Airbus recupera los rotores Flettner para su nuevo transporte marítimo

Nuevo transporte marítimo de Airbus con rotores Flettner

Hoy me han dicho que Airbus había propuesto un barco que aprovechaba el viento para reducir sus emisiones, y me he encontrado esta foto en la nota de prensa de Airbus. He abierto los ojos como platos, ¿no serán unos rotores Flettner en un barco de transporte de piezas de Airbus? Y así es, la nota de prensa ha confirmado nuestras sospechas.

En un intento por reducir el consumo de combustible y por tanto las emisiones, se lleva estudiando desde hace años la instalación de velas en los barcos de carga. Normalmente hemos visto velas rígidas, que no dejan de ser como alas de avión con su flap, que generan sustentación que sirve para avanzar y aliviar la carga de los motores. También se han propuesto velas flexibles, tipo cometa, para este mismo propósito. Y siendo Airbus un líder de la industria aeronáutica y su incursión en las regatas con velas rígidas basadas en su conocimiento, esperábamos que fueran este tipo de velas. De ahí la sorpresa del rotor Flettner, que no es la primera vez que aparece en este blog.

¿Recordáis como funciona un ala? Resumiendo, dijimos que, básicamente, era una forma que producía una circulación de aire entorno a ella y esa circulación hacía que el aire del extradós se acelerara y el del intradós se ralentizara, y de este modo generábamos la sustentación porque en el extradós, por esa mayor velocidad del aire, aparecía una zona de baja presión, mientras que en el intradós era de alta presión.

Esa circulación se puede lograr con el perfil alar. Pero también se puede conseguir haciendo rotar un cilindro en una corriente de aire. Al rotar el cilindro en la corriente de aire, un fluido viscoso, el aire que está en contacto con el cilindro, se acelerará en donde la velocidad de rotación del cilindro y la velocidad de avance relativa al aire, y se frenará en el lado contrario, obteniendo así una distribución de presiones similar al ala, y por tanto sustentación.

De hecho, este tipo de rotores se ha utilizado experimentalmente en aviones tripulados a tamaño real, además de en multitud de aviones de radio control.

Pues ni más ni menos, ese es el dispositivo que podemos ver en la parte superior del barco de Airbus. Un cilindro que rota, y que genera una fuerza que tira del barco al rotar, como ya hiciera este «rotor-ship» de 1925.

La ESA también ha optado por introducir velas en sus transportes, en esta ocasión velas rígidas, similares a las que usa Airbus en las regatas. Es interesante ver otros conceptos, como este, con velas más tradicionales, tambien orientados a suplementar la propulsión a motor con el viento para ahorrar combustible.

Y ahora, vamos a por la nota de prensa de Airbus

Airbus renueva su flota transatlántica con barcos de bajas emisiones

Toulouse, 25 de octubre de 2023: Airbus renovará toda la flota de barcos chárter que transportan subconjuntos de aviones entre las instalaciones de producción en Europa y los Estados Unidos con tres modernos barcos de carga, de bajas emisiones y con propulsión asistida por el viento.

Airbus ha encargado al armador Louis Dreyfus Armateurs construir, ser propietario y operar estos nuevos barcos altamente eficientes que entrarán en servicio a partir de 2026.

Se espera que la nueva flota reduzca las emisiones promedio anuales de CO2 transatlánticas de 68,000 a 33,000 toneladas para 2030. Esto contribuirá al compromiso de Airbus de reducir sus emisiones industriales totales hasta en un 63% para finales de la década, en comparación con 2015 como año de referencia, siguiendo la senda de 1.5 °C del Acuerdo de París.

La renovación de nuestra flota marina es un gran paso adelante para reducir nuestro impacto ambiental. La última generación de barcos propuesta por Louis Dreyfus Armateurs es más eficiente en consumo de combustible que sus predecesores, utilizando tecnologías de vanguardia como la propulsión asistida por el viento. Esto demuestra nuestra determinación de liderar en la descarbonización de nuestro sector al innovar no solo en la aviación, sino en todas nuestras operaciones industriales.

Nicolas Chrétien, Jefe de Sostenibilidad y Medio Ambiente de Airbus

Estamos muy contentos de haber sido elegidos por Airbus para desarrollar esta flota vanguardista y de bajas emisiones y de continuar nuestra larga asociación. Este nuevo proyecto, que establece altos objetivos, refleja nuestra ambición con respecto a la descarbonización de la industria naviera. Estamos orgullosos de apoyar a nuestros clientes en su transición energética, superando incluso sus expectativas al ofrecer soluciones innovadoras y fomentando el cambio de manera sostenible.

Edouard Louis-Dreyfus, Presidente de Louis Dreyfus Armateurs

Airbus renovará gradualmente los barcos chárter que transportan sus subconjuntos de aviones a través del Atlántico entre Saint-Nazaire, Francia, y su línea final de ensamblaje de aviones de un solo pasillo en Mobile, Alabama.

