Ayer en Race festhice lo imposible por trasmitir lo que AVA logró hacer entre 2006 y 2009 organizando los tres campeonatos de vuelo virtual más la Virtual Red Bull Air Race. Pero en tan poco tiempo era difícil explicar tanto trabajo.
No obstante, para ampliar mucho más la información sobre los campeonatos de vuelo virtual, la Red Bull Air Race y como la Federación Aérea Catalana llegó a incluir estas especialidades de vuelo simulado como deporte aéreo, nada como escuchar la entrevista que hice a dos de los que más trabajaron para ello.
En 1915 no había aviones doblemando. Había que aprender en aviones monoplaza. Y se idearon toda suerte de proto-simuladores de vuelo. Este tipo de simuladores eran “aviones” hechos para no volar. Tenían poca potencia y alas tan cortas que no permitían el vuelo, salvo –si ha caso- pequeños saltos dentro del efecto suelo.
En México este tipo de simulador era llamado “aviones de carreras por tierra”,”taxis” o, simplemente, “aviones de escuela”.
Como sus primos franceses, contaban con todas las características con las que contaban los aviones a los que los pilotos se iban a enfrentar después: volcaban con facilidad, eran inestables y carecían de frenos. Y es que la idea de este particular invento del demonio era acostumbrar a los pilotos a lo que se iban a encontrar después… pero sin miedo a que se fueran al aire, o a perder un avión complejo, caro, y costoso de reparar o conseguir repuestos. A las particulares carreras por tierra, “sin frenos y a lo loco”, las llamaban los pilotos “la repartición de tierras”.
Hemos encontrado que se utilizaron dos tipos de guajolotas. Una, diseñada como tal, a partir de los restos de un biplano Martin Pusher, bautizado como Sonora, y participante en el primer combate aeronaval mexicano, con motor Ford y un diseño que recuerda al de los Demoiselle.
Y el otro el llamado Biplano TNCA serie A, un proyecto mexicano para tener un avión de fabricación propia, que consistió en convertir un monoplano Morane-Moisant en biplano, utilizado parece ser en las «reparticiones de tierras», al menos según se ve en la caricatura publicada porMexicana Aviation History.
Si recordamos la entrada reciente acerca de los simuladores de vuelo, uno de los primeros conceptos de diseño se basaba en un avión cautivo, articulado sobre una rótula esférica o una junta universal, para permitirle los giros en los tres ejes (cabeceo, alabeo y guiñada).
El Piloteur o sistema de Lender & Heidelberg incluía, además, un un motor de aire comprimido que movía una hélice que, a su vez, se encargaba de soplar con suficiente fuerza los timones como para tener mando aerodinámico del avión. Así se basaba en los mismos principios que los anteriores, solo que incorporaba su propia fuente de viento.
Fue patentado en 1917 por el teniente Lender y por Paul Heidelberg. Aunque se presentó al Comité Técnico de Aeronáutica de la Dirección de Invenciones de Francia, no se empezó a utilizar hasta después de la guerra, realizándose las primeras experiencias en 1920.
Y nos atrevemos a decir que fue, posiblemente, el primer simulador de vuelo recreacional, puesto que fue instalado en las galerías parisinas Lafayette para disfrute del personal.
La necesidad de aprender a volar sin arriesgar la vida del aprendiz ni la máquina ha sido patente desde el comienzo de los vuelos. Ya hemos visto muchos casos en este blog, en unos casos recurrían a situar manualmente al alumno piloto en una posición anormal y que el alumno tuviera que volver a la horizontal manejando los mandos, como en el caso de Antoinette. En otros casos se recurría a ventiladores para simular la corriente de aire sobre un avión, o incluso a remolcar el simulador con un coche, teniendo así mando aerodinámico.
Los que hoy presentamos se basan todos en el mismo principio de funcionamiento: un avión instalado sobre una junta universal o una rótula esférica que recurre al viento para generar fuerzas aerodinámicas sobre sus superficies de control y, de este modo, tener mando aerodinámico y simular los movimientos del avión en, al menos, los tres ejes de rotación: cabeceo, alabeo y guiñada.
Sanders Teacher, un simulador de vuelo – 1910
Flight, en su número de diciembre de 1910, publicó
La invención, por lo tanto, de un dispositivo que permitirá al novato obtener una idea clara del funcionamiento de un avión y las condiciones existentes en el aire sin ningún riesgo personal o de otro tipo debe ser bienvenida sin duda. Ya se han probado varios y el Sanders Teacher es el último en entrar al campo.
