Empleo del autogiro por la artillería de los Estados Unidos y su éxito como aeronave-correo.

Si los españoles, los italianos y los británicos probaron el autogiro embarcado, y se realizaron ensayos para utilizarlo como ambulancia, o se planteó como solución de movilidad aérea urbana, ¿Cómo no iban a probarlo los estadounidenses para dirección de tiro artillero?

Autogiro Kellet KD-1, basado en el C.30

Actualmente se experimentan en el Ejército americano autogiros de un tipo especial que están destinados a ser empleados por la artillería. Estos autogiros tienen las siguientes características: Peso total, 900 kilogramos; potencia del motor, 225 CV.; velocidad máxima, 200 kilómetros por hora; velocidad en crucero, 165 kilómetros; aprovisionamiento de carburante, 586 kilogramos; velocidad ascensional, 300 metros por minuto.

El aprovisionamiento es suficiente para un vuelo de tres horas y media a la velocidad en crucero; para elevarse y aterrizar necesita una pista de 30metros.

Merced a las características especiales del autogiro, que puede practicar vuelos a poca altura y a marcha lenta, es posible proceder rápidamente al reconocimiento del terreno y recoger informes relativos a los emplazamientos de la artillería contraria, y de los centros de observación, así como de la distribución de los depósitos de municiones y centros de enlace. Todos los informes recogidos pueden transmitirse rápidamente al Mando, que podrá sacar provecho de ellos en beneficio de su artillería.

En lo que a medios de enlace se refiere el autogiro puede emplearse con éxito, pues es apto para aterrizar en casi todos los terrenos y transportar observadores de un puesto de observación a otro. Gracias a estas .propiedades el enlace infantería-artillería se facilita considerablemente.

Desde el punto de vista de la observación el autogiro es susceptible de procurar a los artilleros la posibilidad de orientarse rápidamente respecto a las tropas de Infantería más avanzadas, a las que apoya, y de localizar los nidos de ametralladoras y los centros de resistencia enemigos.

La comprobación del tiro se facilita considerablemente con el emipleo del autogiro, realizándose mejor que con un avión ordinario; otro tanto puede decirse respecto a la observación de los tiros de destrucción. En ambos cometidos el autogiro da mayor rendimiento que cualquier otro aeróstato por su mayor movilidad, menor riesgo de avería, techo más elevado y posibilidad de trabajo en condiciones atmosféricas desfavorables.

El autogiro permite también establecer líneas telefónicas en regiones poco accesibles; para este cometido se adapta al aparato una bobina que desarrolla el hilo mientras el autogiro vuela a poca altura.

Con el autogiro se puede facilitar considerablemente los aprovisionamientos de todas clases y el transporte de heridos.

Memorial de Ingenieros del Ejército, diciembre 1935 número XII

La empresa de Kellett se había establecido a finales de los años 20. A comienzos de los 30 compró la licencia de fabricación a De la Cierva y comenzó a fabricar sus autogiros, basados en el C.19, el primero que tenía mando directo, y el C.30. Hasta entonces los autogiros habían estado dotados de unas alas embrionarias con superficies de control. En un C.19 modificado se ensayó lo que se generelizaría posteriormente como sistema de control de las aeronaves de ala rotatoria: el sistema de mando directo, esto es, el control de la actitud de la aeronave mediante la inclinación del rotor y el cambio de paso de sus palas. Además el C.19 ya tenía la capacidad de despegue vertical, embragando el rotor al motor, que le dotaba de una velocidad de rotación tal que le permitiera el despegue.

El autogiro ensayado por el US Army estaba basado en el KD-1, con mando directo, de ahí la D en la designación, y posibilidad de despegue «de salto». La denominación militar sería YG-1.

Además de estas pruebas, se realizaron otras en 1939, en las que se enfrentarían los autogiros de Kellett contra el Platt-Le Page XR-1 y una Stinson lOS /YO- 54. El General Danford, buscando unos ojos para la artillería, quería enfrentar almenos 3 aparatos que fueran comerciales, baratos y ligeros.

El primero en entrar en competición fue el Stinson. El Platt-Le Page, aunque ya volaba, se encontraba en unas fases de desarrollo muy tempranas. Y el autogiro empezaría a volar poco después que la Stinson. La oposición del General Arnold no ayudó mucho a la creación de la especialidad de observadores para la artillería, ni facilitó los ensayos. Al final triunfarían los grass hopper, que verían servicio incluso embarcados. ¡Con lo fácil que era despegar desde una embarcanción con un autogiro en vez de con el sistema Brodie! ¡Cuánto mejor hubieran despegado desde las lanchas de desembarco los autogiros que los grass hopper!