Los nuevos barcos estarán propulsados por una combinación de seis rotores Flettner: cilindros grandes y giratorios que generan sustentación gracias al viento, lo que impulsa el barco hacia adelante; y dos motores de doble combustible que funcionan con diesel marítimo y e-metanol. Además, el software de navegación optimizará el viaje de los barcos a través del Atlántico, maximizando la propulsión por viento y evitando la resistencia causada por las condiciones oceánicas adversas.

La renovación de la flota también respalda la ambición de Airbus de aumentar la tasa de producción de la familia A320 a 75 aviones por mes para 2026. Cada nuevo barco transatlántico tendrá la capacidad de transportar alrededor de setenta contenedores de 40 pies y seis conjuntos de subconjuntos de aviones de un solo pasillo: alas, fuselaje, pilones de motor, planos horizontales y verticales de la cola; en comparación con tres o cuatro conjuntos con los barcos de carga actuales.

Estructuras «vivas» que brillan bajo carga. Y cuanto más carga, más brillo

¿Imagináis poder comprobar de un simple vistazo cómo de cargada está una estructura? ¿Poder visualizar en una pieza real el nivel de esfuerzos y cómo se reparten, como si estuvieras viendo una simulación realizada en el ordenador?

Hace años que esto es posible, gracias a materiales con propiedades fotoelásticas, aunque hasta ahora no ha tenido ninguna aplicación más allá del campo de la formación.

Y los últimos avances hacia estructuras que se puedan monitorizar de este modo, publicados recientemente por la Universidad de California apuestan por un material fotoelástico vivo.

Se trataría de un material compuesto que integraría en su matriz un tipo de fitoplacton bioluminescente, conocido como dinoflagelados, un alga monocelular marina.

Los dinoflagelados, en su entorno natural, brillan para ahuyentar a los depredadores. Una vez embebidos en la matriz de PEGDA (polyethylene glycol diacrylate), brillan cuando el material es sometido a esfuerzos.

Los sensores así creados no necesitarían alimentación energética externa ni baterías, a diferencia de otros sensores, pero necesitan que los dinoflagelados se sometan a sus ciclos normales de luz-oscuridad para realizar la fotosíntesis. El compuesto tendría que adherirse al elemento a controlar. Hasta ahora se han realizado pruebas de unos cinco meses de duración en condiciones «extremas».

Fuente: Science

Autogiro C.4 (réplica): sesión de fotos y vídeo aire-aire

Nuestros amigos del club de ultraligeros de Getafe siguen con su más que especial homenaje a Juan de la Cierva en este año del Centenario del vuelo del primer autogiro, no olvidemos, no sólo el primer autogiro exitoso, sino la primera aeronave de ala rotatoria exitosa de la historia.

Tras su roll-out y su exitoso primer vuelo, continuó la campaña de ensayos en vuelo. Estaba prevista su presentación pública en la exhibición en vuelo del Getafe 100 Fest, de Airbus, y en la exhibición de la Fundación Infante de Orleans del día siguiente. Sin embargo, un desgraciado incidente ocurrido durante los ensayos en vuelo -a veces estas cosas pasan cuando uno intenta ampliar la envolvente de vuelo de una aeronave-, terminó con las palas de la aeronave en el suelo y el piloto en el hospital. Afortunadamente las heridas del Coronel Roselló fueron leves y en breve explicaba que su estado de salud era bueno y en sus palabras se entendían que le dolía más el amor propio por el incidente que las heridas causadas por el mismo.

Según los propios miembros del club de ultraligeros de Getafe, el incidente se produjo por un cúmulo de circunstancias, como suele ocurrir en estas situaciones: la réplica del autogiro C.4 no utiliza el sistema de mando directo en el rotor, sino los tradicionales mandos aerodinámicos heredados de los aviones -posiblemente el primer autogiro en esta configuración en casi cien años-, una toma a baja velocidad -que siempre son delicadas en los aparatos patín de cola-, y algo de viento lateral, contribuyeron a que la aeronave realizara un caballito y diera con las puntas de plano en el suelo.

Afortunadamente las heridas del piloto han sanado y el autogiro está siendo devuelto a condiciones de vuelo por el equipo, así que esperamos verlo de nuevo en vuelo, y que pueda realizar así su presentación en sociedad en algún evento aéreo.

Y ya sabéis, si queréis colaborar con ellos, tienen abierta una campaña de crowdfunding, y buscan patrocinadores.











































Gwinn Aircar, el «piojo del cielo» americano

Durante los años 20 y 30 hubo un primer intento de hacer una aviación barata y asequible a todos los bolsillos. Uno de los intentos fue el Piojo del Cielo francés, un avión biplano y controlable sólo en dos ejes, que tenía que ser tan sencillo de construir que sólo era necesario vender los planos y el piloto se lo construía en casa con material comprado de forma local. Y para facilitar el pilotaje se diseño como avión con control en dos ejes, prescindiendo de los alerones y controlando con la palanca de mandos el empenaje horizontal y el vertical.

