
El 3 de septiembre de 2025, Pekín volvió a convertirse en el gran escenario de la propaganda militar china. Con motivo del 80º aniversario de su final de la Segunda Guerra Mundial, el régimen de Xi Jinping organizó un desfile en la Plaza de Tiananmen que buscó mostrar músculo tecnológico y político a partes iguales.
En la tribuna de honor, junto a Xi, se situaron dos invitados de peso: Vladímir Putin y Kim Jong Un. No es casual: la foto del trío recordaba a los desfiles de 1959, en plena Guerra Fría, y pretendía enviar un mensaje claro sobre las nuevas alianzas frente a Taiwan, Japón, Estados Unidos y sus socios.
El desfile de 2025, como no, ha sido una demostración más de poderío militar y enseñar los dientes a los vecinos, y el Ejército Popular de Liberación (EPL) enseñó algunas de sus cartas más avanzadas en materia nuclear, hipersónica y no tripulada. Y, como veremos, también dejó ausencias notables.
Seguir leyendo