Las pruebas fueron suficientemente satisfactorias como para que Kellett se embarcara en el diseño de su autogiro más avanzado, el XO-60/YO-60. Se ensayarían en 1942, pero nunca llegarían a entrar en combate.

Kellett YO-60 en vuelo
Kellett XO-60, propiedad del Smithsonian. La foto también es de su propiedad, y se reproduce sin ánimo de lucro

Si bien Kellett no lograría que sus aeronaves fueran adoptadas por el US Army, si logró que fueran las primeras de ala rotatoria en repartir correo

Correo aéreo en autogiro

Fuentes

Video: Royal Navy prueba un autogiro embarcado (1942)

Captura de pantalla del autogiro a punto de despegar

Si la Armada española había probado en el Dédalo en 1934 el C.30, y la marina italiana lo había hecho en 1935, la Royal Navy lo haría en 1942. ¡Y por primera vez podemos verlo en vídeo! Pues de las otras pruebas solo hemos encontrado fotografías.

«Reggie» Brie, el mismo piloto que aterrizó en el crucero italiano, realizó estos ensayos para la Royal Navy.

Un Pitcairn PA-39 apontaba en el Empire Mersey, especialmente modificado con una cubierta de vuelo, en el verano de 1942, ¡casi diez años después que las primeras pruebas españolas! en la bahía de Newport News, Virginia. Los ensayos se realizaron en Estados Unidos, con la idea de dotar a los barcos mercantes de cierta capacidad antisubmarinos.

La imposibilidad de realizar vuelos a punto fijo con el autogiro dificultaban la toma en la cubierta de vuelo, segñun Brie. Allí en estados unidos conoció los trabajos de Sikorsky en su VS-300, y quedó impresionado por su maniobrabilidad, y la versatilidad que le dotaba el poder volar en todas las direcciones, así como el poder volar en estacionario, lo que le llevó a pensar que se desempeñaría mejor como arma embarcada.

Desde el 42 al 45 permaneció en Estados Unidos, donde se involucró activamente en sembrar tanto en la US Navy como a la Royal Navy la idea de la idoneidad del helicóptero como aeronave para lucha antisubmarina.

Aunque iban a ser mandados a Francia en 1939, como aeronaves de enlace, finalmente esa orden fue anulada. Dieron buen servicio ayudando a calibrar los radares de defensa de las islas británicas.

La incorporación de los autogiros a la flota británica se empezó a discutir en fecha tan temprana como 1935:

Autogiros para la Marina. Según el Daily Tele graph, el Almirantazgo ha decidido adquirir para la aviación naval una escuadrilla de autogiros.
[…]
En una conferencia leída por el Sr. Leslie Champness ante la North-East Coast Association of Engineers and Shipbuilders trató acerca de los proyectos de destructores, […] También trató de la factibilidad de dotar a estos buques de autogiros, que podrían despegar sin necesidad de catapultas y, finalmente, dió a conocer un proyecto de motor Diesel apropiado para destructores que con un pequeño sacrificio en la velocidad se lograría un con siderable aumento en el radio de acción

Revista General de Marina, 1935, Tomo 116

Fuentes

Cierva Autogiros: The Development of Rotary-Wing Flight. Washington, D. C.: Smithsonian Institution Press, 1988; Shrewsbury, England: Airlife Publishing Ltd. 1988 pp. 227-8, Brooks, Peter W.

Reginald Brie – Pioneer of Autogyros and Helicopters, textos de R. A. C. Brie compilados por David Gibbings. Royal Aeronautic Society

Revista General de Marina, 1935, Tomo 116

Autogiro haciendo pruebas embarcadas para la marina italiana en 1935

Autogiro C-30 apontando en el Fiume

Los seguidores más fieles ya conocerán la historia del autogiro embarcado en nuestro Dédalo. ¡Pues resulta que la prueba gustó tanto que la marina italiana pidió hacer lo propio en su crucero Fiume!

Imagen del Memorial de Ingenieros del Ejército

La pequeña carrera de despegue de los «C-30» (ya veremos que se anula en los futuros «C-31»), les ha permitido utilizar como campo de aterrizaje la cubierta de nuestro portaaviones Dédalo. Estas pruebas las efectuó «Cierva en el puerto de Valencia, y causaron gran sensación, toda, vez que el Dédalo sólo tiene de portaaviones el nombre, pues lleva unos hidroaviones por ser su cubierta a todas luces insuficiente para el despegue de los aparatos terrestres. No obstante, el autogiro sólo utilizó la mitad de dicha cubierta en su recorrido de despegue.

