Sólo los ángeles tienen alas (Only angels have wings) es una película de 1939. Narra la historia de varios pilotos y una compañía aérea ruinosa que se dedica a transportar mercancías sobre Los Andes.
En plena época dorada de la aviación, con todo un mundo por desarrollar, los pilotos se juegan el pellejo volando a altitudes que rozan el techo operativo de sus aeronaves.
Y es en este entorno en el que se produce esta escena, grabada con un Fairchild 100 tomando en la cima plana de una altisuperficie, y grabada desde otro avión. Si es de un gran realismo es porque no se utilizan maquetas, como solía ser habitual en la época, sino que un piloto vuela y aterriza realmente el avión, realizando una pasada previa primero, haciendo toma final después.
La escena, por la belleza de las imágenes, por las dificultades técnicas de rodarla en aquella época y con los medios disponibles entonces, y por el resultado, no tiene desperdicio.
Vía J. Oñate, que me ha dado a conocer la película y la escena.