La retirada del nEUROn no ha durado mucho tiempo. El UCAV de Dassault Aviation, que realizó más de 170 vuelos desde 2012 hasta finales de 2022, debería reanudar su servicio próximamente. La Dirección General de Armamento (DGA) debería notificar pronto un contrato a Dassault Aviation para iniciar una nueva campaña de ensayos con la aeronave, actualmente preservada en la Base Aérea 125 de Istres.
Y parece ser que éste avión de Dassault, junto con el viejo Rafale, podrían optar al contrato para reemplazar a los EF-18M peninsulares (los F/A-18 españoles son los de Gando, como nos apunta Carlos González).
Cuando el Ejército del Aire reciba todos los Eurofighter Typhoon, que se actualizarán al estándar Tranche 4 (radar AESA CAPTOR-E, misil aire-aire Meteor), aún tendrá que reemplazar los F/A-18, o C.15 en nomenclatura propia.
El general Francisco Braco, en la última reunión con prensa el 3 de diciembre, no se cerraba a ninguna opción. El Ejército del Aire siempre ha tenido dos aeronaves de procedencias distintas, porque si una de ellas estaba afectada por cualquier incidencia que deje a toda la flota en tierra, la otra puede seguir volando.
El F-35, que además podría tener cierta «comunalidad» (entre comillas porque no hay tanta como se deseaba) con el de la Armada, si finalmente lo adquirieran para reemplazar los Harrier. Sin embargo es sabido que en estas adquisiciones se busca la inversión en la industria nacional, y Lockheed Martin no es dada a la transferencia de tecnología.
Lo lógico y esperable, es que esta segunda plataforma sea el Next Generation Fighter, del programa FCAS, en el que España está involucrada junto con Alemania y Francia. Aunque su entrada en servicio no se espera hasta 2040, o 2050 si hacemos caso a esto que declaraba Dassault.
De todos modos, para el general Braco, otros aviones de combate son susceptibles de responder a las necesidades del Ejército del Aire y del Espacio. «Necesitamos otra plataforma, además del Eurofighter. ¿No hay nada más que el F-35? […] Hay otras opciones. Solo queda ver cuál es la ideal», dijo, según declaraciones recogidas por InfoDefensa. Y subrayó que otros países producen aviones de combate, como «Francia, Suecia y Corea del Sur».
Y aquí es donde la prensa francesa se pregunta si el mejor posicionado no sería el Rafale, un aparato que lleva volando más de 20 años pero que está cosechando cierto éxito comercial, en cojunto con el que se espera su punto fiel, aunque ahora se habla más de MUM-T, el nEUROn. Para reforzar este punto recuerdan la importancia de la participación industrial española en sus proyectos de defensa, y que EADS/CASA partició en el nEURON, así como la firma entre los dos países el año pasado de un acuerdo para fortalecer su cooperación militar, especialmente en el ámbito de la industria de armamento.
Esta opción parece poco viable, al menos en tanto y en cuanto el programa NGF/FCAS siga en marcha, aunque no podemos olvidar los rumores que han surgido tanto de los problemas que está poniendo Francia/Dassault al proyecto como de los de que Alemania se una a Reino Unido, Italia y Japón en su caza futuro. Si al final se viniera abajo el caza del futuro de Airbus, entonces, y sólo entonces, tal vez podría ser interesante la incorporación de una plataforma ya anticuada, aunque con varias modernizaciones encima, junto con su punto fiel.
Como cierre, de no adquirir ninguna plataforma de quinta generación, como el F-35, se daría el hecho de pasar de operar sistemas de generaciones 4 o 4+ a sistemas de 6ª, como el NGF/FCAS.