Boeing valida el software para el respostaje de aviones tripulados desde UAVs

La apuesta de Boeing y de la US Navy para el repostaje en vuelo de las aeronaves embarcadas es el MQ-25 Stingray, un avión cisterna no tripulado que, hasta ahora, era controlado por pilotos de UAV desde el portaaviones. Esto dificultaba los repostajes a larga distancia del buque, por el retraso en la llegada de los comandos. Por eso Boeing ha desarrollado y validado este software, que permite al piloto del avión repostado tomar los controles del Stingray e iniciar la secuencia de repostaje por sí mismo, sin depender del piloto de UAV en el barco.

La validación la ha realizado en un vuelo simulado, integrando el software de control dentro del simulador, en el que un piloto humano volaba el F/A-18 mientras que controlaba el MQ-25.

Sería interesante saber más acerca de cómo de autónomo es el sistema y cuánta carga de trabajo adicional introduce al piloto, pues no podemos olvidar que, en 2022 en Europa, el MRTT fue el primer avión cisterna certificado para repostajes autónomos, y que incluso ha realizado repostajes autónomos a aviones no tripulados. Boeing lleva desde 2009 trabajando en repostaje autónomo de drones junto con el AFRL.

Nota de prensa

Boeing ha avanzado en su tecnología de trabajo en equipo de aeronaves tripuladas-no tripuladas (MUM-T) utilizando un F/A-18 Super Hornet digital y un MQ-25 Stingray. Las pruebas muestran que el software está maduro para su uso futuro en la Marina de los EE. UU. y tiene potencial para implementar la capacidad MUM-T en los Super Hornets F/A-18 Block II y III.

En un laboratorio de simulación, un equipo liderado por Boeing demostró virtualmente a un piloto de F/A-18 al mando de un MQ-25 no tripulado para liberar un embudo de reabastecimiento de combustible y reabastecer de combustible al Super Hornet, utilizando enlaces de comunicaciones existentes en ambas plataformas.

El nuevo software es el resultado de los ensayos que Boeing ha realizado anteriormente. Además del software actualizado, los equipos de prueba utilizaron hardware y enlaces de datos ya instalados en ambas plataformas para ejecutar el software finalizado, lo que demuestra aún más la preparación de Boeing para ofrecer esta capacidad a la Armada.

“El MQ-25 está diseñado para recibir normalmente órdenes de pilotos de vehículos aéreos en un portaaviones. Este software agregará una segunda opción, que permitirá a los pilotos iniciar comandos directamente desde su cabina”, dijo Alex Ewing, líder de desarrollo de nuevos productos F/A-18.

El software creado por Boeing reducirá significativamente el tiempo que tarda un F/A-18 en comunicarse con un MQ-25, dando a los pilotos una mayor flexibilidad para repostar combustible desde distancias más largas.

«El objetivo de las demostraciones era hacer que el reabastecimiento de combustible del MUM-T fuera lo más real posible», dijo Juan Cajigas, director del programa Advanced MQ-25. “El reabastecimiento de combustible en vuelo es como un ballet cuando dos aviones se juntan. Poder dirigir las actividades a través de un único piloto, de forma segura y eficiente, es un gran paso adelante en la tecnología de reabastecimiento aéreo”.

Portaaviones de goma y cazas sin tren de aterrizaje

¿Aviones de caza sin tren de aterrizaje y pistas de vuelo flexibles?¿Por qué no? El tren de aterrizaje pesa mucho, y el avión puede ser lanzado en una catapulta. Al eliminar el tren de aterrizaje se ganaba todo ese peso para combustible extra. Además, la carrera de aterrizaje es mucho más corta si se va sin tren. Así que genial para un portaaviones: mantenemos el gancho para retenerlo y quitamos el tren para que no ruede. ¿Suena loco? Pues lo intentaron los británicos sobre el HMS Warrior modificado.

Maqueta mostrando el concepto de cubierta oblícua

Las pruebas fueron realizadas en 1948. Y, aunque la pista flexible de goma fracasó, se adoptó el esquema de cubierta de vuelo oblicua. Hasta entonces las cubiertas de despegue habían estado siempre alineadas con el eje longitudinal del barco. Desde estas pruebas se modificaron las cubiertas de vuelo llegando a la ya clásica configuración de cubierta de vuelo oblicua.

Vampire instantes antes de capturar el cable

Si hubieran funcionado bien, se hubiera adaptado para el Supermarine Type 543, que podía operar tanto en tierra para la RAF o en el mar para la Navy.

Los primeros aviones a reacción tenían una potencia relativamente baja para la cantidad de combustible que demandaban sus sedientos motores. Una de las soluciones a las que se recurrió, como en el Me-163, fue la eliminación del pesado tren de aterrizaje. Y la idea persistió tras la guerra, como se puede ver en los vídeos que hay sobre estas líneas.

Vampire en la cubierta de goma del portaaviones

La idea de las pistas de aterrizaje flexibles para aviones sin tren fue presentada el 1 de enero de 1945 durante una conferencia de la RAF.

Y como las pruebas con aviones a escala fueron exitosas, se realizaron a escala real con Vampires modificados, primero en tierra, en las instalaciones del Royal Aircraft Establishment (RAE), y después en el HMS Warrior.

Pruebas de pista flexible en tierra en las instalaciones del Royal Aircraft Establishment (RAE)

Las pruebas en tierra comenzaron en 1947, y el primer aterrizaje exitoso fue el 17 de marzo de 1948. El 3 de noviembre de ese mismo año fue el primer apontaje exitoso. Las pruebas siguieron hasta final de 1949.

Se realizaron más de doscientas tomas exitosas con este sistema, y se propuso modificar los futuros Sea Hawk para aterrizar sin tren.

Pruebas de pista flexible en el HMS Warrior

Sin embargo el peso que se ahorraba en el avión por volar sin tren y el combustible extra, o las mejoras en las características de vuelo del avión por volar con menos peso, eran marginales. Mientras que modificar la flota a pistas flexibles era extremadamente caro. Por lo tanto se canceló el proyecto y no se continuó con él.

El hombre a los mandos del «caza sin tren» fue Eric «Winkle» Brown.

Gracias @MassiasThanos por ponerme sobre la pista

Fuentes