El F-16 se une al club de los aviones estadounidenses que han aterrizado faltándoles un trozo importante de ala (como ya hicieran el F-14 y el F-15).
El pasado octubre se produjo la colisión entre dos F-16 del 125th Fighter Sqn. de la Guardia Nacional de Oklahoma. Uno de los dos aparatos se estrelló en un campo, tras saltar en paracaídas su piloto. El otro logró aterrizar, pese a los daños, en la base, a 100 millas del lugar de la colisión.
Los cazas se encontraban entrenando un combate 2 vs 1. La sección de dos aviones estaba liderada por un experto piloto de F-16. Su punto era un novato en este tipo de avión. El primer enfrentamiento con el F-16 que volaba en solitario transcurrió sin problemas. En la segunda intercepción, el punto inició un viraje a izquierdas, cuando el F-16 enemigo pasaba entre ambos aviones amigos. El líder mal interpretó la maniobra de su punto, pensando que viraba a derechas, y viró él mismo a derechas, sin mantener el contacto con su punto, concentrado en localizar al enemigo, preparándose para entrar en un dogfight. El resultado es que el líder colisionó con su punto. Estos son los esquemas con los que la USAF explican lo sucedido.
Como en muchos otros casos, el accidente se debe a un error humano y una mala conciencia situacional. Y lo rápido que suceden las cosas en combates entre cazas supersónicos. Afortunadamente, la pericia del piloto y el Fly-By-Wire del F-16 lograron que uno de los dos aparatos regresara a base.