Hoy os traemos una historia que es vieja conocida de muchos aerotrastornados. Pero hacía mucho que teníamos ganas de contarosla, así que ahí va.
Sucedió a principios de 1990 en el Golfo Pérsico, mientras los portaaviones estadounidenses y los B-52 realizaban ejercicios conjuntos. Dos B-52 llamaron al USS Ranger y le preguntaron si podían hacer un sobrevuelo, y el controlador aéreo del portaaviones dijo que sí.
Cuando los B-52 informaron que estaban a 8 kilómetros de distancia, el controlador dijo que no los veía:
–USS Ranger: No tenemos visual
–B-52: «Mire hacia abajo».
El camuflaje del B-52 dificultaba su visión desde arriba, pero a medida que se acercaba, los marineros pudieron distinguirlo ¡las estelas de agua que que los motores del B-52 levantaban!.
Los pilotos de los B-52 le preguntaron al controlador del portaaviones si les gustaría que los bombarderos volvieran a aparecer. Les dijeron que sí, y muchos marineros sacaron sus cámaras esta vez
Los B-52 habían estado practicando vuelos de bajo nivel durante años, para colarse bajo el radar soviético.