Roll-Out (presentación) de la réplica del primer autogiro que voló hace cien años

Hoy hemos estado en la presentación de la réplica del autogiro C.4 en el aeródromo de Camarenilla.

Ya sabéis que en enero volaba por primera vez en Getafe un autogiro, hace cien años. Y esta es la iniciativa de un grupo de constructores amateur que han decidido rendir homenaje a Juan de la Cierva y celebrar así el Centenario del Autogiro.

Durante la mañana han presentado la réplica y explicado el proceso de creación de la misma, así como los principales retos que ha supuesto su realización y que supondrán su vuelo.

No existen planos del C.4, aunque sí de otros modelos posteriores, así que todo el trabajo se ha tenido que hacer basándose en modelos posteriores y fotografías.

Se ha cuidado al máximo todos los detalles, incluso el tablero de mandos. Aunque no se han podido encontrar instrumentos exactos de la época, en especial el indicador de resbale o «bola», se ha intentado que el cuadro de mandos sea lo más representativo posible de un autogiro de 1923.

De momento es un Rotax 912 de 80hp el que da vida a este autogiro, aunque hay planes para, en un futuro, dotarle de un motor radial, más similar estéticamente al rotativo que montaba el C.4.

Y en cuanto al primer vuelo, las principales dificultades son dos. Y es que hoy en día los autogiros son todos, o casi todos, tren triciclo, así que volar un patín de cola es algo poco común. Y por otro lado, hoy en día todos los autogiros son de mando directo, esto es, se controlan mediante la inclinación del rotor, mejora introducida a partir del C.19, mientras que el C.4 conserva los mandos clásicos de un avión, alerones para alabeo y timones de profundidad y de dirección en el empenaje. Así que aunque Fernando Roselló, piloto del autogiro, sea un experto piloto en estas aeronaves, va a volar un autogiro que no se parece en nada a ninguno de los que ha volado hasta ahora.

No ha llegado a volar, tan solo un par de carreteos y prelanzar el rotor, aunque no hemos hecho vídeo del prelanzamiento, había tanta gente al rededor que no se hubiera visto gran cosa… sin embargo sí hemos hecho una buena sesión de fotos que esperamos que disfrutéis.

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Posiblemente el primer simulador de vuelo recreativo de la historia

Si recordamos la entrada reciente acerca de los simuladores de vuelo, uno de los primeros conceptos de diseño se basaba en un avión cautivo, articulado sobre una rótula esférica o una junta universal, para permitirle los giros en los tres ejes (cabeceo, alabeo y guiñada).

Vídeo de 1919 mostrando el simulador

El Piloteur o sistema de Lender & Heidelberg incluía, además, un un motor de aire comprimido que movía una hélice que, a su vez, se encargaba de soplar con suficiente fuerza los timones como para tener mando aerodinámico del avión. Así se basaba en los mismos principios que los anteriores, solo que incorporaba su propia fuente de viento.

Fue patentado en 1917 por el teniente Lender y por Paul Heidelberg. Aunque se presentó al Comité Técnico de Aeronáutica de la Dirección de Invenciones de Francia, no se empezó a utilizar hasta después de la guerra, realizándose las primeras experiencias en 1920.

Y nos atrevemos a decir que fue, posiblemente, el primer simulador de vuelo recreacional, puesto que fue instalado en las galerías parisinas Lafayette para disfrute del personal.

Fuentes

Tres simuladores de vuelo-pre Primera Guerra Mundial

La necesidad de aprender a volar sin arriesgar la vida del aprendiz ni la máquina ha sido patente desde el comienzo de los vuelos. Ya hemos visto muchos casos en este blog, en unos casos recurrían a situar manualmente al alumno piloto en una posición anormal y que el alumno tuviera que volver a la horizontal manejando los mandos, como en el caso de Antoinette. En otros casos se recurría a ventiladores para simular la corriente de aire sobre un avión, o incluso a remolcar el simulador con un coche, teniendo así mando aerodinámico.

Los que hoy presentamos se basan todos en el mismo principio de funcionamiento: un avión instalado sobre una junta universal o una rótula esférica que recurre al viento para generar fuerzas aerodinámicas sobre sus superficies de control y, de este modo, tener mando aerodinámico y simular los movimientos del avión en, al menos, los tres ejes de rotación: cabeceo, alabeo y guiñada.

Sanders Teacher, un simulador de vuelo – 1910

Flight, en su número de diciembre de 1910, publicó

La invención, por lo tanto, de un dispositivo que permitirá al novato obtener una idea clara del funcionamiento de un avión y las condiciones existentes en el aire sin ningún riesgo personal o de otro tipo debe ser bienvenida sin duda. Ya se han probado varios y el Sanders Teacher es el último en entrar al campo.

El Teacher se construyó a partir de componentes de aviones reales. De hecho era un avión real montado sobre una junta universal. No podía volar, pero sí reaccionar a las fuerzas aerodinámicas cuando se encaraba al viento. ¿Desventajas? Si no había viento o no tenía la velocidad suficiente, el simulador no funcionaba. Por eso otros aparatos similares recurrieron a ser arrastrados por vehículos o situar frente a ellos grandes ventiladores.

