura suficiente para dar poesía a su idilio. Vivían así una vida tranquila y sosegada, sólo turbada, además de por los tiros del conde, por alguna reyerta pasional entre dos machos que se disputaban una hembra. Tímidas, constantemente alerta, dotadas de una vista y de un oído extraordinarios, sabían esquivar e! peligro a tiempo y su mismo temor las libraba de tos enemigos que trataban de aproximarse a ellas.

¡Pero el Progreso es terrible para los seres que huyen así del mundanal ruido! ¡El Progreso gastó a las avutardas la terrible broma de inventar el avión! ¡Los pacíficos bichos vieron cernirse sobre sus cabezas, ocultas por las espigas, este pájaro monstruoso, de alas inmóviles y aterrador zumbido. Su mismo temor las había salvado siempre con la huida… V huyeron…

Entre el ruido del motor que ocupa todo el espacio se percibe vagamente la voz del comandante Lecea: —¡Ahí va, ahí va! Hace unos minutos que hemos salido del aeródromo de Getafe sobre una de estas leves avionetas que se pliegan lo mismo que un paraguas para ser guardadas en el garage y que son indudablemente las precursoras del aeroplano de bolsillo. Habíamos dejado atrás la mancha de tejados de Pinto cuando el avión ha comenzado a descender pincando hasta casi rozar los sembrados. Se ven a un lado y a otro las espigas verdes, con la sensación exacta de poderlas coger sin más que extender el brazo. Parece como sí, en vez de en una avioneta, corriéramos en un automóvil mágico sobre las puntas de las espigas. Afanosamente mirábamos ante nosotros sin descubrir nada. A la voz de alerta del comandante Lecea, nos inclinamos todo lo que es prudente mirando a través del parabrisas, ante el cual cruza huyendo veloz hacia arriba unpájaro de gran tamaño , con unas largas alas. Casi al mis mo tiempo Vemos brotar de entre las espigas otro más grande que huye tan veloz como el primero en otra dirección…

¡Dos avutardas! ¡Un honrado matrimonio de avutardas deshecho! ¡Su precaución y su miedo salvaba a las avutardas antes de que este pájaro monstruoso de aluminio y de madera apareciera en el espacio! Su miedo y su cautela las pierden ahora , las descubren…

El avión se inclina hacia la izquierda y comienza a subir en una vuelta tan cerrada que sólo la confianza en el comandante Lecea logra dar seguridad de ánimo al reportero, novato en aventuras de aviación. Muy pronto la avutarda que creía verse ya libre de su enemigo, huyendo en dirección contraria a Madrid , se encuentra con el paso cortado por el monstruo rugiente y de vuelta rápida. Ahora se desvía hacia la derecha al ver que el avión la persigue de cerca. Este gira y la corta el paso de nuevo haciéndola tomar la dirección del aeródromo…

Unas veces los campos verdes desaparecen totaImente y da la sensación de que se marcha a través del cielo azul. Otras se descubre todo un panorama de verdura o de cuadriláteros irregulares de diferentes tonos que suben raudos como si fueran a jugar a la pelota con la avioneta; poco después uno los encuentra, a un lado, a la derecha o a la izquierda como si fueran una pared… La avutarda debe experimentar , sin embargo , sensaciones mucho más angustiosas. Sube y baja constantemente, gira en una y otra dirección para librarse de e su perseguidor… Y tal cual vez se la ve claramente volver su cabezota casi hundida entre las alas y mirar trágicamente hacia atrás, con su pico negruzco abierto por la fatiga o por el terror…

Abajo ha aparecido ya la extensión del aeródromo con unas manchitas de gente… La avioneta se remonta sobre la avutarda, echándosela casi encima , y la obliga a descender, precipitándose después tras ella… No hubiera sido necesario, seguramente, el tiro con que una escopeta certera del aeródromo la obsequia al llegar junto al suelo. Es seguro que el pájaro hubiera muerto por agotamiento, o acaso por terror, de un ataque cardiaco. Como toda historia emocionante, ésta tiene también un epílogo. La avutarda no sólo sirve para entrenar a los pilotos en la persecución, sino que se come y es un excelente bocado… ¡Si el aeroplano no sirviera para tantas cosas más, esta sólo le haría merecer bien d e las gentes honestas y amantes de los buenos bocados!

Bibliografía: