El Mojave es un avión no tripulado de despegue y aterrizaje cortos que ha frecuentado estas páginas desde hace un tiempo. Hace casi exactamente un año hablábamos de sus operaciones desde el HMS Prince of Wales, con una cubierta de 240m de largo y sky-jump. Esta vez, desde la cubierta de vuelo de 199m del buque de asalto anfibio surcoreano Dokdo (similar a nuestro Juan Carlos I, aunque éste último sí tiene rampa de despegue en la proa)
La misión, que tuvo lugar el 12 de noviembre, vio el lanzamiento de una variante de despegue y aterrizaje corto (STOL) del Gray Eagle desde el barco de asalto anfibio Dokdo de la marina surcoreana, ubicado frente a la costa de Pohang, y su aterrizaje en una base naval a unos 170 millas (273 km) de distancia.
Lo más interesante de estas imágenes es lo corto de la pista, y la capacidad de operar sin necesidad de catapulta ni de gancho de aterrizaje, como ya demostrara en el HMS Prince of Wales. Más interesante es esta prueba precisamente por lo corto de la pista y la ausencia de catapultas ni ganchos de apontaje. Y más si lo combinamos con los deseos expresados por las armadas de varios países, como España o Turquía, de equipar sus buques porta-helicópteros y de asalto anfibio con este tipo de aeronaves.
¿Podríamos verlo en un futuro cercano en el Kaga, el Anadolu, o nuestro Juan Carlos I?¿Se estará planteando el Sirtap, de desarrollo español, ya con capacidad embarcada?
Curiosamente, no es la primera vez que hablamos de aviones no tripulados embarcados en portaaviones, las primeras veces que lo hicimos fue para hablar de los TDR-1 y TDN-1, ¡de los años 40!
El desarrollo del Mojave comenzó alrededor de 2018 o 2019. El objetivo inicial era crear un avión no tripulado que pudiera realizar despegues y aterrizajes verticales (VTOL), pero se comprobó, una vez más, que esto no era práctico ya que comprometería bien la carga de pago, bien la autonomía de la aeronave, por su excesivo consumo durante estas operaciones.
En su lugar, el desarrollo se centró en un diseño STOL, que mantendría las prestaciones de la aeronave, sin que la incorporación de dispositivos hipersustentadores especiales o ruedas tundra para pistas no preparadas comprometieran las prestaciones del avión.
El Mojave tiene una configuración similar a la del MQ-9 Reaper, y está propulsado por un turbohélice Rolls-Royce M250. Es un desarrollo del MQ-1C, del que se diferencia principalmente en el ala y el tren de aterrizaje. El Mojave cuenta con slats retráctiles, flaps de gran envergadura, y alerones que doblan función como alerón y como flap (flaperones). Además, los flaps son soplados, de doble ranura. El tren de aterrizaje está reforzado, monta amortiguadores especiales,y neumáticos de mayor tamaño, y de menor presión de inflado, al estilo ruedas de tundra, para poder operar en pistas no preparadas.
Además de poder operar desde pistas no preparadas o desde cubiertas de barco, sin hacer uso de sus cables ni catapultas, es muy fácilmente transportable, pudiéndose desensamblar y transportar en un Hércules, y volver a ensamblar y estar listo para despegar en una hora y media, con un equipo de tierra de cuatro personas.
También se está desarrollando de un ala opcional, plegable, para el MQ-9B, que lo convertiría en un aparato STOL, que recibiría el nombre MQ-9B STOL. Esta variante está siendo considerada por la Royal Navy y otras armadas que operan aviones desde grandes buques de guerra de cubierta plana sin catapultas y equipos de detención.