Hoy hace años que me despertaste y me asustaste. Me había acostado a las mil de la mañana. Tenía sueño, y me llamaste. ¿Estas bien? Sí, por qué iba a estar mal, y por qué me despertabas a esas horas, estaba echo polvo y casi de mal humor por que me hubieras despertado, y tú solo preocupada por si me había pasado algo.
Y de repente ruido, jaleo, ambulancias. Mi hermana diciéndome que a su novio no le había pasado nada pero que solía ir en ese tren. Las líneas de teléfono saturadas, al fin hablé con mi padre, la de Atocha había sido cerca de su trabajo. Hablé con todos los de la universidad. Todos OK, no había pasado nada a nadie. Poco después me enteraría de que un chico al que no conocía, pero que era de mi universidad, había muerto. In chico que hubiera sido compañero de trabajo en una de las muchas empresas por las que pasé…
Estuve dando vueltas, solo se oía hablar de heridos. Bajé al coche, aun no tenía garaje y aquel fiel viejo trasto de veintitantos años que no me había dejado tirado nunca tardaba en arrancar cuando estaba frío. Arrancó y salí zumbando para un hospital. Me ofrecí a usar el coche para trasladar a sanitarios hasta donde hiciera falta, para hacer de ambulancia. Me dijeron que estaba todo Madrid saturado, que lo mejor que podía hacer era donar sangre, que hacía falta mucha. Hacía calor y me mareé, y volví a casa, cuando se me pasó el mareo, a esperar sentado, con impotencia, sin saber qué hacer..
¿Te di alguna vez las gracias por llamarme, por interesarte por mi, por preocuparte?