
El «Más alto, más rápido, más lejos» ya está pasado de moda en la aviación. Ahora se lleva el «Más ligero, más barato, más ecológico», al menos en la aviación comercial, y eso es lo que se intenta con los biocombustibles. Ésto se puede conseguir de diversas formas: mejorando los motores, el control del tráfico aéreo, la aerodinámica o el combustible. En Europa hay diversas iniciativas, como el Cielo Único Europeo, las Aproximaciones con descenso continuo (CDA), el proyecto Clean Sky (otro enlace aquí).
Hoy se ha producido el primer vuelo español con biocombustibles, en un avión de Iberia y con combustible de Repsol. El avión ha salido de Madrid-Barajas con direccion a Barcelona-El Prat, y se ha realizado con total normalidad. El biocombustible era una mezcla de Jet-A1 al 75% y 25% de Camelina. Con este combustible se espera reducir la emisión de CO2 a la atmósfera.