Hoy hacen 70 años que desaparecia Antoine Saint-Exupéry, aviador y escritor francés, sobre el Mediterráneo en su Lockheed F-5B, una de las versiones de fotoreconocimiento del P-38 Lightning. Universalmente conocido por El Principito, y otras cobras como Vuelo Nocturno (que a más de uno animó a ser aviador). Había volado en Africa, Europa, la Patagonia… sobrevivido a varios accidentes, y a la derrota de Francia volando el Marccel-Bloch MB 170 con su unidad GC II/33 (una de cuyas misiones de reconocimiento,le inspiraría una de las escenas descritas en su libro Piloto de Guerra, de hecho la descripción que hace en él sobre las trazadoras de los antiaéreos es de una belleza increible, que choca con la realidad de lo que está describiendo).
En 1944 volvería a pilotar aviones de reconocimiento, en este caso el Lockheed F5, de l’Armeé del Air de la Francia libre, 33e Escadre de Reconnaissance. Con 44 años, era el piloto más veterano de la unidad (y con casi toda seguridad tenía en su haber tantas horas de vuelo como todos sus compañeros juntos).
El 30 de julio de 1944, despego para realizar un vuelo de reconocimiento sobre la zona asignada, y nunca más se supo de él. Su desaparición fue todo un misterio, se le suponía derribado sobre el Mediterráneo, hasta que en 1998 un pescador encontrara la pulsera del piloto entre sus redes. En 2000 se localizó su avión, y en 2003 se recuperaron los restos. En 2004 se pudo confirmar, a ciencia cierta y gracias al número de serie del avión, que correspondía al que pilotaba Saint-Exupéry aquél aciago 31 de julio de1944.
En marzo de 2008 Horst Ripper, piloto de la Luftwaffe del JG200, desplegado en el 44 en la misma zona que el escritor, decía ser el autor del derribo. También confesó ser fan del aviador-escritor francésy haber sentido una gran vergüenza al saber que él había sido quien lo había derribado, y que por eso había mantenido el silencio durante décadas. Algunos dicen que el viejo piloto solo quería un minuto de gloria, otros que el JG200 no recoge en sus libros ningún derribo por parte de Ripper el día 31 de julio. Tal vez callara realmente y no diera parte de su derribo al oir en alguna radio que el excritor no regresaba. O no sea cierto el derribo. Lo cierto es que deja abiertas las puertas a conjeturas e hipótesis, y por eso muchos no consideran aún resuelto el misterio de la desaparición de Antoine Saint-Exupéry en 1944.
A comienzos de julio, en la base aérea de Cognac (base aérienne 709 de Cognac), donde está basado su antiguo escuadrón, que ahora vuela UAVs, se le homenajeó a comienzos de julio por el 70 aniversario de su desaparición [ 1 ] y [ 2 ].
El vuelo final de Saint Exupéry