Lanzar cargas al espacio es muy costoso, y desde el comienzo de la exploración espacial se ha venido estudiando cómo reducir estos costes, bien reduciendo el peso del material a lanzar, bien mejorando los sistemas lanzadores.
El lanzar cargas desde un avión nodriza con capacidad de volar muy alto no es nueva. El lector seguramente recordará el Pegasus, lanzado desde un L-1011, o nuestras entradas sobre el F-104, S3 y su lanzamiento a lomos de un A-300 haciendo un vuelo parabólico, la nave no tripulada de Boeing para poner en órbita satélites y el proyecto español de lanzarlos desde un MiG-29 (los de DARPA han desistido de usar un F-15). Y ahora la propuesta de Virgin Galactic.