Celestia Aerospace: Lanzar satélites desde un MiG 29, desde Lérida

MiG 29 de Celestia
 
 

Levantarse con el móvil lleno de mensajes de un grupo de Whatsapp no es nada nuevo ni especial. Que sea porque un conocido se ha aventurado en una empresa de lanzamiento de satélites, es otra cosa. Y los mensajes no eran ni más ni menos para avisarme que Daniel Ventura (coordinador de la Festa al Cel, piloto acrobático, piloto virtual y aerotrastornado en general) se había embarcado en el proyecto de lanzar pequeños satélites desde un ex-caza MiG 28 UB.

 

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Video: ¿Qué se siente al sobrevolar la Tierra en la ISS?

Muchas son las sensaciones que se tienen cuando se vuela, y ver la tierra desde arriba. Todos lo hemos experimentado al subirnos por primera vez en un avión, y más si es la primera que se hace en cabina.

 

Y cada altitud de vuelo tiene su gracia: el encanto de volar en ultraligero y hacerlo suficientemente alto como para ver muchas cosas, pero lo suficientemente bajo como para que los detalles no se difuminen. Ir en un avión de pasajeros, que vuela a muchos miles de pies sobre la tierra tiene el efecto contrario. No ves los detalles pequeños, pero ves otros detalles que serían imposibles de descubrir si no de montañas, ríos, costas…

 

¿Cómo sería subir aún un poco más? ¿Qué es lo que ve un astronauta desde la Estación Espacial Internacional? No vamos a poder sentir lo mismo que ellos, pero tal vez podamos acercarnos con este time-lapse de imágenes tomadas desde la ISS

 

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Se acercaba el verano en Scapa Flow

Tal día como hoy, 21 de Junio de 1919, la totalidad de la Flota de Guerra imperial alemana (a excepción de 2 barcos) se hundió voluntariamente en el puerto británico de Scapa Flow.

Una flota moderna, cara y numerosa (la 2ª en número tras la Royal Navy) que había sido mantenida lejos de peligro durante toda la guerra excepto durante la gran batalla de Jutlandia.

Al final Alemania había acabado la guerra con su equipo de combate más o menos intacto. Había triunfado en el Este y, 1918, el año de su derrota, había sido el más sangriento en cuanto a bajas de los aliados.

Fue la moral interna la que se quebró. La población civil alcanzó su límite y la rebelión de la marina en Kiel, la cual daría lugar al armisticio del 11 de Noviembre de 1918, no fue más que un símbolo de lo que sucedía por todo el país.

Los aliados, en el Tratado de Versalles, pretendieron compensar los enormes gastos de la guerra requisando todo el equipo militar alemán, aquello por lo que el pueblo alemán tantas penurias y sufrimientos había pasado ahora había que entregarlo a la enemigo.

Los aviones enemigos entregados eran exhibidos con cierto respeto en Londres pero en París, fueron acumulados como chatarra en montañas en las plazas para escarnio de los vencidos.

La gran flota de altamar era mucho más valiosa que los aviones humillados en Francia. Eran el arma que se suponía debía haber hecho imposible el bloqueo y que fue incapaz de forzar su salida al Atlántico Norte. Más aún, había sido la marina quien se había sublevado terminando la guerra. Su honor exigía una reparación, una especie de disculpa simbólica, por eso la mandaron a pique.