De máquinas y hombres. Aviones no tripulados (UAVs)

El principio máximo de la guerra es derrotar al enemigo causando el mayor número de bajas con el menor número posible de pérdidas humanas propias.

 

Sobre todo en Occidente, Vietnam es el caso más conocido, las pérdidas en material son infinitamente más aceptables que una sola baja humana.

 

Las causas habría que buscarlas en la presión mediática que retransmite las guerras en directo y en una evolución social que ya no distingue, como ocurría a principios de siglo XX, entre morir y/o morir por una causa. Este cúmulo ha llevado al concepto actual, que no entraremos a discutir ni opinar, de que ninguna baja propia es aceptable.

 

En la aviación este concepto tuvo su origen en otros factores aunque ha encontrado en los ya descritos el caldo de cultivo definitivo para su desarrollo. Hay un nuevo rey de los cielos con una proyección de futuro ilimitada: la UAV (Unmanned Aerial Vehicle).

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La Evolución del B-17 en unas pocas imágenes

Seguramente sea uno de los bombarderos más conocidos en el mundo. La fama es merecida, tanto por la cantidad de misiones que cumplió, como por traer de vuelta a casa a sus tripulantes, a pesar de ir muy dañado.

Para leer sobre la Fortaleza Volante (Flying Fortress) hay multitud de páginas webs. Una de ellas sea seguranemte AirVectors, y es el artículo que os vamos a recomendar, el del B-17 en AirVectors.

Aquí vamos a hacer algo más ligero y visual, una revisión de la evolución del B-17 con imágenes.

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Volando con un motor del enemigo

Creo que el Hispano Suiza Buchón es conocido por muchos de vosotros. España compró a Alemania Messerchmitt 109, llegaron las células pero no los motores. Primero se le instalaron unos Hispano Suiza españoles, unos V-12 modelo Z. Sin embargo por diversos motivos no se pudo instalar el motor español y se optó por una solución rápida y relativamente económica: Comprar Rolls Royce Merlin a los británicos (el modelo civil, con peores actuaciones en altura debido a llevar un compresor de una etapa en lugar de dos). Así nació el Buchón, un Messerchmitt con motor de Spitifire. Y lo mismo ocurrió con los Pedro, Heinkel 111 con los motores de su mortal enemigo.

Buchón

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Ekranoplanos. Efecto suelo.

Recuperamos otro artículo publicado en la web… Sandglass Patrol >> WEB >> Artículos Técnicos pero como se que sois unos vagos y no visitáis la web porque os entra mejor por los ojos el blog… pues lo traemos por aquí

Efecto suelo Vamos a hablar someramente de los vehículos que aprovechan el efecto suelo para volar. Pero antes de ello, vamos a ver una pequeña introducción para saber en qué consiste. Que un avión vuela gracias a la forma del ala, no es a estas alturas ninguna novedad para nosotros. Se ha explicado de muchas formas, con el Efecto Venturi, con circulación de fluidos (líneas de torbellinos, torbellinos libres…), e incluso diciendo que el aire que circula por el extradós (la parte superior del perfil) debe llegar al borde de salida a la vez que el que circula por el intradós (parte inferior). Unas tienen más base científica que otras, unas son más correctas que otras, y no vamos a debatirlas. Todas vienen a concluir lo mismo, que es lo que aquí nos interesa: el aire que circula por el extradós lo hace más rápido que el que lo hace por el intradós, esto hace que la presión sobre la parte superior del ala sea inferior que la presión sobre extradós y que se obtiene una fuerza que hace que el pájaro en cuestión vuele.
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La Ametralladora y el Avión

Publicado originalmente en Sandglasspatrol:

A lo largo de la historia, la aparición de uno u otro invento, nuevos materiales o máquinas han modificado la forma de vida del ser humano. También sus ejércitos, la forma de hacer la guerra, y las tácticas militares…

Así estoy convencido que la primera vez que un ejército armado con armas de bronce se encontró con uno que las usaba de acero tuvo que ser una sorpresa muy desagradable…

El uso de la caballería además de la infantería, aparición de corazas, escudos, cotas de malla… arcos, ballestas su mejora y la de sus proyectiles fueron otras sorpresas desagradables que en algún momento, en alguna batalla, se encontró algún ejército en su contra…

… así como el uso bélico de la pólvora, en cañones, morteros, trabucos, mosquetes, pistolas….

