No se nos ha ocurrido otra forma mejor de dar las gracias a los bomberos forestales y a los pilotos apagafuegos. Y, aunque los fuegos se apagan desde el suelo, y se les ayuda desde el aire, al final el aerotrastorno y la espectacularidad del vuelo nos vence… No se nos ocurre otra forma mejor de desear no vivir más veranos como éste, llenos de incendios forestales. No se nos ocurre otra manera mejor de llamar la atención: Si a ellos les sale algo mal, no pueden volver a empezar sin más.