Y a petición del Gobierno italiano, un piloto de la Autogiro Co. efectuó una prueba análoga en el crucero Fiume cuando navegaba en el puerto de Spezia. Por no haber aparecido en la Prensa diaria en su tiempo, creemos interesante publicar la fotografía C del momento en que el autogiro abandona el barco. La cubierta útil para el despegue del mencionado crucero era de 35 metros de larga, siendo su anchura de 10 metros; pero el autogiro puede despegar en menos espacio, bastándole sólo 8 metros de ancho. No es conveniente reducirla más, pues aumenta proporcionalmente el riesgo de accidentes.

Con los modelos actualmente en construcción, estas cifras serán muy reducidas. El «despegue directo», o sea, sin rodaje, es un hecho, y ahora pasamos a explicar cómo se ha conseguido en el terreno experimental.

Extracto de Memorial de Ingenieros del Ejército, Junio 1935 Número VI

Los ensayos se acordaron y firmaron en diciembre de 1934. Los días 4 y 6 de enero de 1935 se realizarían desde una cubierta de vuelo improvisada y superpuesta en la pola del Fiume. A los mandos, el piloto de la Autogiro Co. Reginald Brie.

Los ensayos se realizaron en dos fases. El primer día, con el crucero anclado en el puerto de La Spezia. El segundo, navegando a una velocidades de 16, 18 y 24 nudos.

Aunque se juzgó a la aeronave como algo nerviosa, con poca autonomía, y poca fiabilidad en ese momento, los resultados fueron tan prometedores que la Marina encargó dos ejemplares, para poder ensayar y desarrollar la idea y el aparato, con vista de dotar a los clase Littorio de estas aeronaves. Tan solo la intervención de la Regia Aeronáutica, que declaró que tenía el monopolio sobre los aparatos voladores, dio al traste con la adquisición de los mismos.

Fuentes

Argus As 292, uav de reconocimiento de la Luftwaffe de 1939

As 292, de reconocimiento, de serie

No es el primer proto-drone que traemos a estas páginas. Ni el primero alemán. Es uno más que nos recuerda que, aunque los aviones militares no tripulados nos suenen a última tecnología, los drones, uav, aviones no tripulados… llevan con nosotros desde los inicios de la aviación. Y si cuando se habla de las armas maravillosas de la Luftwaffe de la Segunda Guerra Mundial se tiende a hablar de platillos volantes y otras armas inviables, esta no era precisamente una de ellas, anticipándose muchos años a máquinas posteriores, aunque sin encontrar su hueco en las doctrinas del momento.

As 292, blanco aéreo
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Del F-35, F-15, F-16, inteligencia artificial y misiles hipersónicos

El F-35, el avión que vino para sustituir a los F-16, F/A-18 y A-10 sigue siendo un avión caro, muy caro. Parece que es fruto de una maldición, y los problemas no cesan para él. También podríamos decir que la historia se vuelve a repetir, y como tras el F-4 Phantom fue necesario un concurso para lograr cazas más sencilloos y baratos, hay que repetir el proceso tras el F-35. Y los costes, pese a que tenían que haberse ido reduciendo, tanto los de compra como los de operación, no bajan tanto como sería del agrado de las fuerzas aéreas, sus generales o el secretario de defensa, que ha llegado a decir de él que es una M… (al final de la transcripción de esta aparición del secretario de defensa en funciones Cristopher C. Miller.

De hecho, aunque hace años el objetivo era tener una flota mixta de F-35 y F-22, todos aparatos furtivos, que serían sustituidos en un futuro por cazas de sexta generación, la realidad está siendo más prosaica y parece que a los cazas de la cuarta generación aún les queda mucha vida. Como ha dicho Miller, el F-16 -y el F-15, añadimos nosotros- han incorporado en los últimos tiempos unas tecnologías muy interesantes.

Las principales ventajas del F-22 y del F-35 eran su furtividad, su capacidad de supercrucero y, sobre todo, su capacidad de compartir información relevante entre ellos, cosas de las que carecían los cazas de cuarta generación. Sin embargo tanto la furtividad como la capacidad de compartir información pueden lograrse con desarrollos de electrónica y software, apuesta que hicieron los de SAAB con su Gripen E. Y el futuro pasa por esa interconexión, así como por la combinación de aeronaves tripuladas y no tripuladas, o incluso opcionalmente tripuladas, además de por la cada vez más importante guerra electrónica. Y aviones como el F-16 ya han demostrado que pueden actuar de forma no tripulada y volar como punto fiel de aviones pilotados por humanos.

Si a lo anterior añadimos que los constantes problemas del F-35 están causando que sea difícil alcanzar la masa crítica de 2100 cazas de sexta generación disponibles permanentemente, no nos ha extrañado que la USAF esté hablando, 20 años después de firmar el último contrato, de volver a comprar F-16s, que se siguen produciendo en la factoría de Greenville para satisfacer el mercado internacional. Así pues el número de F-35 a comprar se reduciría de 1763 a 1050 aeronaves, y se renovaría la flota de F-16, con nuevas capacidades y tencologías, abaratando no solo costes de producción y de hora de vuelo, sino de entrenamiento, al tener ya un sistema establecido y fiable para formar a los mecánicos, ingenieros y pilotos en este tipo de aeronave.