Entre la aparición de un invento y el siguiente, la forma de hacer la guerra variaba muy poco, permanecía inalterable durante mucho tiempo. Sin embargo, con la llegada del siglo XX las guerras se modificaron ostensiblemente respecto a las anteriores, y se debe a la aparición de dos artilugios que, además, terminarían asociados: la ametralladora y el avión.

Gatling

La ametralladora

Fue en 1861 cuando Richard Jordan Gatling patentó la primera ametralladora útil: era un arma que podía cargar amartillar y disparar por si misma mas rápido de lo que cualquier operador humano podría conseguir. La ametralladora Gatling consistía en seis cañones independientes dispuestos circularmente que giraban en torno a un eje común, gracias a la potencia suministrada por una manivela movida a mano. El primer conflicto en ser utilizada fue la guerra civil americana. Posteriormente fue adquirida por el ejército británico. Su limitación era la necesidad de una fuerza externa y para el cambio de siglo había sido sustituida por armas tales como la francesa Maxim, la británica Lewis o la alemana Spandau cuya recarga se efectuaba gracias a la energía del retroceso. Su aparición traería la llegada de un nuevo tipo de guerra, estática, de trincheras y desgaste.

El avión

Flyer por KarmaQ3

Wright Flyer (modelado por Javier Camacho)

Sir George Caley es considerado el fundador de la aerodinámica moderna. Estableció la forma que debía tener el perfil de un ala, y la forma básica de un aeroplano, y llegó a construir en 1853 un planeador, tripulado por él y su acongojado cochero… Y Otto Lilienthal el que entre 1891 y 1898 voló diversos tipos de planeadores, que controlaba cambiando el centro de gravedad de la aeronave balanceando sus piernas. El avión estaba apunto de nacer, tan solo le faltaba un motor eficaz… Y Lilienthal murió por una mala ráfaga, poco antes de instalar un motor de gasolina a una de sus aeronaves. En 1890 el ingeniero francés Clement Ader daría un salto de 50m en su “Eole”, con motor a vapor de su invención y dos hélices contra-rotatorias (cosa que elimina los problemas de par…) movidas por cadenas, similares a las de las bicicletas. En 1897 hizo un vuelo de demostración de 300m, frente a las autoridades del ejército francés (que no demostró interés alguno por el aparato), para terminar estrellándose… En julio de 1903, desde una casa flotante en el río Potomac (Washington DC), fue lanzado lo que creo podemos considerar el primer avión embarcado de la historia: el “Langley Aerodrome”. Propulsado por un motor de gasolina, de 52.4hp y 94.3kg, se estrelló directamente contra el agua. Habría que esperar al 17 de diciembre de este año, para que Wilbur y Orville Wright volaran su famoso “Flyer I” en la playa de Kittihawk. Por fin la aviación había nacido, y la carrera por el “más rápido, más alto, más lejos” había comenzado.

Ader

Clement Ader y el Eòle

Antes de continuar con nuestra historia de cómo se unieron la ametralladora y el avión… ¿me permitiréis repasar unas citas curiosas que he encontrado por ahí? Veamos…

El vuelo aéreo es una de esa clase de problemas al cual el hombre nunca podrá hacer frente. Simon Newcomb, 1903

Una fantasía popular es el suponer que máquinas voladoras puedan ser usadas para arrojar dinamita sobre el enemigo en tiempos de guerra. William Henry Pickering, 1908

La resistencia del aire aumenta en proporción al cuadrado de la velocidad y produce trabajo en proporción al cubo [de la velocidad]… Es claro que con nuestros actuales dispositivos no hay ninguna esperanza de que el avión compita en carreras de velocidad con nuestras locomotoras o automóviles. William Henry Pickering, 1910

El aeroplano es la invención del demonio y nunca jugará ningún rol importante en un asunto tan serio como la defensa de una nación.
Sir San Hughes, Ministro de Defensa Canadiense, 1914

El director de Aeronáutica Militar de Francia ha decidido descontinuar la compra de monoplanos, ya que su lugar será ocupado enteramente por biplanos. Esta decisión prácticamente hace sonar la campana de muerte para el monoplano como un instrumento militar. Revista Scientific American, 1915

Si se trata de hundir una nave con una bomba, simplemente no puedes hacerlo. Almirante Clark Woodward, 1939

