Eugene J. Bullard, una vida de película

Bullard y su SPAD VII

 

No había visto Raíces cuando era pequeño, la historia de Kunta Kinte se emitió en España en el 79 y yo nací en el 81. Sin embargo sí había oído muchas veces hablar de ella a mis padres. Recientemente vi la nueva versión, y me encantó, estuvo bien… pero no dejaba de ser volver a contar lo que ya se había contado. Parece que en esta década hay sequía de ideas nuevas, que los guionistas solo saben rehacer lo que ya tuvo éxito, o que las productoras se empeñan en repetir lo que ya triunfó porque saben que vamos a ir a verlo, aunque sea para contrastar con los recuerdos que tenemos de la versión original. Y, lamentablemente, quedan muchas historias sin contar, libros sin llevar a la pantalla y guiones distintos olvidados en cajones, ¡con la de escritores que hay esperando una oportunidad!. La vida de Eugene J. Bullard es una de esas historias que en sí mismas ya parecen de película. Ya que se han animado con Figuras Ocultas, ¡a ver si se animan con Eugene J. Bullard!

 

Bullard es a menudo considerado el primer piloto militar de raza negra, aunque ese  honor corresponde a Ahmet Ali Çelikten, hijo de una esclava que voló en la IGM desde 1916 por el Imperio Otomano. Bullard no fue piloto hasta el 17.

 

Alguno tal vez piense que Eugene Jacques Bullard es el personaje homenajeado en la infame Fly Boys. Nada más lejos de la verdad. En la película el personaje es parte de una unidad estadounidense volando en Europa. Pero Eugeneb nunca voló bajo bandera estadounidense, jamás fue aceptado para volar con ellos. Aprovechando que en mayo hace 100 años que se convirtió en piloto, ¿empezamos con su historia?

 

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«Drone» agrícola en 1960

Vaya por delante que tenemos cierta tirria a la palabra «drone» que se popularizara tras el lanzamiento de un multirrotor de la marca Parrot con ese nombre. Para nosotros siempre serán «UAV» si son no aeronaves no tripuladas y en el caso cocnreto de los helicópteros de más de un rotor serán «multirrotores». Así pues deberíamos decir que este pájaro es un UAV de alas rotatorias, multirrotor, diseñado por Gloster en los años 60. Pero como el público general condensa todo eso de multirrotor y no tripulado en «drone», así lo reflejamos en el título de la entrada, para mejor entendimiento por la mayoría, y por abreviar un poco.

 

Multirrotor Gloster (1960)

 

Y ahora al lío.

 

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El primer cañón Anti-aéreo: El “Ballon Kanone”

 

Ballon Kanone

El primer vuelo de un globo no cautivo  tuvo lugar el 21 de Noviembre de 1783, con el primer uso militar durante las Guerras revolucionarias francesas. Durante la guerra franco-prusiana los franceses usaron de nuevo globos de observación y cuando los ejércitos prusianos asediaron París se convirtieron en una línea de subsistencia vital fuera de la ciudad rodeada.

Los prusianos cortaron todas las comunicaciones entre París y las fuerzas provinciales francesas y, el primer globo, Neptune, dejó París el 23 de Septiembre comenzando vuelos regulares tres días después. Estos vuelos llevaron suministros, 164 pasajeros y correo a coste de 20 céntimos por carta.  
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Los científicos victorianos que ascendieron en globo a 37000 ft

  • Fue uno de los vuelos más temerarios de la historia, y solo un golpe de suerte a 37,000 pies lo que evitó que siguieran ascendiendo hasta morir en el límite de la atmósfera.

 

Coxwel liberando gas

Las palomas muertas deberían haber sido un aviso para James Glaisher. El 5 de Septiembre de 1862, el científico realizaba uno de sus primeros vuelos en globo – y junto con la brújula, termómetros y botellas de brandy, decidió llevarse también 6 pájaros.

 

 

“Uno lo solté a una altura de 3,” escribió más tarde. “Cuando extendió las alas descendió como un pedazo de papel; el segundo, a 4 millas, voló con fuerza alrededor una y otra vez, aparentemente realizando un descenso en cada vuelta; un tercero se liberó entre las 4 y 5 millas, y cayó a plomo como una piedra.”

 

Apenas había anotado estas observaciones que él mismo comenzó a sentir el “Mal de altura”. Su brazo había estado descansando en la mesa, pero no respondía cuando intent levantarlo. Alarmado, intent llamar a su aeronauta, Henry Coxwell, pero las palabras se congelaron en su boca y su cabeza se inclinaba irremisiblemente hacia un lado.

 

Glaisher se dio cuenta que el fin se acercaba. “En un instante me invadieron las tinieblas… Creí que no sentiría nada más según llegaba la muerte a menos que descendiéramos a toda velocidad.”

 

Sorprendentemente, Coxwell y Glaisher sobrevivieron gracias a una racha de suerte en el último minuto – o hubieran sido arrastrados a la muerte en los límites de la atmósfera. Su situación es una de las mayors temeridades de la historia de la aviación –y quizás incluso un atisbo futuro de los viajes espaciales.

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