Y cuando uno pensaba que ya no podía encontrar más aviones con este tipo tren de aterrizaje, uno encuentra unos pocos más. Aunque hemos encontrado muy poca información sobre cada uno de ellos.
La idea, como en los tanques, era conseguir un tren de aterrizaje que fuera apto para cualquier tipo de superficie, desde agua a arena, hieñlo, pistas poco preparadas… sin embargo, los problemas de estos trenes de aterrizaje con viento cruzado, su peso, el precio del mantenimiento, y el rendimiento que han demostrado los neumáticos de baja presión tanto en los aviones más pequeños (con los neumáticos de tundra) como en los más grandes (trenes de aterrizaje con múltiples ruedas, como en el Galaxy o el A400M) al final han llevado a que caigan en desuso.