De un avión en una calandra a Marcel Doret

Avión en la calandra de un Mercedes

En 2019 estuve unos meses desplazado cerca de París por motivos de trabajo. Allí, en la calle en la que estuve viviendo me encontré con este coche. Me recordaba a uno de los Morane Saulnier 317 de la Ferté Alais.

El coche pertenecía a un hombre de 70 años que me identificó como piloto cuando vio mi cazadora con el parche de Loring. Me contó que el avión de la calandra era muy viejo, que perteneció a su padre y que representaba uno de un gran piloto acrobático francés de los años 30.

Pregunté si era el Morane Saulnier y me dijo que no, que era un Dewoitine. Alguien normal lo hubiera recordado como una anécdota agradable más y ya. Pero servidor es aerotrastornado y la cosa no podía quedar así. ¿Qué Dewoitine y qué piloto?

Me dediqué a googlear y pregunté en Twitter hasta que di con él. Y algún tiempo después me acerqué al Museo de Le Bourget para fotografiarlo. Di con la historia y con el avión gracias a @hydra_66.: se trataban de un Dewoitine D.530 y de Marcel Doret.

Dewoitine D.530 en Le Bourget (foto de mi autoría)

El avión está en Le Bourget con los mismos colores que el de la calandra del Mercedes, y es un avión acrobático. O mejor dicho, es un caza D.27 convertido en el D.530, avión acrobático personal del piloto de pruebas de Dewoitine, Marcel Doret.

Dewoitine D.530 en Le Bourget (foto de mi autoría)

El caza es un Dewoitine D.27, en una configuración bastante popular a final de los años 20 y principios de los 30, llamada ala en parasol. Fue diseñado a finales de los 20, y participó en la Guerra Civil Española al servicio de la Fuerza Aérea de la República.

En función de los motores que montara (en aquella época era como hoy día las aerolíneas, cada fuerza aérea pedía su motor y el mismo avión podía montar desde un motor radial a uno en V, como pasaba con el Vildebeest, por ejemplo), se denominaba de una manera o de otra.

Este fue designado D.27, D.271 si llevaba un Hispano-Suiza, 273 con un Bristol Júpiter con compresor, D.53 si era una versión reforzada del D.27

Pero hemos dicho que el avión era de Marcel Doret. Doret comienza la IGM como mecánico, con 18 años (bueno,aprendiz de). A los 22, en 1918, el año que acaba la guerra, obtiene la licencia de piloto militar. Y tras la guerra comienza a volar como piloto para Dewoitine.

No solo hace de piloto de ensayos, sino que además bate reecords. ¡Un total de 18 records, en concreto! Incluido un vuelo de 3 días y 10mil km en 1931.

Hace acrobacia con el Dewoitine de caza. El avión de caza llevaba un motor de 200CV, ¡el de acrobacia de 300! Participó y sobrevivió a la IIGM, y tras ella volvió a la acrobacia, en su Dewoitine.

El avión lo voló por última vez unos pocos días antes de morir de cáncer en 1955.

Y he aquí la historia del avión en la calandra de un mercedes que vi en un pueblo cercano a París.

Fuentes: la historia la conté hace algún tiempo en Twitter, pero creo que merece la pena traerla al blog.

Colosal Guppy, o cuando el B-52 pudo terminar siendo un «super Beluga»

Colosal Guppy, un avión de transporte gigante basado en el B-52

Transportar cargas de gran tamaño ha sido siempre una tarea desafiante que ha puesto a prueba el ingenio de las personas involucradas en el proyecto. Así nacieron las sucesivas iteraciones del Guppy, siempre sobre la base del Stratocruisser, un descendiente directo del B-29.

Stratocruisser, Pregnant Guppy, Super Guppy, Mini Guppy. Y bajo del todo, el Colosal Guppy

Básicamente consistía en modificar una aeronave, que ya tenía fuselaje de doble burbuja, incrementando de forma desproporcionada la burbuja superior. De este modo la cabina permanecía en el lugar de la cabina normal de la aeronave, y mantenía buena visibilidad, y se conseguía una cavernosa bodega en la parte superior. Este diseño dio lugar al nacimiento de un nuevo concepto de aeronave, aún hoy día utilizado, como los Beluga ST y XL o el Dream Lifter.

Colosal Guppy en Aviation Week

Aero Spacelines fue el creador de los Guppy. Y quien, en vista del éxito que habían cosechado, propuso la creación de este coloso para el transporte de cargas desmesuradas. A comienzos de septiembre de 1966 comenzaron las conversaciones para obtener dos B-52 y diseñar un Guppy gigante, reutilizando el empenaje, la cabina y las alas, que habría que alargar para añadir dos pods adicionales, totalizando 12 motores, cuatro más que el diseño original. Y recibió el muy adecuado nombre de Colossal Guppy. Lo que ocasionó que en aquél momento hubiera cierta confusión con el Colossus, nombre de un proyecto del mismo diseñador que había escogido también para otro proyecto de avión gigante consistente en unir dos CL-44.

Se publicaron folletos publicitarios en los que se podía leer que el avión sería capaz de transportar todas las etapas del Saturn V. El fuselaje tendría 40 pies de diámetro (12.2m) y el avión tendría una capacidad total de carga de 200000 libras (90800 kg).

Antes que el B-52 se estudiaron el B-707 y el B-747, que ironías del destino terminaría siendo modificado así.

Una bancarrota y la falta de fondos se llevarían por delante el proyecto.

