Años 80, cuarenta millones de dólares y un diseño para «revolucionar» el transporte de carga aérea. Cuatro viejos Sikorsky H-34J y un dirigible ZPG-2W de la US Navy. La idea, la misma que en el Sky Hook, combinar la sustentación de los helicópteros con la del dirigible para lograr una aeronave con gran capacidad de carga y bajo coste, capaz de llegar a zonas inaccesibles y sin pistas preparadas.
Los cuatro Sikorsky fueron unidos al dirigible ZPG-2W por una estructura rígida sin el rotor de cola: el uso diferencial de los cuatro rotores proporcionaba el control del par antirrotación, así como control de cabeceo y alabeo, y la tracción para el vuelo en avance. Además el globo llevaba unas superficies de control tipo ruddervator (actúa a la vez como timón de profundidad y de dirección), aunque no funcionan en vuelo estacionario. Los cuatro helicópteros se controlaban por un solo piloto por control remoto desde la cabina del helicóptero trasero de babor.
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