No nos hemos vuelto locos. Es que ayer escribiendo de trenes me acordé de este otro. No está lleno de ningún gas ni vuela, aunque si está involucrado en él el diseñador de zeppelines.
No nos hemos vuelto locos. Es que ayer escribiendo de trenes me acordé de este otro. No está lleno de ningún gas ni vuela, aunque si está involucrado en él el diseñador de zeppelines.
Habitualmente hablamos de aviación. Pero también tenemos pequeños guiños a otras parcelas de la ingeniería y del conocimiento.
Los que habían leido ‘Piernas Largas’ y pensaron en las del B-24 se equivocaron radicalmente. Hablamos en esta ocasión de un tren.
Y no, ni hablamos de tormentas de aire ni de mujeres u hombres alemanes que parecen un auténtico vendaval, si no de… (¡gracias Buendia!)
Este fin de semana se ha celebrado en Menorca la Primera Carrera de Tiempo Compensado de España. Como explican en la web del Aeroclub de Menorca existen varios tipos de carreras aeronáuticas. Se han celebrado desde el comienzo de los tiempos de la aviación, bien de distancia, en las que se pagaban jugosas sumas de dinero a quien volase pongamos de Reino Unido a Australia, bien de velocidad, como el famoso Trofeo Schneider en el que solo competían hidros. En la actualidad son tal vez las más famosas las de Reno (ya sabes, vuela bajo -50pies- y gira siempre a la izquierda), las de travesía o la Red Bull Air Race.
Primera Guerra Mundial, la guerra en el aire es nueva, y los aviones son como los ordenadores hoy en día: a los 4 meses de salir de fábrica está obsoleto. La tecnología aeronáutica se desarrolla a pasos agigantados. En tierra las potencias se desangran, y en el aire el ingenio desarrolla máquinas que vuelan cada vez más alto, más lejos, más rápido… y con más armamento.