Aunque en los últimos tiempos parece que solo Red Bull realiza grandes desafíos aeronáuticos, lo cierto es que siempre ha habido muchos pilotos intrépidos que han intentado lo imposible, como demuestra que vayamos por la entrada número 33 de nuestra serie ¿Cómo de bajo puedes volar?
En los años 70 y 80 la regulación de los ultraligeros era escasa, e incluso inexistente. Eran pocos, poco potentes, y el daño que podían causar en caso de accidente se limitaba básicamente al ocupante, o los ocupantes. En aquella época nació el Quick Silver, uno de los ultraligeros tubo-y-tela o trapos más añorados en España. Y uno de estos es el protagonista de nuestra historia, con su piloto Jimmy Marull a los mandos.
Marull fue uno de los pioneros de los ultraligeros en Venezuela, importando el primer ultraligero en 1978, y haciendo de su pasión su modo y forma de vida.
En el 81 cruzó Venezuela de punta a punta en dos semanas con un Quicksilver MX monoplaza, atrayendo la mirada de los apasionados de la aviación, que descubrían así un modo asequible de volar.
En 1985 visita el Autana, en la amazonía, montaña sagrada del pueblo Piaroa, siendo para ellos el Wahari-Kuawai o Árbol de la Vida. Según su tradición oral esta montaña, que se asemeja a un tocón, es el origen de la vida. Dos dioses habrían excavado en sus raíces para derribarlo y obtener así todos sus frutos a la vez. Y el árbol, al caer, habría derramado la vida. Un pez payara, atrapado en uno de los estanques que había formado uno de los ríos que había cambiado su curso por la caída de las ramas del árbol, comenzó a saltar y golpear el tocón, formando sus cuevas. Incluyendo la gran cueva que atravesaría Marull en vuelo, la Gran boca de la payara [PDF].
Charles Brewer-Carías y David Nott, espeleólogos, descubrieron las cuevas en 1962, cuando se las mostró el piloto del avión ligero en el que volaban. La visitaron en 1970, cuando un helicóptero les dejó en la cima de la montaña y descendieron hasta ellas con escalas y cuerdas. En 1974 fue escalada, y pasaron cuatro días mapeando las cuevas. Aquí los textos de las exploraciones que hicieron en la cueva que atravesaba la montaña.
Marull había visto un rayo de luz que atravesaba la montaña por la cueva, y ese rayo de luz iluminó una idea en su cabeza: tenía que atravesarlas en vuelo. Muchos pilotos habían atravesado bajo puentes, bajo arcos del triunfo, bajo hangares… pero ninguno lo había hecho en una cueva.
En 1987 se integró en una expedición que se dirigía al Autana. Iban a realizar escalada, espeleología y grabar un par de documentales. Modificó su Quicksilver biplaza, más potente que el monoplaza, reduciendo su envergadura 2 metros, uno en cada semi-ala.
Había visto muchas veces la cueva desde el aire, pero esta expedición le permitió investigar la cueva desde su interior, estudiarla, familiarizarse con sus dimensiones y obstáculos.
Tras estudiar la cueva los miembros del equipo se dividen entre los que comparten el optimismo de Marull y los que opinan que es demasiado arriesgado, y que un accidente supondría un veto para volver a acceder a la montaña sagrada.
Aun así Marull no había ido hasta allí con intención de regresar con el ultraligero sin volarlo a través de la cueva. Y matarse no entraba en sus planes. Descendió de la cueva y preparó el vuelo.
A las 10:50 de la mañana del 3 de diciembre de 1987 lograba atravesar en vuelo la montaña.
Gracias a Alejandro Irausquin por darme a conocer este vuelo. Es a él al que le he fusilado el vídeo y quien me ha servido de fuentes. Su artículo está mucho más desarrollado que el mío, y contiene los comentarios que el propio Jimmy Marull le hiciera en persona sobre este vuelo: El Mágico Vuelo de un Ultraligero por el Autana – Jimmy Marull