El proyecto Excelsior: Saltando en paracaidas a 31 kilómetros.

El nombre de Joseph Kittinger no es demasiado conocido en la historia de la exploración de la atmósfera y del espacio. Sin embargo, este capitán de la Fuerza Aérea norteamericana puso su vida en juego allá por finales de los años cincuenta para hacer lo que no había hecho nadie antes: saltar en paracaídas desde un globo a más de 30 kilómetros de altura.

Kittinger con el traje de salto y el paracaidas  junto a la góndola del Excelsior III.
La nota bajo la entrada dice «Éste es el escalón más alto del mundo»:
a día de hoy aún lo sigue siendo.

El objetivo del proyecto Excelsior, como así se llamaba el programa de saltos que dirigía Kittinger, estaba destinado a investigar la posbilidad de saltar en paracaídas desde grandes alturas y sobrevivir . Los aviones de la época estaban alcanzando velocidades y alturas récord y se intentaba averiguar si los pilotos podrían eyectarse en condiciones extremas. Las primeras pruebas, realizadas con maniquíes (la operación High Dive) habían mostrado que los cuerpos tendían a rotar sobre sí mismos hasta velocidades que alcanzaban las 200 revoluciones por minuto, lo que podía resultar fatal.

Así, se diseñó un nuevo modelo de paracaídas que incorporaba un pequeño paracaídas estabilizador extra que evitaba el giro del piloto. El sistema de salto completo incluía medidores de altitud que permitían desplegar los paracaídas en el momento adecuado del descenso. Además, se iban a alcanzar cotas con una atmósfera muy tenue y con temperaturas muy bajas, y la góndola que iba a transportar a Kittinger era abierta, por lo que se tuvo que crear un traje especial presurizado y aislante que evitara la congelación del propio Kittinger y de los paracaídas. Este traje fue un burdo precursor de lo que serían los auténticos trajes espaciales.

Kittinger saltando a 30 kilómetros; la capa de nubes queda unos 20 kilómetros más abajo.
La caja naranja que lleva debajo y
sobre la que ha pasado sentado todo el ascenso alberga parte de la instrumetación

Kittinger realizó tres saltos. Durante el primero de ellos, que tuvo lugar desde unos 23 kilómetros de altura en noviembre de 1959 , el paracaidas estabilizador se desplegó demasado pronto y los cables estrangularon a Kittinger a la vez que le hacían girar a unas 120 revoluciones por minuto. Kittinger perdió la consciencia, pero la apertura automática del paracaidas principal le salvó la vida. Esta experiencia casi fatal no impidío que Kittinger intentara otro salto en dicimbre dle mismo año desde la misma altura, esta vez con completo éxito.

El tercer y último salto se realizó en agosto de 1960. Durante el ascenso, el sellado del guante derecho del traje falló, lo que provocó a Kittinger un fuerte dolor en la mano que terminó por dejársela inútil. Con todo, Kittinger decidio no informar del fallo y continuar con la misión. El ascenso duró una hora y rompió el récord de altitud vigente llegando hasta los 31 kilómetros de altura. El salto de Kittinger desde esa cota es el más alto ralizado hasta la fecha, y durante él el por aquel entonces capitán experimentó velocidadas de casi 1.000 km/h y temperaturas de 70 grados bajo cero, y demostró que era posible sobrevivir a un salto desde esa altitud.

La góndola del Excelsior III se guarda actualmente
en el museo de la Fuerza Aéres estadounidense

Kittinger, un oficial altamente condecorado, recibió por sus altos las hojas de roble para su Cruz de Vuelo Distingido y el trofeo Harmon de manos del presidente Eisenhower, y se retiró con el rango de coronel en 1978

Como postre, las imágenes originales del salto, que son espectaculares. Aunque no tengo muy claro que la música de The Who le pegue mucho… de todas formas, hay más versiones del video por YouTube. Entre ellas, el vídeo musical original de «Dayvan Cowboy» de Boards of Canada.

 

¡¡Olé ese grupo 43!! (esos que aun vuelan a pulso, con cables poleas y sin electrónica)

Creo que en más de una ocasión he hablado del Grupo 43, de los botijos, y de la admiración que despiertan en mi. También he dicho que si alguna vez decidiera entrar en el EdA como ingeniero, me encantaría trabajar manteniendo los Botijos.

Hace unos días se difundió en la Lista de Aviación Militar de Yahoo un vídeo. Creo que ha gustado a todo aerotrastornado que lo ha visto. Más que gustar…

Os dejo el enlace a Youtube para que lo veáis (se ha desactivado el que se pueda embeber):

Monolito a Diego Marín Aguilera en Villafría, Pionero Pre-Wright

En resumen: cada país clama haber tenido el primer aviador de la historia. Los chinos dicen que sus monjes en cometas, los otros un zapatero, los otros un cerrajero… y en España no íbamos a ser menos. El nuestro fue un burgalés que se hizo un planeador y saltó desde el castillo y planeó. A continuación entró la inquisición y el fuego…

Monolito a Diego Marín Aguilera en Villafría:

El aeropuerto de Burgos tendrá un recuerdo para Diego Marín Aguilera, el que podría ser el primer hombre que voló. Su nombre no se unirá al de Villafría para denominar a esas instalaciones, como se había solicitado en un primer momento, pero al menos tendrá un recuerdo permanente a la entrada.

Lugar del Salto de Diego Marin en Coruña del Conde


Coruña del Conde
, con un T33 en lo alto de la loma de donde debió saltar Diego Marin. Foto de José Manuel Sánchez en Paronamio

Y para leer más sobre Diego Marín recomiendo una entrada en Tecnología Obsoleta

¿Cambiarán el nombre del Aeropuerto de Barajas por Aeropuerto Alfonso Suarez?

Me encuentro precisamente con esta noticia. Después lo escuché en la televisión.

 

Los franceses tienen su Charles de Gaulle. Los estadounidenses su JFK. ¿Por qué los españoles no su Adolfo Suárez?

 

El PP presentó en el congreso esta semana cambiar el nombre del aeropuerto de la capital de España por el de su primer presidente democrático para cambiar el nombre. Y en pocas ocasiones tantos políticos (PP, PSOE, Ayuntamiento de Madrid…) han estado de acuerdo en algo. El Ministerio de Fomento queda a la espera de que el Congreso se pronuncie, y tan solo la asociación vecinal de Barajas se ha pronunciado en contra de la medida. Las aerolíneas no se pronuncian. Y algunos ya buscan razones para no cambiar el nombre

ABC
El Pais
El Economista

Y se me vino a la mente… ¿tanto dinero nos sobra como para derrocharlo en cambiar carteles, indicaciones, folletos… etc? ¡¡Que no es precisamente un cambio barato!! Por otro lado, me parece perfecto que se honre a Adolfo Suárez. Pero puesto que el aeropuerto es la parte más visible de la aviación, prefiero que esté dedicado a Juan de la Cierva o a Virgilio Leret.

Como siempre, opinión personal, nada más.