Ayer en Race festhice lo imposible por trasmitir lo que AVA logró hacer entre 2006 y 2009 organizando los tres campeonatos de vuelo virtual más la Virtual Red Bull Air Race. Pero en tan poco tiempo era difícil explicar tanto trabajo.
No obstante, para ampliar mucho más la información sobre los campeonatos de vuelo virtual, la Red Bull Air Race y como la Federación Aérea Catalana llegó a incluir estas especialidades de vuelo simulado como deporte aéreo, nada como escuchar la entrevista que hice a dos de los que más trabajaron para ello.
Posiblemente una de las conversiones de avión a vehículo de carretera más sencillas y logradas: de avión ligero a moto triciclo, Plane Driven y sus PD-1 y PD-2
En el libro de Aviones Bizarros tratamos el Plane Driven 2. Pero en el blog podemos mostrar muchas más fotos de este kit pensado para convertir un Glassair en una moto de tres ruedas, legal para circular por la carretera. Así pues es una ocasión genial para recordar este road-able-plane, que dicen los americanos, y traer un montón de fotos y vídeos.
Glassair ha probado, según su web, tres configuraciones posibles, aunque sólo hemos encontrado imágenes de dos, la PD-1 y la PD-2.
En la configuración PD-1 utiliza un GlassairGlasstar con tren triciclo, y un motor auxiliar montado bajo el fuselaje, entre las ruedas del tren principal, que le permite circular por carretera.
La conversión era simple, el tren principal se desplazaba hacia atrás para dotar de más estabilidad al vehículo mientras circulaba por carretera.
Sin embargo, esta configuración fue desechada. Suponemos que por varios motivos, uno de ellos la vulnerabilidad del motor expuesto de forma constante, el empeoramiento de la aerodinámica, y el mal comportamiento de los vehículos de tres ruedas con dos ruedas traseras.
La configuración PD-2 se basa en el Glassair Sportsman.
En este caso se trata, también, de una conversión de avión a moto-triciclo. Pero con un avión patín de cola. En lugar de tener una instalación fija del kit de conversión, se trata de una instalación desmontable, que se instala bajo la parte trasera del fuselaje.
La idea es sencilla, tanto para el PD-1 como para el PD-2. Utilizar un avión de construcción amateur con alas plegables para convertirlo en un vehículo de circulación legal por carretera.
Las alas plegables permiten reducir el ancho del vehículo al máximo. Así como instalar las luces legales de carretera (posición, frenos e intermitentes) en el borde marginal.
La diferencia principal está en la instalación del kit motor. Como hemos dicho, en el PD-2 es desmontable, y se puede llevar en el interior del avión, aunque eso hace que las dos plazas traseras del avión queden inutilizadas por utilizarlas para transportar la rueda motriz.
La rueda motriz recuerda a la de una motocicleta normal y corriente, y monta tanto el motor como el sistema de transmisión y el depósito de combustible.
El motor tiene 50CV, lo que le da de una relación potencia-peso similar a la de un VW Escarabajo de los antiguos, según la web del fabricante.
Además de la instalación del kit de propulsión, el avión necesita de algunas otras adaptaciones menores, como la instalación de las luces para poder circular por carretera. Otra modificación de mayor enjundia es la instalación de un sistema de tren principal con ruedas y amortiguación aptas para la circulación por carretera.
Con el kit de conversión, Plane Driven ha logrado certificar el vehículo como moto de tres ruedas en USA, una legislación menos restrictiva que intentar certificarlo como coche.
El precio que esperaban que tuviera era de 60k$, incluyendo el kit del avión Glassair y el de Plane Driven.
El avión que puede circular por carretera lleva volando más de diez años y, por lo que se dice en la web, aún no se ha puesto a la venta.
¿Utilizar un caza de última generación, en la época, para llevar cerveza de contrabando desde Reino Unido a Francia?¿Tirar un retrete como una bomba? Estas anécdotas y algunas más te las cuento en este podcast, especial para vacaciones, cortito, y con un poco de humor, para no haceros perder el tiempo en vacaciones y que os centréis más en la playa que en el móvil.
pd: Si la intro y la despedida os son familiares, que no os sorprenda. En un ejercicio de nostalgia podcasteril he hablado con Javier Lago para pedirle permiso y utlizar la introducción que hizo para el que, si no recuerdo mal, fue el primer podcast español sobre aviación: Remove Before Flight RBF podcast
Aunque el vídeo nos ha llamado la atención por la exhibición de Michel Détroyat, volando a ras de suelo, hasta llegar a tocarlo con una sola rueda y casi una de las puntas de plano, con un vuelo alocado, similar al del «piloto borracho», este vídeo es una joya en sí mismo en todos los segundos de su metraje.
Es una exhibición aérea en Villacoublay, un aeródromo en las cercanías de París. En la exhibición podemos ver un par auténticas reliquias ya para la época de la grabación, como el biplano Farman de antes de la Primera Guerra Mundial, o el Bleriot como el primero que cruzó el Canal de la Mancha.
En 1915 no había aviones doblemando. Había que aprender en aviones monoplaza. Y se idearon toda suerte de proto-simuladores de vuelo. Este tipo de simuladores eran “aviones” hechos para no volar. Tenían poca potencia y alas tan cortas que no permitían el vuelo, salvo –si ha caso- pequeños saltos dentro del efecto suelo.
En México este tipo de simulador era llamado “aviones de carreras por tierra”,”taxis” o, simplemente, “aviones de escuela”.
Como sus primos franceses, contaban con todas las características con las que contaban los aviones a los que los pilotos se iban a enfrentar después: volcaban con facilidad, eran inestables y carecían de frenos. Y es que la idea de este particular invento del demonio era acostumbrar a los pilotos a lo que se iban a encontrar después… pero sin miedo a que se fueran al aire, o a perder un avión complejo, caro, y costoso de reparar o conseguir repuestos. A las particulares carreras por tierra, “sin frenos y a lo loco”, las llamaban los pilotos “la repartición de tierras”.
Hemos encontrado que se utilizaron dos tipos de guajolotas. Una, diseñada como tal, a partir de los restos de un biplano Martin Pusher, bautizado como Sonora, y participante en el primer combate aeronaval mexicano, con motor Ford y un diseño que recuerda al de los Demoiselle.
Y el otro el llamado Biplano TNCA serie A, un proyecto mexicano para tener un avión de fabricación propia, que consistió en convertir un monoplano Morane-Moisant en biplano, utilizado parece ser en las «reparticiones de tierras», al menos según se ve en la caricatura publicada porMexicana Aviation History.