El mismo año que volaba por primera vez el autogiro, se creaba la empresa Construcciones Aeronáuticas Sociedad Anónima, CASA, primero integrada en EADS y ahora en Airbus.
La Primera Guerra Mundial supuso la consolidación de unas máquinas que había nacido pocos años antes, el avión. En poco tiempo se pasó de máquinas construidas con bambú, tela, y motores poco potentes, a máquinas de producción industrial y en serie, equipadas con motores fiables, y se empezaban a abrir rutas para cruzar el charco.
Pero el final de la Primera Guerra Mundial también supuso un mercado inundado de máquinas excedentes de todos los ejércitos a bajo precio, lo que dificultó que se establecieran nuevas empresas, puesera más barato comprar algo que ya existía que desarrollarlo de cero, pero también facilitó que los aviones se extendieran rápido a todos los países.
Fue a partir de los años 20, cuando todos esos aviones ya estaban anticuados, cuando la industria aeronáutica nacional pudo despegar.
Estas fueron las condiciones de contorno que se encontró Ortiz Echagüe cuando fundó CASA un día como hoy de 1923. Su apuesta fue la fabricación de aeronaves bajo licencia. Así fundaron en Getafe la factoría que produciría los bombarderos Breguet XIX, de origen francés, o los Dornier Wal alemanes, que pasarían en nuestro país a la posterioridad por protagonizar los grandes raids, los vuelos de larga distancia de mediados y finales de los años 20. Así comenzó la historia de una compañía que ha llegado a nuestros días como parte de Airbus.
CASA es una de las protagonistas de nuestrio podcast junto a Niebla de Guerra de Armas para la autarquía