La USAF revela su último avión X: el X-56A

X-56 
 
Un Nuevo avión X de la Fuerza aérea Americana denominado X-56A explorará la tecnología de control activo para posibles usos futuros en aviones de reconocimiento a alta cota y larga duración (HALE).
 
 
Diseñado por Tecnologías avanzadas de Lockheed Martin, el ala volante X-56A será posteriormente volado por la NASA, y es una innovative Ala Volante modular diseñada para probar la supresión activa de flutter y el aligeramiento de cargas de ráfaga. Estas tecnologías son consideradas vitals para el exitoso desarrollo de alas esbeltas, ligeras con alta relación de aspecto que puedan ser utilizadas por futuros transportes y por UAVs de inteligencia, vigilancia y reconocimiento.
 
 
Antiguamente apodada Multi-Use Technology Testbed (MUTT), el UAV probará hasta el límite la envuelta de vuelo donde sucede el flutter.
 

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El último P-26 Pea-shooter que queda en vuelo [vídeo]

El único Boeing P-26 Pea Shooter que queda en vuelo surca los cielos al sur de California una vez al mes. Este vídeo es del evento de enero de 2012, la cámara está situada en la cola, dentro del flujo de la hélice, lo que no favorece la calidad de la grabación.
 
 
Es de especial interés observar y escuchar la forma que tiene el avión de arrancar. El Pea Shooter es arrancado a manivela. El motor es demasiado grande como para arrancar la hélice al tirón, como si de una vieja Jenny (Curtiss JN-1 Jenny) se tratara. Así pues se da vueltas a la manivela, que mueve un volante de inercia. En un momento dado este volante de inercia se embraga con el eje de la hélice y se arranca el motor.
 

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Incluso sin cola, el B-52 “Lo mejor que he volado”

No tail, no promlem
 
El 10 de Enero de 1964, comenzó como un día típico para el grupo de pruebas de vuelo en la planta de Boeing en Wichita. El piloto Chuck Fisher despegó en un B-52H con una tripulación de 3 hombres de Boeing, para obtener datos estructurales en una misión rutinaria.
 
 
Sobre Colorado, a 500 pies sobre el terreno montañoso, el B-52 se encontró con algo de turbulencias. Fisher trepó a 14,300 pies buscando aires más tranquilos. Aquí acaba el día típico. El bombardero volaba en turbulencia. Sintió como si el avión hubiera sido puesto en un ascensor gigante de alta velocidad, empujado arriba y abajo, y golpeado por un fuerte golpe en el lado derecho.
 
 
Fisher dijo a la tripulación que se preparase para abandonar el avión. Deceleró y bajó a unos 5000 pies para facilitar el salto.
 
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