Creo que más de uno vivió para tragarse sus palabras. Y ahora, seguimos…

La ametralladora y el avión

Roland Garros

Garrós y su pájaro. En la hélice se aprecia el deflector

El avión crecía rápido, y tan solo seis años después del vuelo de los Wright, el U.S. ARMY ponía en servicio su primer avión, un Wright Model A. Poco después se empleaban por varios países como puestos de observación privilegiados (reconocimiento) y se ensayó el bombardeo. En 1909 Italia estrena el avión operativamente en guerra contra las fuerzas turcas, como aviones de observación y bombardeando algunas posiciones desde ellos, soltando las bombas ¡a mano!. Las mentes de los ejércitos aún no los tomaban suficientemente en serio, incluso se les permitía “que asustaran a los caballos”, pues para poco más servían.

En 1910 se disparó por primera vez un rifle, desde un biplano Curtiss del U.S. Army, y un año después, el Major británico Brooke-Popham consiguió montar una ametralladora en un monoplano Bleriot. Se le ordenó desmontarla INMEDIATAMENTE. En 1912 otro americano, Captain Charles de Forest Chandler, montó la recién inventada ametralladora Lewis en un Wrigth Model B. Sin embargo, los militares aún no concebían ni la utilidad ni la necesidad de estos dos inventos unidos.

Por fin en 1913, los británicos presentaron en el Olympia Aero Show dos modelos diseñados como “cazas”. Pongo la palabra “caza”, o en inglés “figther”, entrecomillada, pues no sería hasta mucho después cuando se acuñaría este término (no, el Bristol Figther no recibió este nombre por ser un caza, simplemente es un nombre). Ambos montaban hélice impulsora, y una ametralladora en un montaje “flexible”, permitiendo movimientos según la horizontal y la vertical.

Con la llegada de la Gran Guerra, ambos bandos utilizaron sus aviones para reconocimiento, algunos incluso podían realizar pequeños ataques con bombas. Sin embargo los encuentros de aviadores de ambos bandos sobre el frente solía saldarse con un simple alabeo del avión (el alabeo se utiliza como señal de saludo entre aviones en vuelo). Como mucho se intercambiaban algún tiro con carabina o revólver. Incluso algún aviador intentó derribar a otro del bando contrario arrojándole un ladrillo.

Sin embargo, el ingenio humano se agudiza, y es capaz de llevar la guerra a cualquier parte. Pronto estos aviones de observación montaron armas en el puesto del observador, y se idearon otros aviones para derribar a esos “ojos” que delataban los movimientos propios al enemigo.

Como norma general, los aparatos de observación montaban una hélice tractora, y la ametralladora en el puesto trasero. Sin embargo, los “cazas” se encontraban con que si montaban la hélice tractora, las balas habían de o bien atravesarla, o bien pasar por encima o debajo del arco descrito por la hélice. Muchos modelos, tales como el Airco De Havilland DH-2, o el FB5 Gun Bus, optaron por montar una hélice impulsora, despejando el frontal para el montaje de la ametralladora. Otros, como el Niuport 11 Bebe (debe este apodo a su inofensiva apariencia, no obstante procedía de un diseño de un avión de carreras), de hélice tractora, montaba la ametralladora sobre el ala superior, de tal forma que las balas pasaban por encima de la hélice. Aunque este montaje hacía peligroso su recarga.

En 1914 se produjo el primer derribo por fuego de ametralladora: un avión biplaza de reconocimiento alemán fue derribado por un Voisin francés, pilotado por Frantz y Quenaud.

El reto era conseguir montar una ametralladora que disparara a través de la hélice. Las estructuras de los aviones con hélice impulsora eran frágiles y producían bastante resistencia aerodinámica, además de dejar el motor justo en el punto al que disparaba ese maldito piloto que se colaba a las 6…

Los franceses inventaron un mecanismo de sincronización. Sin embargo la ametralladora Hotchkins que utilizaban era tan irregular en su cadencia, que siempre terminaba por serrar la hélice a balazos. Por ello Roland Garrós inventó su deflector, montado en la hélice, desviaba esas balas que impactaban contra la hélice. No fue una sorpresa muy agradable para los alemanes, pero esta superioridad duró poco. Garrós fue derribado, el mecanismo estudiado, y reinventado por Anthony Fokker, autor del primer mecanismo de sincronización realmente funcional. El avión de caza moderno había nacido.