Cazar rollos de película lanzados desde satélites, al vuelo

Carga cazada al vuelo, aunque no siempre funcionaba así de bien

Ahora todos tenemos al alcance de la mano fotos hechas desde el espacio. Nada más fácil que abrir Google Mapas y cargar la capa de orto-fotos. O utilizar el visor de mapas del Instituto Geográfico Nacional y visualizar, incluso en modo comparación, ortofotos actuales e históricas de años atrás (como el famoso vuelo americano). Pero hubo un tiempo que acceder a esta información, a vista de satélite, era todo un privilegio de algunas agencias militares e inteligencia.

También ahora parece que es obvio que todo el material que se envía desde un satélite llega a la tierra en un tiempo mínimo, transmitido por ondas electromagnéticas, e incluso se investiga para transmitir la información por láser. Pero hubo un tiempo en el que esta recuperación era mucho más artesanal, manual, casi rozando el arte. Porque había que ser un artista a los mandos del avión para cazar al vuelo las cápsulas que lanzaban los satélites con los rollos de película desde un avión de transporte.

Las imágenes que mostramos son del programa Corona, de la agencia ARPA (posteriormente DARPA).

CORONA fue el primer proprama de reconocimiento fotográfico desde satélites estadounidense, en funcionamiento desde agosto de 1960 hasta mayo de 1972. El programa fue desclasificado en febrero de 1995.

Imagen de una base aérea soviética, tomada en la primera misión Corona

El programa Corona comenzó en 1958 bajo la apariencia de un programa de exploración espacial llamado ‘Discoverer‘. El primer intento de lanzamiento, fallido, fue en 1959. Después de una docena de lanzamientos fallidos, la cápsula Discoverer 13 fue recuperada por EE. UU. el 10 de agosto de 1960. Fue el primer objeto hecho por el hombre que se recuperó del espacio (los soviéticos enviaron dos perros y lograron recuperarlos apenas una semana y media después) y marcó el comienzo de la era de la vigilancia espacial.

Esquema de un satélite del programa Corona

Comenzando con Discoverer 14, cada satélite del programa Corona llevaba a bordo equipos de cámara cada vez más sofisticados. Utilizaron una película especial de 70 mm fabricada por Kodak (los rollos que usábamos normalmente en nuestras cámaras eran de 35mm) que permitía tomas de alta resolución.

Los primeros satélites Corona llevaban alrededor de 2400m de rollo de película para cada una de las dos cámaras -como se ve el montaje era para obtener fotos estereoscópicas- a bordo, pero para la quinta generación de satélites esto se había duplicado. Los primeros satélites tomaban fotos constantemente, pero las versiones posteriores podían manipularse por radio para dormir y reanudar la toma de fotografías en una fecha posterior.

Las cámaras utilizadas fueron diseñadas especialmente por el contratista de defensa Itek, que se especializó en sistemas de reconocimiento. Las cámaras, inicialmente, montaban objetivos de distancia focal de 610 mm, con una lente compuesta de 178mm de diámetro. Las primeras cámaras tenían un largo de 1.5m, pero este tamaño se incrementó más tarde hasta los 2.7m.

Para calibrar las cámaras desde el espacio, la Fuerza Aérea hizo una cuadrícula gigante de cruces de hormigón en el desierto, en Casa Grande, Arizona. Estas 267 cruces, cada una de unos 18m, están separadas entre sí 1600m.

La resolución de los primeros satélites permitía distinguir objetos de unos 12m de tamaño. En los últimos ya se podían distinguir objetos de 1.5m.

Lanzamiento de Corona
Recuperación de Corona

El sistema de recuperación era similar al que permitía pescar sacas de correo, o planeadores, desde un avión que pasara volando sobre ellos, solo que al vuelo.

Todo el material fotográfico se lanzaba en dos capsulas por separado, una para cada cámara, lo que intentaba garantizar que al menos uno de los dos rollos no se perdiera. Una vez que la cápsula alcanzaba los 60000ft, se desplegaba un paracaídas. Y al llegar a los 15000ft, era pescado por un avión en vuelo. O al menos se intentaba pescar. Por si el sistema fallaba, la cápsula iba rotulada en 8 idiomas, como de alto secreto y con un contacto y ofreciendo una recompensa por ella.

