
El autogiro, aeronave de alas rotatorias que no lleva un motor acoplado a su rotor, fue inventado por Juan de la Cierva para lograr lo que debía ser la aeronave más segura del mundo, pues puede aterrizar en pocos metros aun sin motor. Esta particularidad de la aeronave, la de que el motor no mueva directamente sus palas, si no que se encuentren en autorrotación, fue aprovechada por los alemanes en la IIGM para crear esta especie de cometa de alas rotatorias, este autogiro remolcado, creado para que los submarinos emergidos pudieran ampliar su campo de visión.
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