Ya tenemos un pájaro más que añadir a nuestra colección de aviones con trenes de aterrizaje raro, el Arado 232 Tausendfüßler, ciempiés.
Es, posiblemente -ya sabéis que en estas cosas no se puede uno gastar afirmaciones categóricas, el primer avión de transporte táctico moderno de la historia. Se diseñó con un fuselaje tipo cajón y ala y empenaje altos. El fuselaje de tipo cajón permite dar cabida a la carga con facilidad. El ala alta mantiene el fuselaje lo más cerca del suelo posible, para facilitar la carga y descarga, y si se montan los motores sobre ella los mantiene lo más lejos posible del suelo. Además, al estar soplando las hélices de forma constante el ala, favorece las prestaciones STOL (¡despegaba en 200m incluso en MTOW!) de este tipo de aeronaves. La cola alta permitía la instalación de una compuerta/rampa de operación hidráulica en la parte trasera del fuselaje, lo que permitía una rápida carga y descarga del avión, e incluso la entrada de vehículos. Nada que ver con los aviones de transporte utilizados de manera masiva hasta entonces, com el Ju-52/3m o el DC-7/C-47.
Todas estas características se pueden encontrar hoy día en cualquier avión similar. Lo que no podemos encontrar es su peculiar tren de aterrizaje.
El 232 tenía un tren de aterrizaje triciclo retráctil, en la época donde lo estándar era el patín de cola, más una serie de ruedas no retráctiles en la panza del avión. Las ruedas del tren principal eran totalmente retráctiles, la rueda de morro solo se retraía hacia atrás parcialmente. ¿Para qué necesitaba toda esa panoplia de ruedas en la panza, además de para añadir resistencia aerodinámica?. Las ruedas del tren principal, así como la de morro, tenían unas articulaciones que permitían arrodillarse al avión, haciendo descansar todo el peso del mismo entre las ruedas del tren principal, la de morro, y todas las de la panza. Esto hacía que el ángulo de la rampa de carga fuera menor, facilitando el trabajo de carga y descarga a mano, a la hora de empujar las cargas por la rampa. Además hacía que el suelo del avión sufriera menos durante el proceso, al pasar todas las fuerzas directamente al suelo através de las ruedas del ciempiés. Pero además esto le permitía carretear por pistas no preparadas, embarradas, y cruzar trincheras de hasta 1.5m de ancho. Y quien dice trincheras dice cráteres de bombas. La gran ventaja de este tren consistía en poder operar en cualquier aeródromo, por maltratado que estuviera, siempre y cuando la pista estuviera lista.
En este vídeo podéis ver al 232 en vuelo, y operando en tierra con el tren de aterrizaje en posición normal y en posición ciempies. En este otro podéis encontrar algunas imágenes curiosas más sobre él. Y si os atrevéis con el alemán, podéis intentar con este documento de Arado.
Si queréis saber algo más sobre él os recomiendo 1000aircraftphotos,