En esta página web se pueden ver superpuestas a un mapa-mundi las fotos que se tomaron desde estos satélites.

Podéis encontrar MUCHA más información en la web de la Oficina Nacional de Reconocimiento, que hemos usado como fuente.

Y ya sabéis, si os ha gustado la entrada, ¡seguidnos!

Fuentes:

Press Releases & Abstracts

CORONA Information:

Lanzar satélites desde un MiG 29: Entrevista con la CEO de Celestia, Gloria García Cuadrado

Celestia Aerospace. Su avión, el Archer y su lanzador, el Arrow.

Los seguidores de Sandglass Patrol conocen Celestia Aerospace, una compañía española que pretende lanzar nano-satélites al espacio utilizando como lanzador un MiG 29UB desmilitarizado. O mejor dicho, el lanzador en sí mismo es un cohete lanzado desde el Fulkrum. Hemos tenido la suerte de hablar con Gloria García Cuadrado, la CEO de la empresa.

He aquí la entrevista. Tendréis que disculpar, eso sí, la calidad con la que escuchamos a Gloria, a veces las intervenciones a distancia son complicadas de grabar.

El podcast se puede enontrar en Amazon Music, Apple Podcast, Google Podcast, Ivoox, Spotify

PD: Si la intro y la despedida os son familiares, que no os sorprenda. En un ejercicio de nostalgia podcasteril he hablado con Javier Lago para pedirle permiso y utlizar la introducción que hizo para el que, si no recuerdo mal, fue el primer podcast español sobre aviación: Remove Before Flight RBF podcast.

Celestia Aerospace cierra ronda de inversión de 100M€ – Lanzar nano satélites desde un MiG-29

Tal vez recordaréis a Celestia Aerospace de entradas anteriores como Lanzar satélites desde un MiG-29, o la entrevista que hicimos a Daniel Ventura González Alonso, también disponible en audio en el podcast Pilotando el Tema.

Hoy nos alegra hacernos eco de esta nota de prensa sobre la ronda de inversión que han cerrado con el grupo multinacional londinense INVEMA LTD.

El Grupo Invema LTD, con sede central en Londres y sedes internacionales en Arizona (USA), Miami (USA), Toronto (Canadá), Bogotá (Colombia), Casablanca (Marruecos), Túnez (Túnez), Riad (Arabia Saudí) y Dubái(Emiratos Árabes), invierte 100 millones de euros en la empresa de soluciones orbitales Celestia Aerospace ubicada en Barcelona.

Con esta ronda de inversión, la compañía Celestia Aerospace pone en marcha un centro de producción de nanosatélites (satélites de bajo peso – de 1 a 10 kg – y pequeñas dimensiones – con forma cúbica a partir de 10 centímetros de arista), para la creación de constelaciones destinadas a la observación de la Tierra y a Comunicaciones Seguras, entre otras aplicaciones.

La planta de producción aplica conceptos de lean-manufacturing propios de la industria de la automoción y poseerá una capacidad de producción final de hasta 100 unidades al año.

El centro de producción se complementa con el centro de desarrollo de lanzadores, y el centro de operaciones para Sagittarius, sistema de lanzamiento pionero en su clase y exclusivamente dedicado a la puesta en órbita de nanosatélites, tanto los que desarrolla la propia compañía como para los desarrollados por terceros.

Las instalaciones estarán ubicadas en territorio español. Celestia Aerospace apuesta así por un servicio llave en mano 360º, que abarca todas las fases del ciclo de vida de los nanosatélites, desde su diseño y fabricación, hasta su lanzamiento y operación, ofreciendo con ello un servicio integral único en la industria aeroespacial.

SAGITTARIUS: UN SISTEMA DE LANZAMIENTO PIONERO
El sistema de lanzamiento SALS (Sagittarius Airborne Launch System) es único hasta la fecha y está puesto al servicio tanto de los nanosatélites que desarrolla la propia compañía, como para los desarrollados por terceras entidades que necesiten una solución de lanzamiento rápida y flexible.

Sagittarius es una plataforma aerotransportada con capacidad para alcanzar órbitas de hasta 600 Km de altura, consistente en dos componentes: The Archer – el Arquero-, un reactor supersónico del tipo MiG-29UB; y The Space Arrow – Flecha Espacial -, un cohete de combustible sólido capaz de transportar hasta 16 Kg de carga útil.