El Gwinn Aircar era un diseño equivalente estadounidense, fácil de fabricar y de volar, controlable sólo en dos ejes. En este caso carecía de timón vertical. Los mandos eran tipo coche, con un pedal para el acelerador y un volante que controlaba alabeo y profundidad.

En los últimos días de la «Edad de oro de la aviación», el período de entreguerras entre la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial, muchos fabricantes de aeronaves estaban desarrollando, diseñando y construyendo «aviones para todos» de bajo costo. La idea era cerrar la brecha entre conducir un automóvil y volar un avión.

El diseñador Joseph M. Gwinn, Jr creía que el principal problema que impedía que el público conductor se convirtiera en el público volador era la diferencia entre controles, de ahí la necesidad de que los mandos de ambos vehículos fueran lo más similares posibles. Creó un diseño, mientras estaba en Consolidated Aircraft en Buffalo, Nueva York, pero cuando la compañía decidió no patrocinarlo, dejó su trabajo allí y formó su propia compañía. Subvencionado por el gobierno de los Estados Unidos en 1937. El diseño resultante de Gwinn fue el Aircar.

Con su estructura de madera, una envergadura de 7.3m y un fuselaje semimonocasco metálico, el Aircar fue uno de los primeros diseños en tener un tren de aterrizaje triciclo.

También tenía 2 asientos lado a lado, un volante en la parte superior de una palanca de control frente al piloto del asiento izquierdo. Y tenía dos aceleradores, uno un pedal en el suelo, como el de los coches, para usar sobre todo en el suelo y en despegue, y uno tradicional (de avión) destinado al vuelo de crucero. El diseño tampoco tenía timón y tenía un recorrido de timón de profundidad limitado.

La carrera de despegue se hacía acelerando con el pedal, con los flaps retraidos, y con un segundo pedal se bajaban los flaps, obligando al Aircar a «saltar» en el aire y dejando que el piloto retrayera lentamente los flaps.

Para el aterrizaje se bajaban los flap a la posición full flap, y el piloto reducía gases lentamente, hasta tocar pista.

También era asequible, $5000.

Gwinn pudo construir dos prototipos de su Aircar. El primero, registrado como NX1271, tenía un motor radial Pobjoy Niagara británico de 90HP, refrigerado por aire.

El segundo prototipo, registrado como NC16921, se construyó con un motor Niagara V-7 de 130 HP y contó con varias otras mejoras con respecto al prototipo anterior.

Pero con una idea nueva y un diseño atípico para un avión, ¿cómo vender el concepto? Con un piloto famoso de carreras.

Nacido en 1897 en Iowa y criado en California, Frank Monroe Hawks fue uno de los pilotos de carreras aéreas más reconocidos y talentosos de los Estados Unidos en la década de 1930. Había sido piloto en la Primera Guerra Mundial.

Sin embargo, en muchos círculos, Hawks era más conocido por llevar a Amelia Earhart, de 23 años, en su primer viaje en avión, que duró diez minutos, en diciembre de 1920, en el aeródromo de Long Beach. En 1933, estableció el récord de velocidad aérea transcontinental de oeste a este en su Northrop Gamma, volando desde Los Ángeles a Floyd Bennett Field, Brooklyn, Nueva York en 13 horas, 26 minutos y 15 segundos. Se dice que ostentaba hasta 214 récords de velocidad de punto a punto en Estados Unidos y Europa.

En 1937, Hawks se retiró de las carreras a su casa en Redding, Connecticut, y dijo: «Mi tiempo ya pasó. Cumplí 40 años el otro día y decidí tomármelo con calma».

Gwinn ofreció la vicepresidencia, y el puesto de comercial a cargo Hawks, con el fin de dar publicidad a su diseño, que recibió el Certificado de Tipo 682 de la FAA.

Hawks voló el Aircar a los aeropuertos de la costa este para presentar el avión a los potenciales compradores.

«A prueba de tontos», es como Frank Hawks describió el Gwinn Aircar. «No entrará en barrena ni en pérdida… Con solo una o dos horas de instrucción, cualquier persona promedio (incluso de inteligencia) puede volar nuestro avión… Un desarrollo que debería pasar a la historia como la más grande contribución a aviación desde la llegada de los hermanos Wright«.

El 23 de agosto de 1938, Hawks despegó junto con un amigo con un fuerte viento cruzado, y no logró coger suficiente altitud. El tren se enganchó en una línea eléctricas, que causaron un fuego, e hicieron que el avión se estrellara. Ambos perecieron en el accidente

Fuentes