Cuando hablamos del cañón de Vickers de 40mm que pretendía destruir un avión completo con un solo impacto, comentamos también que hasta ese momento los aviones habían estado equipados con ametralladoras de calibre de fusil (entre 7 y 8mm de diámetro), y que con el incremento de blindaje, sistemas de depósitos auto-sellables y estructuras con caminos múltiples de carga, hacían cada vez más duro derribar un avión. Por ese mismo motivo se intentó diseñar el cañón de 20mm. Los alemanes no tenían ese problema, puesto que se habían concentrado hacía tiempo en dos calibres, la ametralladora ligera y el cañón de 20mm, como estuvimos descutiendo con Héctor Guillén en el podcast de «La Ametralladora y el Avión». Hoy os traemos el testimonio gráfico de lo que podían hacer los cañones de 20mm si impactaban en un avión. ¡imaginad lo que hubiera hecho el de 40mm!
Militar
Antes que el correo por drone fue el correo por misil
Y con esta entrada ¡¡llegamos a las 2000!! Muchas gracias por habernos acompañado todo este tiempo. Y, aunque tocaba podcast, que vendrá la semana que viene, lo hemos cambiado por una entrada especial. Esperemos que disfrutéis de ella celebrando con nosotros estas 2000 entradas.

Hoy día se lee y se escucha acerca del futuro de las entregas de paquetería y de correo gracias a los drones. Pero antes que los aviones no tripulados fueron los misiles.
Durante la Contraofensiva alemana de las Ardenas, se probó a entregar ciertos elementos de imperiosa necesidad disparándolos desde cañones (como se explica y se ve en el vídeo de aquí abajo). Esto dio la idea de entregar correo y otros bienes usando misiles.
Por un lado estuvo el misil Lobber, de Convair. En 1958, Convair diseñó un cohete no guiado, que se lanzaba desde un sistema similar al de los morteros, capaz de transportar hasta 23kg (50 libras) a una distancia de 13km (13 millas). Al acabar el combustible del motor cohete, se abría un paracaídas que aseguraba entregar los bienes de su interior con una precisión de un campo de fútbol.
Y en 1959 se hizo la primera y única entrega de correo gracias a un misil Regulus.
Antes de que el hombre llegue a la luna, el correo se entregará en cuestión de horas desde Nueva York a California, Gran Bretaña, India o Australia mediante misiles guiados,
Postmaster General Arthur E. Summerfield en Engineering 360
El 8 de junio de 1959, se lanzaba desde el submarino USS Barbero un misil Regulus cargado con 3000 cartas idénticas, escritas por Summerfield, que alcanzarían su destino, la Estación Naval de Mayport. en tan solo 22 minutos. Una vez llegadas a su destino, siguieron su curso de forma ordinaria. Todos los miembros del submarino recibieron, a su vez, una copia de la carta, una rareza filatélica.

Ambos proyectos fueron cancelados por su precisión. En el primer caso, por su falta de precisión. En el segundo, porque había sido demostrada su elevadísima precisión, y utilizar este tipo de misiles para servicios regulares, públicos y abiertos hubiera dotado de muchos datos de inteligencia de forma abierta a los soviéticos.

Vía @MassiasThanos, Fuentes: Smithsonian , Recovery Ships, Aerospace Projects Review
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Vídeos de la Patrulla Ascua

Antes de la Águila: Aniversario del nacimiento de la Patrulla Ascua.
En la mañana del 24 de enero de 1956, cuatro reactores F-86 Sabre regresaban a su Base de Manises tras un vuelo de entrenamiento.
Manda la formación el Teniente Coronel Hevia, vuelan con él los pilotos Salazar, Maura y Álvarez. La formación realiza algunas figuras acrobáticas y parece que salieron bien, acababa de nacer la Patrulla Ascua.
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P-51 Mustang con motor Griffon instalado a lo P39

Siempre creímos que no había Mustang feo. Un caza que sufrió numerosas modificaciones, para convertirlo en avión naval, de reconocimiento, de ataque a tierra, banco de ensayos de cañones de 40mm, avión de ataque con cañones sin retroceso de 106mm… Incluso el Mustang con estatorreactores o con alas en flecha invertida tenía un aire futurista y elegante muy atractivo. Hasta que descubrimos esta versión.