En un mismo vuelo, el Archer es capaz de lanzar dos Space Arrow consiguiendo así una capacidad total de transporte a órbita de 32 Kg en una única operación.

Las ventajas de este nuevo sistema de lanzamiento son diversas: el servicio prácticamente just-in-time, con un tiempo de espera máximo entre lanzamientos de una semana, a diferencia de los sistemas tradicionales en los que un nanosatélite espera una media de uno a dos añospara ser lanzado; una total prioridad en la misión, a diferencia de los sistemas actuales en los que viajando el nanosatélite como carga secundaria, éste se halla sujeto al calendario y prioridades de misión del satélite principal junto al que es lanzado; y flexibilidad en el calendario, ya que el lanzamiento puede retrasarse o adelantarse a petición del cliente, pudiendo así ser acomodadas variaciones en el plan de desarrollo del nanosatélite.

UNA APUESTA FIRME POR EL TALENTO JOVEN
Celestia Aerospace empleará a un equipo de 80 científicos e ingenieros, técnicos y pilotos, y ampliará su actividad de forma escalable, con un plan de expansión a cinco años en el que se prioriza la incorporación de jóvenes recién licenciados y jóvenes procedentes de la Formación Profesional que se formarán apoyados por los equipos de profesionales de amplia experiencia en el sector con el fin de constituir equipos multiculturales, multiedad y multidisciplinarios.

La compañía establecerá una fundación asociada, Celestia Aerospace Foundation, cuyo objetivo es promover la educación y la ciencia en la sociedad y entre los jóvenes en particular.

Entre otras actividades, la Fundación otorgará becas y premios destinados a favorecer la aproximación de los jóvenes a la ciencia y a fomentar su formación.

La visión de Celestia Aerospace es global: 360º que abarcan no sólo lo relativo al desarrollo industrial y científico-tecnológico, sino también el retorno a la sociedad a través de la implicación con la formación y estimulación de los jóvenes, para que sueñen y recuperen la visión de que han nacido para no tener límites.

UN EQUIPO SÓLIDO
La compañía está dirigida por Gloria García-Cuadrado (Presidente & CEO), Daniel Ventura González (CTO & COO), y Francesc Ventura (CFO), y cuenta con pesos pesados de la industria aeroespacial que han contribuido a dar forma al sector durante los últimos 40 años: Robert Lainé, que ha ostentado, entre muchos otros cargos, el de Director del Programa de Lanzadores Ariane de la Agencia Espacial Europea (ESA), y Director de Operaciones (CTO)del Consorcio Europeo EADS Space (actualmente Airbus Defence and Space); Adriano Camps, Catedrático y Director del Laboratorio de Nanosatélites de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC); y Ángel Mateo, Catedrático de Vehículos Aéreos y Espaciales de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM).

Celestia Aerospace iniciará su campaña de vuelos de prueba durante el último trimestre del 2022.

Entrevista: Por qué lanzar satélites desde un MiG 29

Hace ya unos años que escribimos por primera vez de Celestia Aerospace. Ahora además entrevistamos a Daniel Ventura Rogríguez, su vicepresidente.

El espacio parecía coto privado de las grandes agencias espaciales y algunos ejércitos. Pero cada vez hay más empresas privadas con ganas de hacerse un hueco entre las grandes empresas públicas  y poner su granito de arena en órbita, o en Marte.

Lanzar satélites desde un avión no es idea nueva: Ahí estaba el Pegasus lanzado desde un L1011, ni tampoco es la 1ª vez que se quiere hacer desde un caza. Esto no significa que no sea buena idea o no sea original.  En la historia hay muchos ejemplos de distintos inventos que no funcionaron  porque no llegaron en el momento adecuado, o la tecnología no estaba madura, como el motor a reacción que lleva con nosotros desde 1910 o las aeronaves no tripuladas, que llevan con nosotros desde que Torres Quevedo quiso montar su Telekino en un dirigible a comienzos del siglo XX. Para que una idea triunfe se necesita que sea posible llevarlo a cabo más allá del demostrador tecnológico y que sea económico. Y por supuesto, demanda.

Entrevistamos a Daniel Ventura, vicepresidente de Celestia Aerospace.

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