La envejecida flota de F-15C será reemplazada por F-15XE. Los motivos han ido cambiando. Cuando en 2019 la USAF encargó los primeros 8 de 144 F-15XE se dijo que era por una urgente necesidad, ligada a la antiguedad de los F-15C y la falta de disponibilidad de cazas de última generación. Pero ahora además resulta que el pilón central del F-15XE, con una capacidad de carga de 7500libras (~3400kg), es el único que puede transportar el nuevo misil hipersónico (de Mach 5) capaz de alcanzar blancos a 1000millas (~1600km) en 20 minutos. Y se están desarrollando media docena de este nuevo tipo de armas.

Con estos cambios, en lugar de los 2100 F-22 y F-35, la USAF continuaría volando una mezcla de F-35, F-22, F-15XE, F-16 block 70/72, además del venerable A-10, e incorporar durante la próxima década un caza de sexta generación, además del futuro bombardero. Habrá que estar atentos al Next-Generation Air Dominance (NGAD)

Nota: Pese al compromiso de Lockheed Martin de ir reduciendo progresivamente el coste medio de la hora de vuelo del F-35, se estima que ésta costará $25000 en 2025, un 25% menos que en 2018.

En cuanto al entrenamiento, el coste de los escuadrones agresores es alto. Hay que mantener los aviones así como entrenar a los pilotos. De ahí que se mantenga la confianza en el programa Skyborg, con la idea de delegar parte de las labores de los escuadrones agresores en inteligencia artificial, que ya ha combatido contra humanos, aunque sea en simuladores de vuelo. Además, defienden, el hecho de utilizar en el entrenamiento de combate a inteligencia artificial, no solo permite que los futuros pilotos de combate mejoren sus técnicas de caza, sino que la propia IA aprende, lo que permitiría que la IA instalada en aeronaves de combate no tripuladas se enfrentara mejor a situaciones reales y perfeccionar su actuación como puntos fieles, e incluso desarrollar las misiones que se pretendían cubrir con el cancelado programa Light Air Support.

Misiles hipesónicos

Tanto Estados Unidos como China o Rusia están haciendo alarde de esta tecnología como la nueva y casi invencible arma. Misiles que vuelan a velocidades hipersónicas, esto es más de Mach 5, con ojivas que pueden ser convencionales o nucleares, y que se pueden lanzar bien desde tierra bien desde aeronaves siguiendo trayectorias impredectibles. Una vez más, como otras en la historia, se espera que esta arma sea casi imposible de detectar y de derribar precisamente por su gran velocidad.

La controversia sobre este arma viene de un estudio que han publicado dos investigadores independientes, el Dr. Cameron L. Tracy del programa de seguridad global de la Union of Concerned Scientists y el Dr. David Wright del departamento de ciencia nuclear e ingeniería del MIT, basado en los datos del HTV-2, y del que se hacen eco New York Times o The Diplomat.

Mientras que las principales potencias defienden que son armas disruptivas, capaces de alcanzar su objetivo sin ser detenidas, de llevar ojivas nucleares o de alcanzar satélites, estos dos investigadores dicen que no tienen sentido.

David Wright, físico del MIT, llama a este arma en una entrevista un espejismo. «Hay más afirmaciones que números, pero si haces números encuentras que las afirmaciones no tienen sentido».

Los militares dicen que lo que no tiene sentido es el paper publicado pro estos dos investigadores, y que se basan en datos obsoletos. «Debido a la naturaleza clasificada de la tecnología hipersónica, no somos libres de discutir públicamente las capacidades actuales», ha dicho Jared Adams, portavoz de DARPA.

Los investigadores dicen que han suplico los datos que no son públicos con modelos avanzados de simulación. El equipo se centró en las fases distintivas del vuelo hipersónico, la inicial de aceleración, cuando el vehículo atraviesa la atmósfera y el picado final hasta el objetivo.

Con este modelo predicen que estos misiles no burlarían en su fase inicial a los satélites de alerta temprana y que éstos podrían rastrear los giros en la trayectoria del arma durante su fase atmosférica. También dicen en el estudio que la velocidad, uno de los puntos fuertes de estas nuevas armas, no sería tan ventajosa frente a los misiles balísticos lanzados para seguir las conocidas como depressed trajectories, que si bien no son óptimas, sí son las que llevan más rápido al misil hasta el objetivo, al ser más planas, y además les permite esquivar los sistemas anti-misiles balísticos.

Fuentes: