Llevamos unos 20 años escribiendo y hablando en algunas charlas de UAVs. Una de las ideas que propusimos ya hace tiempo fue la de convertir cazas antiguos, rescatados de los cementerios de aviones, a cazas de combate no tripulados. Es algo que Estados Unidos lleva haciendo desde el final de la Segunda Guerra Mundial, como con aquel F6F al que persiguieron tras perder su control, aunque en un principio las conversiones era a aviones blanco. También de Estados Unidos y sus conversiones de aviones de cuarta generación en puntos fieles, aunque a modo de ensayo, hemos escrito unas cuantas veces.

Por este informe [pdf] sobre China y sus fuerzas aéreas supimos en el 2022 que se estaban convirtiendo en caza viejos aviones de la guerra fría, como el el J-6 (caza que deriva del MiG-19), Q-5 (avión de ataque a tierra que deriva del J-6), el J-7 (que deriva del MiG-21) y el J-8 (que deriva del J-7) en aviones no tripulados de combate. Lo descubrimos hace relativamente poco, y creíamos que era «agua pasada», hasta que se ha vuelto a poner de actualidad por esta entrada de The Aviationist, aunque el informe se centra más en los aeródromos y el blog italiano en los UCAVs.
Además de rescatar estos aviones de los años 60 y 70 de los almacenes, están modernizando y reforzando una serie de bases aéreas costeras, en las más cercanas a Taiwan, con depósitos enterrados, hangares y refugios reforzados y defensas antiaéreas.

La combinación ofrece a la PLAAF la capacidad de ocultamiento, sostenimiento logístico y despliegue inmediato, sentando las bases de una doctrina de primer golpe basada en drones —la llamada estrategia cigarra— seguida de oleadas de cazas de 4ª y 5ª generación. Este esquema complica cualquier intento de supresión preventiva por parte de Taiwán o de actores externos.
¿Por qué convertir estos aviones en UCAV?
Los protagonistas de esta transformación son los veteranos Q-5 (A-5), J-6 (F-6), J-7 y J-8. Son aeronaves obsoletas, pero las hay disponibles de forma inmediata, de forma económica, y con las misiones que se espera de ellas no se espera tener que hacerles un mantenimiento costoso ni durante mucho tiempo, ni preocupa la falta de repuestos. Además son aeronaves rápidas y ágiles, y con cargas bélicas bastante altas: el Q-5 ofrece hasta ~1.500 kg de payload en 10 hardpoints; el J-6, ~500 kg en 6 hardpoints; el J-7, ~1.500 kg en 5 hardpoints; y el J-8 llega a los ~4.500 kg con hasta 7 hardpoints, abriendo la puerta incluso a cargas antibuque.
Las conversiones se están llevando a cabo en Lushan, instalación donde se han observado centenares de fuselajes en proceso de transformación. Solo en diciembre de 2021 se identificaron 235 plataformas en la rampa, y reportes abiertos elevan el total de J-6W (la W indica UCAV convertido) a unas ¡¡580 unidades!!
Una vez listos, los drones se mueven a bases aéreas costeras como Longtian, Luocheng/Huian, Shuimen, Zhangzhou o Shantou, donde permanecen ocultos y protegidos hasta el momento de su uso.

Además de la conversión de los aviones se contruyen estaciones de control desde tierra. La regla habitual es 2 GCS por cada 5 aeronaves, lo que multiplica la huella logística en términos de antenas, vehículos y personal.
¿Cómo se espera utilizarlos?
El alcance es relativamente limitado, pero las bases desde las que van a operar están muy cerca de Taiwan, así que parece que lo más lógico es el uso directo, de solo ida, hasta la isla.
La primera misión que se podría esperar de ellos es la de señuelos. Su antiguedad hace que tengan una gran firma radar, fácilmente derectable y seguibles por las defensas taiwanesas. Y ahí es donde los militares taiwaneses van a tener que tomar sus primeras decisiones. ¿Disparamos todos estos costosos-escasos-difíciles de reponer misiles contra todos estos blancos que tenemos, sabiendo que son una distracción para forzarnos a gastar munición, o permitimos que alcancen sus blancos? ¿Si se entretienen en bajarlos a cañón, en qué utilizarán ese valioso tiempo, esa distracción, los chinos? ¿Podrán las defensas anti-aéreas basadas en tierra eliminar las amenazas con las que no puedan los cazas?¿Y si se disparan los misiles desde el aire, o desde tierra, contra los señuelos y luego no quedan para la segunda o tercera oleadas, ya definitivas?
Otras misiones que pueden realizar, además de la de distracción-saturación, es la de atacar las pistas taiwanesas para crear grandes cráteres y dejarlas inoperativas, actuar como puntos fieles, e incluso misiones antibuque, pues el J-8W puede llevar este tipo de misiles.
Las desventajas
Este tipo de aeronave necesitan pistas de longitudes generosas y a una distancia relativamente cercana de Taiwan, las labores de inteligencia para tenerlas perfectamente identificadas son indispensables (aunque, ¿cuándo no lo son las labores de inteligencia?). Se estima que preparar J-6W para un ataque llevaría 2 horas. Ese margen temporal deja trazas claras en rampas y áreas logísticas, observables en imágenes por satélite.
También se espera que, al ser conversiones para ataques masivos con números muy altos, sean conversiones relativamente sencillas y por tanto vulnerables a la guerra electrónica (EW) —interferencias, denegación de la señal GPS, falsear la señal GPS…—
Además su firma radar es muy grande y característica, con lo que es realmente sencillo discernir si se tratan de estos aviones atacando u otro tipo, aunque su misión principal sea más la de saturar que la de hacerse pasar por otra aeronave y hacer pensar que son de una oleada «principal» de aviones modernos.
Los aeródromos
Los aeródromos que se han identificado son:
- Longtian (龙田): 16 refugios y depósitos enterrados, vinculado a brigadas UAV.
- Luocheng/Huian (惠安): 16 refugios, nuevas torres ATC y depósitos.
- Shuimen (水门): 46 refugios, depósitos de combustible y radares (Shantou); presencia de Su-30MKK.
- Zhangzhou (漳州): 24 refugios y varios emplazamientos SAM (HQ-9/S-300 en Zhangzhou).
- Shantou (汕头): 24 refugios; base del 25º Brigada aérea con J-10C.
En total, 126 refugios reforzados listos para operaciones sostenidas.
Se estima que en cada refugio pueden guardarse hasta 3-4 drones. Así, un aeródromo con 98 refugios podría albergar entre ¡98 y 294 UCAVs!
Retos para Taiwan
Neutralizar los aeródromos endurecidos chinos no es una tarea sencilla. Para lograrlo sería imprescindible contar con municiones penetrantes capaces de destruir instalaciones enterradas, combinadas con una campaña SEAD/DEAD robusta destinada a suprimir las defensas aéreas integradas que protegen estas bases.
A ello se suma un esfuerzo logístico considerable, ya que la dispersión de los nodos y el elevado número de refugios multiplican los objetivos a batir.
De hecho, el propio análisis apunta que incluso la USAF podría carecer de los recursos suficientes para suprimir de forma rápida y simultánea todos estos aeródromos.
Ante esta amenaza, el bando defensor debería priorizar una vigilancia persistente sobre indicadores clave —como la apertura de puertas de refugio, los movimientos en rampa o la actividad logística—, además de invertir en medidas contra drones eficaces y de bajo coste, como los cohetes guiados por láser que están probando en los aviones de la USAF, municiones de bajo coste y sistemas CIWS terrestres capaces de hacer frente a enjambres de UCAVs.
Igualmente, resulta esencial disponer de armamento penetrante y plataformas SEAD para neutralizar refugios y defensas integradas, así como dirigir esfuerzos contra la logística china —incluyendo combustible, estaciones de control terrestre y personal de mantenimiento— como vector crítico de vulnerabilidad.
Fuentes de texto e imágenes
- Hardened Shelters and UCAVs: Understanding The Chinese Threat Facing Taiwan [pdf]
- China’s Legacy J-6 Converted Into UAV Shown Publicly for the First Time
- Chinese Airbase Right Across From Taiwan Operating Again After Major Upgrades
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