Se trata de un Mustang Mark I británico, número de serie AL960 de la RAF, muy modificado.
Del Mustang X, el P-51 experimental que supuso el cambio de motorización Allison a motorización Rolls Royce, había nacido el magnífico P51-D, posiblemente el caza más conocido de la Segunda Guerra Mundial, junto con el Spitfire.
Teniendo en cuenta este éxito, Rolls Royce propuso utilizar la célula del Mustang junto con su Griffon 65, de 2000hp, y un par de hélices contrarrotatorias.
El modelo nunca recibió designación oficial, por eso se le conoce como Mustang FTB (Flying Test Bed). Esto es, Mustang banco de pruebas en vuelo.
El Ministerio de Producción Aérea proporcionó tres fuselajes Mustang Mark I, de excedentes, a Rolls Royce, que los canibalizó para construir la maqueta demostradora de su avión.

Dado que del AL960 (un NA-83) se utilizaron fuselaje y empenaje, el Mustang FTB conservó el número de serie de éste.

La maqueta de FTB se completó sin el motor Griffon 65 y, temporalmente, se instaló un Merlin 61, hasta que el Griffon estuvo disponible. Se mostró esta primera maqueta, con alas de madera, y tras ello el Ministerio de Producción Aérea dio el visto bueno a una segunda maqueta, más completa y desarrollada.
Dos Griffon 71 se prestaron al proyecto, y al menos uno de ellos llegó a estar instalado.
También se había obtenido el empenaje de un Tempest, posiblemente tras los resultados obtenidos en el túnel de viento, que sugerían que una mayor superficie de cola era necesaria.
El FTB fue examinado por representantes del Ministerio del Aire a principios de 1944 con muy poco entusiasmo y no se le dio prioridad al proyecto, ya había otros aviones en producción o en desarrollo que alcanzaban las prestaciones que se esperaban tener con este prototipo.


La instalación del motor y el amplio fuselaje hubieran permitido en un futuro haber actualizado la planta motriz de motor de pistón a turbohélice. Su posición, cerca del centro de gravedad, era favorable a una mejor maniobrabilidad, actualizaciones de motor más sencillas (por no cambiar el centro de gravedad con el cambio de motor), y permitía una mejor visibilidad al piloto al situarlo cerca del morro y por delante del ala.


El avión nunca se completó. El contrato de desarrollo se dió por terminado. La maqueta fue desguazada.
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Fuentes
Fiat G-59, el «buchón» italiano
El Fiat G55 Centauro, junto con los Macchi 205 Veltro y Reggiane Re 2005 Sagittario, forma parte de la triada de los mejores cazas italianos de la Segunda Guerra Mundial. Y los tres comparten tres características: llegaron demasiado tarde, llegaron pocos, y montaban un motor alemán Daimler Benz de 12 cilindros en V.
Tras la Segunda Guerra Mundial, Italia necesitaba reconstruir su fuerza aérea, y Fiat intentaba reconstruir su industria. Y para ello pensó en su último caza a pistón, el G55 Centauro. Podía ser una buena base.
Pero si durante la guerra italia tuvo problemas de motorización, no iba a ser menos tras ella. Por ello, como en el caso español de los Buchones, se recurirría al Rolls Royce Merlin para dotar a una célula revisada y mejorada de un Centauro de un motor de 1600HP, eso sí, con el fuselaje trasero recortado para acomodar una cúpula de burbuja, al estilo del Mustang D.
Se desarrollaron versiones monoplaza y biplaza, y sirvieron como entrenadores avanzados.
Fue uno de los últimos aviones de FIAT de alto rendimiento equipado con un motor de pistón y también puede considerarse como un símbolo del renacimiento de la posguerra de la industria aeronáutica italiana.
Fue diseñado por el famoso ingeniero aeronáuticos italiano Giuseppe Gabrielli. Más de 180 unidades fueron producidas por FIAT a principios de la década de 1950, utilizadas principalmente en la Fuerza Aérea Italiana como avión de entrenamiento avanzado, aunque también vió servicio en Argentina y Siria.
Podía alcanzar una velocidad máxima de 609 km/h a una altitud de 6400 m sobre el nivel del mar, y un techo de 12100 metros.
Podéis verlo en una visita virtual en detalle, tanto el exterior como el motor o la cabina, en Google Arts and Culture.
Y, no dudéis, de haberlo conocido antes hubiera formado parte de nuestra entrada Volando con motores del enemigo.
Fuentes