Mucho hemos hablado en el blog de drones kamikaze y de utilizar aviones ultraligeros armados o incluso convertidos en UAV. ¡Si hasta el Antonov 2 se ha convertido en UAV! Y también lo analizamos con Carlos González en el último podcast. Pero es la primera vez que hablamos del uso de un avión ultraligero convertido en una bomba volante, como si de un mosquito de Kettering o torpedo volante de Sperry se tratara.
Hoy, 2 de abril de 2024, sin embargo, toca hablar de un avión ultraligero, el Aeroprakt, de fabricación ucraniana, convertido en bomba volante. En concreto su modelo A-22. Parece ser que el objetivo era una fábrica de munición merodeadora, aunque finalmente ha caído en la parte trasera de una residencia de estudiantes de un politécnico.
Los objetivos estaban en Nizhnekamsk y Yelabuga, Tartaristán, a unos 1,200 km del frente, marcando los ataques más profundos contra la infraestructura rusa desde el inicio de la invasión.
Uno de los drones, un Lyutyy, apuntó contra la refinería de petróleo TANECO en Nizhnekamsk, mientras que otro, el Aeroprakt, ha caído cerca de la ya citada residencia de estudiantes.
El A-22 es un avión VLA/ULM, según la norma de certificación, y he tenido la suerte de volarlo en ULM Madrid, con Rodrigo Borjabad como instructor de vuelo. Por eso sé de buena mano que suele estar equipado con un Rotax 912 de 100hp, y que con él a 5000rpm se hace un crucero rápido de 180km/h, con un consumo de unos 18 litros de súper 95 cada hora, a MTOW. La masa máxima al despegue (MTWOW) oficial es de 600kg, aunque se sabe que puede despegar con más. Además es capaz de despegar desde pistas no preparadas en unos 160 metros (a 2000ft ASL, con el tren de aterrizaje convencional y sin hacer uso de técnicas de vuelo STOL)
La estructura básica es un fuselaje de tubo de acero soldado, carenado con fibra y paneles transparentes, con una estructura alar bi-larguero y con costillas, todo metálico, revestida en tela tensada, con un puro de cola monocasco, y un empenaje también revestido en tela.
El A-22 de serie viene equipado con dos depósitos de 45 litros, y opcionalmente con dos de 57 litros. Haciendo un «número gordo» con ese consumo y los 114 litros de capacidad, nos da unos 1200km de alcance, así que salvo que el modelo convertido en UAV llevara depósitos extra, ha operado justo al límite de su alcance. El avión puede operar con dos pilotos de 90kg y 20kg de equipaje. Asumiendo que se han usado 50kg en sistemas de navegación y control cámaras de visión (tomando esos 50kg como una cota superior, un máximo de máximos), etc, aún quedarían más de 100kg para cargar explosivos.
Como curiosidad, en los últimos años se ha disparado el precio del motor Rotax 912, y era más o menos conocido que se debe a su uso masivo en UAV de unos 600kg. También es conocido que últimamente la disponibilidad para comprar Aeroprakts era escasa, que cuesta comprarlos en fábrica, a pesar de que se ha deslocalizado su producción y ya no se fabrican sólo en Ucrania (originalmente se producían en el mismo aeropuerto en el que se destruyó el An 225, ahora se produce mínimo en Polonia), así que no era de extrañar que siendo una aeronave probada y fiable, se utilizaran para otros fines, como éste.
Si te ha gustado, ¡Síguenos!
Fuentes