Ahí va mi parte de la review sin spoilers:
Es entretenida, está bien filmada, tiene buen ritmo. De acuerdo. Vale.
La traducción deja que desear, los combates, la organización del ejército enemigo … no es creíble desde un punto de vista militar ni aeronáutico y es más que previsible. Si nos ponemos puristas, seguro que se le pueden sacar muchos defectos. Así que es mejor ir con mentalidad de disfrutar, de ver una película de aviación con escenas aéreas impresionantes, y de dejar que la película nos lleve a esos 80 en los que todos queríamos una bomber de cuero y ser pilotos.
Por lo dicho en el primer párrafo, te engancha y te tiene sentado y sin pestañear todo el rato, aun sabiendo lo que va a pasar, y la película se te pasa volando. Para disfrutar como un niño. O para que te vuelva a hacer sentir un niño volviendo a ver las pelis de aventuras aéreas, pero actualizada.
A partir de aquí, spoilers, no tenéis por qué seguir leyendo.
La película no solo hace guiños a la primera entrega, con una nueva rivalidad al estilo de Ice/Maverick que también se torna en amistad al final de la película. La película recoge escenas y tramas de otras.
Prácticamente la totalidad de la película está basada en 633 Squadron. Pilotos escogidos para atacar un objetivo al final de un valle protegido por antiaérea sin posibilidad de desplazamientos negativos en azimut, con lo que hay que pegarse al suelo para que no ser alcanzado.
La escena en la que Maverick se estrella con el avión hipersónico y cómo sale de él, bien podría ser aquella en la que Chuck Yeager estrella el F-104 en Elegidos para la Gloria, como bien nos ha recordado Toño Casado por Instagram.
Las escenas del entrenamiento del ataque al objetvo deja un sabor al entrenamiento de Treinta segundos sobre Tokio, así como el momento del adelantar el ataque.
El combate aéreo disimilar del final entre cazas de cuarta y quinta generación trae regusto de Águilas de acero III, con el combate caza de la Segunda Guerra Mundial vs Scaled Composites ARES digo… Messerschmitt Me 263.
La fuga de la base aérea enemiga robando el avión es casi clavada a la fuga en la Bücker Bestmann de La Gran Evasión.
Y ese «No es el avión, es el piloto» que acaba siendo el «Usa la fuerza», de la película, en concreto cuando falla el láser y hay que bombardear sólo por instinto.
Así pues creemos que la película no sólo homenajea a la original, sino a otros clásicos del cine.
En resumen, es una de esas americanadas tan bien rodadas que se disfruta desde el comienzo al final.