Billing Oscilator – 1910

Similar al anterior, podemos encontrar el sistema desarrollado por Eardley Delorney Billing, el «Billing Oscilator«. Una vez más, un avión sobre una articulación esférica bajo su centro de gravedad, y superficies móviles que movían el avión en sus ejes de rotación (cabeceo, alabeo y guiñada) si el viento era suficientemente fuerte como para generar fuerzas aerodinámicas.

Fue ensayado en el aeródromo de Brooklands y, como el sistema anterior, apareció publicado en Flightdel, el 19 de noviembre de 1910.

Sistema Gabardini

Otro simulador que utilizaba el mismo sistema era el de Gabardini. Creado por Giuseppe Gabardini (1879-1936), propietario de la Società per la Construzione de Velivoli en Novara, para aprender a manejar sus aviones.

Básicamente era uno de sus aviones unido a la articulación esférica. Además, este sistema contaba con cables de seguridad que impedían que el avión cautivo sufriera daños si llegara a tocar el suelo con alguno de sus extremos.

Cabe destacar que Gabardini crearía otros dos sistemas, además de éste ideado para familiarizarse con el uso de las palancas de mando. De los otros dos, uno sería para aprender a carretear el avión y el otro un par de ruedas adicionales para evitar el capotaje del avión durante las fases iniciales en las que el alumno piloto aprendía a aterrizar.

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Fuentes

FLIGHT SIMULATION IN CIVIL AVIATION ADVANTAGES AND DISADVANTAGES. Tomasz BALCERZAK, PhD. Eng.;Katarzyna KOSTUR, Magistry Eng. en Revista europea de derecho de la navegación marítima y aeronáutica

FUERZA AÉREA ARGENTINA SECRETARÍA GENERAL DIRECCIÓN DE ESTUDIOS HISTÓRICOS. Boletín de la Dirección de Estudios Históricos

La Piper Cub con motor radial

Piper J3P Lenape Papoose engine DSC_6265
vía Flickr

Cuando uno piensa en aviones ligeros aparecen en mente Cessnas y Pipers. Cuando uno piensa en el modelo de avión que popularizó la aviación ligera, es casi imposible no pensar en la Piper J3 Cub.

La Cub nació como aeronave ligera con un motor Continental A-40 de 40HP. Con este motor estaba falta de potencia. Con el paso del tiempo se popularizaría con el A-65, y serviría como avión recreativo, avión de enlace en el ejército, observación artilera e incluso avión embarcado. Sirvió como avión demostrador de las hélices monopala, e incluso ha montado el tren de aterrizaje Whittaker para ser más todo-terreno de lo que ya es.

Por eso no debería sorprendernos su variante con motor radial, ¿no?

En un momento en el que se buscaba ampliar la cartera de clientes interesados en la Cub, Piper la ofreció con una motorización única, acabado básico y más económico; con pocos lujos, por ejemplo no tenía ni frenos; rueda de cola o asientos cómodos (la Cub Trainer). Y un modelo avanzado y más configurable, con asientos incluso de cuero y una gama variada de motores como los Continental 40, 50 y 65, o los Franklin 50 y 65. Y el más peculiar y desconocido de todos, el Lenape LM-3 «Papoose», un motor tricilíndrico en estrella que recuerda a aquellos primeros desarrollos de motores Anzani para aviación. Esta Cub recibió el nombre de J-3-P.

En aquella época, la Cub servía básicamente para entrenar pilotos a bajo coste, y sin alejarse mucho del aeródromo porque, indefectiblemente, el motor se paraba, sí o sí. Tiempo después se descubrió que tenía que ver con la formación de hielo en el carburador, y se tomaron las soluciones necesarias -básicamente calefactarlo-. Esa era posiblemente la mayor ventaja del Papoose, al desviar parte de los gases de escape sobre el carburador, éste estaba calefactado y no se formaba hielo.

Tan solo se vendieron unas 50 J-3-P, y no deben quedar más de 4 en vuelo.

En la prueba en vuelo se describe como una J-3 de 50 hp «normal». Vamos, que se comporta como cualquier otra Cub con 50 caballos, sea con el A50 de Continental o con el Fraknlin 50. ¡Pero con muchas más vibraciones! Y mucho más difícil de arrancar. La otra característica que destacan del avión es lo extraño de tener un cilindro en el centro del capó, en medio del campo visual. Aunque parece que también tiene sus ventajas: se sabe que se han alcanzado las revoluciones por minuto de crucero, 2100rpm, cuando este cilindro deja de sacudirse.

Esta motorización, sin ser la más popular, protagonizó un vuelo publicitario en 1928 para conmemorar el vigésimo aniversario de la inauguración del servicio de correo aéreo por parte del Ejército de los EE. UU.. El departamento de publicidad de Piper Aircraft tuvo la idea de hacer que un par de sus pilotos volaran la Cub NC20280, con motor por Lenape, sin escalas entre Newark NJ y Miami FL. El reabastecimiento de combustible se logró dejando caer un cabo desde el avión, al que personas que circulaban automóviles ataban garrafas de combustible para repostar en vuelo.

Cub con motor «Papoose» y tren de aterrizaje Whittaker

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Fuentes