El 4 de agosto de 2018 un veterano Ju-52 de Ju-Air se estrellaba en los Alpes suizos con 17 pasajeros a bordo y tres tripulantes: una tripulante de cabina de pasajeros, de 66 años, y dos pilotos de 62 y 63 años, ambos ex pilotos militares con experiencia en aerolínea. Todos perecieron.
Como resultado del accidente los Ju-52 fueron dejados temporalmente en tierra en noviembre de 2018, por haber encontrado los investigadores evidencias de daños estructurales en el avión accidentado, y de forma permanente (hasta nuevo aviso, aunque parece que ya se les permite volar) en marzo de 2019.
Este 2021 la Swiss Transportation Safety Investigation Board ha publicado su informe definitivo.
La aeronave despegó de Locarno, y se dirigía a Dübendorf. Se estrelló en las cercanías de Piz Segnas, Suiza, en la montaña de Tschingelhörner donde hay un agujero llamado Martinsloch y una zona donde la montaña es más baja, conocida como el paso Segnas.
El avión se dirigió hacia la zona del accidente volando por el centro del valle, en lugar de por la ladera que tenga la corriente de aire ascendente (o en su defecto la soleada), como suele hacerse en vuelo de montaña, para tener espacio para realizar un giro de 180º en caso de necesitar escapar. Y este fue uno de los primeros errores que se cometieron.
Durante el vuelo se encontraron con una corriente descendiende, por encontrarse a sotavento, lo que indujo turbulencia sobre el avión, además de una fuerte descendencia, que fue contrarrestada tirando de morro arriba por los pilotos, manteniéndose en todo momento en la zona central, permaneciendo sin vía de escape posible.
Al llegar a la zona del Martinsloch iniciaron un viarje a derechas para encarar el paso de Segnas. Y fue en ese momento donde, con ambos pilotos tirando de palanca se encontraron con una corriente de aire ascendente que causó la entrada en pérdida del aparato, y en consecuencia el accidente. Cuando el avión estaba a unos 350ft sobre el suelo el ángulo que formaba el eje longitudinal del avión con la horizontal era de casi 70º, impactando casi de forma vertical contra el terreno.
Además de esto la autoridad hace notar los siguientes puntos:
- Los pilotos volaban la aeronave en un valle muy estrecho a baja cota y baja velocidad, y por el centro del mismo, imposibilitando cualquier escape en caso de problemas.
- Los pilotos acostumbraban a saltarse las normas y los protocolos de seguridad y asumir un riesgo elevado. En vuelos anteriores se registraron altitudes sobre el terreno inferiores a 1000ft. En 2013 cruzaron el paso de Segnas a escasos 30m sobre el suelo. Casi en un 20% de sus vuelos se detectaron situaciones de alto riesgo.
- No se cumplían los requisitos legales para operar la aeronave de forma segura en operaciones comerciales.
- El centro de gravedad de la aeronave estaba fuera de límites. La correcta carga y centrado de la aeronave era uno de los procedimientos que la tripulación se saltaba de forma sistemática.
- Ju-Air falló al no identificar, ni corregir, ni notificar todos estos excesos.
- La autoridad falló al no detectar estos comportamientos.
- El mantenimiento de la aeronave no era adecuado, y ésta no se encontraba en condiciones de demostrar capacidad de aeronavegabilidad continuada.
- A pesar de la experiencia de la tripulación, su entrenamiento en este tipo de avión era insuficiente y no se habían familiarizado con el comportamiento del avión en situaciones anormales.
Además han publicado un vídeo, en inglés, intentando resumir los motivos del accidente, para formar e informar a otros pilotos que vuelen en montaña de cómo evitar estos accidentes.
Fuente: SUST