Cuando en septiembre se habló de la patente de Boeing de avión de carga con contenedores desmontables estuve tentado de escribir una entrada, hablando de éste «nuevo» concepto y del XC-120. Pero pensé en esperar un poco, y ver si Airbus sacaba otra patente similar… y así ha sido.
Entrecomillo «nuevo» porque aunque en los medios aparezcan estas patentes como innovadoras, como el futuro de la aviación… la idea es vieja. Muy vieja. Ya dije alguna vez en este mismo blog que, como en la moda, cada cierto tiempo hay tendencias que reaparecen. Lo de los aviones no tripulados se lleva intentando desde que la aviación estaba en pañales, volverían en los años 30 y la IIGM y hasta nuestros días. Lo de los motores a reacción exactamente igual, desde que Coanda comenzara con ellos hasta que los ingleses y los alemanes los hicieran viables en plena IIGM. se tienen muchas veces las mismas ideas en sitios distintos en el espacio (y el tiempo) muchas veces sin conocer los trabajos de otras personas, como pasó con la cohetería, otra conclusión es que hay ideas útiles que no se pueden utilizar hasta que la ciencia no avanza lo suficiente como para dar herramientas de fabricación, de control o los materiales adecuados para lograrlo, otra que cuando una idea nos parece útil no nos rendimos hasta conseguirla… seguro que añadís algo más.
En esta ocasión toca el regreso de los aviones con un fuselaje desmontable, ya sea en forma de cabina de pasajeros o en forma de contenedor de carga.
Airbus nos presenta un avión con un fuselaje convencional y una cabina de carga desmontable. Eso sí, a diferencia de otras patentes similares, en lugar de ir suspendida bajo el fuselaje en esta ocasión la cabina va montada sobre él. Boeing nos presenta un avión con fuselaje rectangular, en el que encaja multitud de contenedores, me apostaría que del tipo estándar usado en los barcos y en los camiones. La idea es simple, del barco al camión, o de éstos al avión, en un proceso de carga rápido y que mantiene al avión parado en tierra el tiempo mínimo necesario: Aterrizar, soltar el/los contenedores y dejar que los operarios de tierra se encargan de ellos y recoger los nuevos contenedores en otro punto. Y es que no debemos perder de vista que los aviones están hechos para volar, no para esperar en tierra, y que por tanto dan dinero mientras estén en el aire transportando cosas o gente, y hacen gastar dinero mientras están en tierra parados. Así pues, poco tienen que ver éstas ideas, pues, con minimizar el tiempo de espera para los pasajeros o hacerles la vida más agradable, aunque nos lo vendan como tal. Esta idea de que el diseño es para favorecer alos pasajeros es como aquella otra de los aviones más «verdes», que deja nuestras conciencias más tranquilas, aunque la realidad sea más económica y se desarrollen para transportar la misma cantidad de carga (mismos ingresos) con menos combustible (menos gastos).
Empecé esta entrada diciendo que la idea no era nueva, y aún no os he presentado las otras ideas, como el XC-120 estadounidense, nacido como avión de transporte y cuyos fuselajes desmontables y modulares podían haberse configurado bien para transporte de mercancías o pasajeros bien como transporte de tropas, material militar, o incluso convertir el módulo completo en un barracón o un hospital de campaña y permitir asi despliegues rápidos no solo de material y tropa, si no también de alojamiento y apoyo médico. Tal vez era de este proyecto del que hablaban así en los 40 en Popular Science.
Pero buscando información sobre las nuevas patentes de Airbus y de Boeing he encontrado alguna patente anterior, de los años 50 y 60, y alguna otra propuesta más de avión con cabina de carga desmontable. La más antigua es alemana, de la compañía Fieseler.
Se trata de un avión de carga de ala alta, con un fuselaje plano en el que se acoplarían distintos compartimentos de carga, o incluso otras cargas externas, como fuselajes de otros aviones. Se probaron algunos contenedores externos en aviones de Fieseler y de Messerschmitt, lástima no haber encontrado imágenes de ello. Las patas del tren eran muy robustas, y no retráctiles (hacerlas tan largas y retráctiles hubieran añadido mucho peso, o tenido problemas por posible pandeo ante tomas duras), y la configuración de ruedas en tándem en el tren principal fue probada y utilizada en algunas Storch.
Más recientemente los estadounidenses y los rusos pensaron en transportes pesados basados en este concepto. Los primeros con el Boeing RD-1, un avión cisterna gigante, pensado para transportar crudo de las remotas áreas de Alaska a puertos mejor adaptados a los grandes petroleros o con buena conexión a grandes hubs derroviarios. El bicho hubiera tenido 4 veces la envergadura del 747 y hubiera llevado carga en el fuselaje y dos grandes contenedores desmontables en las alas. Los rusos lo presentaron en Le Bourget en 2003 (algunas fuentes consultadas dicen que ya habia una maqueta del mismo en Farnborough International Airshow de 1994) El Molniya 100 Heracles (y [-2-]). Se trata de un avión del tamaño del Antonov 225 y con seis motores, para asegurarse que podía operar al menos en los mismos aeropuertos que éste, con fuselajes gemelos y un gran contenedor central desmontable configurable para transporte 450 toneladas de carga o 1200 pasajeros
A veces el futuro de la aviación parece más bien cosa del pasado.