Fuentes

La información viene de Ultra-Large Aircraft, 1940-1970: The Development of Guppy and Expanded. Las imágenes vienen de Reddit, Aerospace Projects Review, y No Barrell Rolls.

El T-33 «navalizado» de doble cola

T-33 con doble cola

El otro día vimos en un grupo de Facebook esta foto de un T-33 que nos llamó mucho la atención. Parece un T-33 reparado con el empenaje de un P-38. Y como en este blog somos mucho de investigar bichos raros… había que buscar algo de información.

El T-33 es un desarrollo del Lockheed P-80, el primer caza a reacción del USAAF. Vio servicio limitado en el teatro de operaciones europeo. Como caza quedó obsoleto rápido, pero a partir de él se desarrolló un muy exitoso entrenador, el T-33. Y aunque se tardó un poco en navalizar los aviones a reacción, debido a su pobre aceleración necesitaban grandes pistas de despegue, también triunfaría como entrenador naval, bajo el nombre de Lockheed T2V SeaStar, posteriormente rebautizado como T-1. Sería reemplazado por el North American T-2 Buckeye.

Durante el diseño de la variante naval, el T2V, se temió que durante las tomas, con altos ángulos de ataque al aproximarse al portaaviones, el empenaje quedara en sombra aerodinámica. Por ello se desarrolló esta variante de doble cola. Se modificó el T-33 51-4263, conservando el fuselaje normal de un T-33. Pero la sección de cola rediseñó para acomodar un gancho de apontaje y un estabilizador de cola alargado, con el doble estabilizador vertical. Además, la sección de cola también se utilizó para ensayar nuevos materiales. Nunca recibió una designación formal, aunque algunos lo llamaron NT-33. La configuración del empenaje tampoco se adoptó finalmente.

Frontal del T33 modificado

Fuentes: Tail Through Time, que a su vez bebe de Wings of Fame.

[Vídeo] Mak-10 y su ala telescópica en acción

MAK-10 con el ala retraida y motor Gnome-Rhône 14K Mistral Major

Durante mucho tiempo se ha buscado la forma de optimizar el diseño de una aeronave para que se comporte bien a muy baja velocidad, como en el despegue y el aterrizaje, y aun así tenga un crucero lo más alto posible. Estos dos requisitos son totalmente opuestos, y si el avión se optimiza para uno, es imposible que sea bueno en el otro. Y por ello se han intentado soluciones de lo más diversas, desde el morphing a alas de geometría variable, o los más comunes hipersustentadores slats retráctiles y flaps ranurados y fowler. O las alas telescópicas,

El MAK-10, que ya os presentaramos en 2010, era de los que lo intentaba con alas telescópicas. Desarrollado por Yvan Makhonine, un inventor ruso, en Francia, monoplano de ala baja y tren fijo, un avión bastante convencional, a excepción de su ala retráctil, que en configuración de alta velocidad tenía un 60% de su envergadura en posición desplegada. Entre 1931 y 1935 fue sometido a numerosos vuelos de pruebas y ensayos en vuelo, motorizado primero con un Lorraine 12Eb de cilindros en W y posteriormente con un motor radial Gnome-Rhône 14K Mistral Major.

Y además, sorprendentemente, podemos verlo en vídeo.

MAK-10 con su primer motor Lorraine 12Eb

Bell 1007: la propuesta de helicóptero nuclear gigante

Bell 1007, según apareció en Vertiflite 1959

Hubo una época en la que lo nuclear siempre sonaba a futuro. Y se proyectaron desde aviones de bombardeo a camiones.

Y los helicópteros, no podían escapar de esta tendencia. Gracias a Secret Projects hemos podido leer el artículo de Vertiflite, que resumimos traducido aquí abajo.

El helicóptero fue presentado el 17 de enero del 59 en Fort Worth. En esta presentación se aseguraba que los helicópteros nucleares podrían tener hasta 100m de largo, con 227000kg de masa máxima al despegue.

Y mucho más increíble resulta la velocidad de 200mph (320km/h), sobre todo por el tamaño de los rotores. Como ya sabemos la velocidad de una aeronave de ala rotatoria está limitada por la velocidad de su rotor, en concreto por la velocidad de la punta de pala. Tan pronto roza el régimen supersónico pierden eficiencia. ¡Y con tal diámetro de pala hubiera obligado a una rotación muy lenta para alcanzar esas velocidades!

Por supuesto, con tal tamaño, el fuselaje estaba pensado para tener varias cubiertas…

En el estudio se reflejaba la necesidad de apantallamiento para los reactores. Y también se resaltaba que el disponer de un helicóptero que pudiera mantenerse en vuelo de forma ininterrumpida durante larguísimos periodos de tiempo podría revolucionar la tecnología militar. ¡Algo así como los actuales pseudo satélites de gran altitud o HAPS! Pero tripulado, y de un tamaño mucho mayor.

Y sí, por supuesto, desde Bell se enfatizó en que todo era tan solo un ejercicio de diseño y que no había intenciones reales de fabricarlo.

Estudio sobre el peso de los rotores de gran tamaño para helicópteros nucleares

También gracias a Secret Projects sabemos que hubo al menos un estudio de abril del mismo año sobre cuánto pesarían los rotores de gran tamaño necesarios para esos helicópteros.

Recordamos que en 1955 había volado por primera vez el NB-36H, y que acumuló más de 200h hasta 1957. Sin embargo estas tecnologías no llegarían a materializarse como propulsión de ninguna aeronave.