El Teacher se construyó a partir de componentes de aviones reales. De hecho era un avión real montado sobre una junta universal. No podía volar, pero sí reaccionar a las fuerzas aerodinámicas cuando se encaraba al viento. ¿Desventajas? Si no había viento o no tenía la velocidad suficiente, el simulador no funcionaba. Por eso otros aparatos similares recurrieron a ser arrastrados por vehículos o situar frente a ellos grandes ventiladores.
Billing Oscilator – 1910
Similar al anterior, podemos encontrar el sistema desarrollado por Eardley Delorney Billing, el «Billing Oscilator«. Una vez más, un avión sobre una articulación esférica bajo su centro de gravedad, y superficies móviles que movían el avión en sus ejes de rotación (cabeceo, alabeo y guiñada) si el viento era suficientemente fuerte como para generar fuerzas aerodinámicas.
Fue ensayado en el aeródromo de Brooklands y, como el sistema anterior, apareció publicado en Flightdel, el 19 de noviembre de 1910.
Sistema Gabardini
Otro simulador que utilizaba el mismo sistema era el de Gabardini. Creado por Giuseppe Gabardini (1879-1936), propietario de la Società per la Construzione de Velivoli en Novara, para aprender a manejar sus aviones.
Básicamente era uno de sus aviones unido a la articulación esférica. Además, este sistema contaba con cables de seguridad que impedían que el avión cautivo sufriera daños si llegara a tocar el suelo con alguno de sus extremos.
Cabe destacar que Gabardini crearía otros dos sistemas, además de éste ideado para familiarizarse con el uso de las palancas de mando. De los otros dos, uno sería para aprender a carretear el avión y el otro un par de ruedas adicionales para evitar el capotaje del avión durante las fases iniciales en las que el alumno piloto aprendía a aterrizar.
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Fuentes
FLIGHT SIMULATION IN CIVIL AVIATION ADVANTAGES AND DISADVANTAGES. Tomasz BALCERZAK, PhD. Eng.;Katarzyna KOSTUR, Magistry Eng. en Revista europea de derecho de la navegación marítima y aeronáutica
Desde el comienzo de los tiempos -aeronáuticos- quedó claro que tener aviones que no volaran sería útil para entrenar a los pilotos a volar. Memorizar procedimientos, aprender técnicas… antes de subir a un avión doble-mando ¡en el mejor de los casos!
El simulador de Ruggles era una cabina montada en un cardan. La cabina tenía así tres grados de libertad de giro (alabeo, cabeceo y guiñada) y uno de desplazamiento (el vertical).
Servía para aprender los rudimentos del manejo de los mandos del avión. Pero también podía servir para aprender a recuperar posicionesa normales: El instructor, sentado fuera del simulador, mediante mandos eléctricos, cambiaba la actitud de la cabina y el piloto, mediante los mandos del avión debía recuperar la horizontalidad.
El Ruggles Orientator se utilizó tanto como dispositivo de selección de pilotos como herramienta de formación. Su uso continuó después de la guerra y la revista Popular Science defendió su uso en julio de 1919: “La práctica en el orientador desarrolla el ‘sentido del movimiento del oído’, que servirá al piloto cuando el sentido muscular y la vista no lo hagan (p. 63).”
Por desgracia, no se supo hasta mucho después de la Primera Guerra Mundial que cualquier «sentido del movimiento del oído» sería inadecuado y que la desorientación espacial requería instrumentos y entrenamiento adecuados para superarla.
Fue inventado por William Guy Ruggles (1883-1914) y empleado por la escuela pilotos del ejército francés a partir de 1915. El invento fue presentado en Estados Unidos el 9 de septiembre de 1918, aplicado para la selección primaria de pilotos de combate y patentado el 21 de octubre de 1921.
Según los criterios de la época, podía evaluar los tiempos de reacción del alumno y detectar desórdenes en el sistema vestibular. Por ello se empleó posteriormente en medicina aeronáutica.
En la primera ceremonia de los Oscars la mejor película fue «Alas» (1927). Y el simulador de vuelo sirvió para poder grabar las escenas en las que se veía en primer plano al actor mientras volaba el avión, como nos contaba la revista Estampa.
Esta plataforma, modificada y puesta al día, continuó empleándose en la formación y capacitación de astronautas en la NASA
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