El poder rescatar personas derribadas tras las líneas ha sido una de las grandes preocupaciones de los distintos ejércitos desde que existen los aviones. Y se ha hecho de muchas maneras, algunas más improvisadas que otras, como volver dos pilotos en un solo caza monoplaza, e incluso se han planteado aviones inflables o microhelicópteros. También ha sido de vital importancia el poder transportar espías e introducirlos de noche en un sitio desconocido, y por tanto peligroso para realizar el salto nocturno, ¡o incluso sin tener conocimientos de paracaidismo!. En otras ocasiones simplemente es necesario el poder disponer de un vuelo estafeta, un taxi para ir de una base aérea a otra, y no es posible (por economía, por logística…) disponer de un avión de combate y además otro de enlace. Por todos estos motivos y muchos otros similares, se ha intentado transportar personas ¡colgando bajo el ala, o sobre él!
La idea es muy sencilla, y en pricnipio brillante. Los aviones de combate pueden llevar en sus alas grandes cargas, básicamente bombas, misiles, o depósitos de combustible. Así pues, ¿por qué no intentar diseñar un depósito de combustible un poco más grande, en el que quepan personas -no claustrofóbicas- dentro? El avión ya está diseñado para llevar el peso de un pod con personas, que de hecho son menos pesados que algunas armas. Por otro lado, si el contenedor es suficientemente aerodinámico, las prestaciones del avión de combate no tienen por qué ser menores que las que tiene cargado de depósitos extra de combustible, como los que llevaba el 109 o el Zero cargando bajo su vientre, o el Mustang y el Harrier bajo sus alas. De hecho hacer algo más antierodinámico que los depósitos que llevaban los 110 ¡es imposible!Así que los ingenieros se han puest a ello en varias épocas…
Los rusos lo intentaron en los años 30 con un Polikarpob R-5, conocido en España durante la Guerra Civil Española como Rasante. La idea era colgar bajo el ala inferior del biplano compartimentos para paracaidistas, dos por cada compartimento. Como el ala quedaba así inutilizado y por tanto se perdía sustentación, se añadió otro ala bajo él. Cuatro compartimentos bajo cada semi-ala, 16 paracaidistas en total. Con el aumento de resistencia aerodinámica su velocidad bajaba de los algo más de 200 km/h a unos 130. No pasó de fase experimental, aunque parece ser que un R-5 con una modificación similar participó en el rescate de los tripulantes del Cheliuskin.
Un diseño algo más aerodinámico y cómodo para la persona transportada fue empleado con los Polikarpov Po-2/U-2, el biplano que igual servía para entrenar pilotos que para bombardear a los alemanes por la noche o en misiones médicas de evacuación (conocidas hoy como MEDEVAC). Son los contenedores Bakchayev o KSB
La Marina británica lo intentó con unos contenedores bastante antiestéticos en el Barracuda.
Y aunque el del Barracuda no fue utilziado operacionalmente, sí lo fue la «bolsa para hombres» del Spitfire. En este caso se trata de una especie de saco de dormir, transportada a la altura de los cañones Hispano de 20mm. Aparentemente no es muy cómoda, pero en el año 40, mejor ahí que quedar en la Francia ocupada.
Los británicos transportaron persona de una manera un poco más cómoda en la bahía de bombas del De Havilland Mosquito. Eran vuelos operados por la BOAC, y el más famoso cliente de este tipo de vuelos fue el físico nuclear Niels Bohr.
En el Pacífico los estadounidenses tuvieron su propìo modelo, un depósito de P-38 modificado para transportar personas. Algunos P-38 transportaron pasajeros en el Pacífico bajo sus alas. Básicamente usaban el soporte sub-alar para los depósitos de combustibles lanzables para llevar un pod con una persona dentro. El problema es que estos pods no siempre tenían ventanas. Uno de los que tuvo que usarlo en el Pacífico dijo que el diseñador debería ser castigado a usarlos.
Los alemanes probaron también pods de transporte personal, como este del Stuka, ¡pero al menos tenían ventanas!. Fue probado en un Ju-87D-3. Cada contenedor podía transportar dos personas sentadas una detrás de otra (en tándem), y podía ser lanzado en vuelo, en un picado suave, aunque parece ser que nunca llegó a probarse. Como tampoco llegó ausarse de forma operativa el contenedor, pues era mucho más sencillo cargar un planeador DFS 230 y remolcarlo con el Stuka o cualquier otro avión que estuviera disponible.
Sin embargo no todos los contenedores para transporte de personas alemanes fueron tan cómodos como el del Stuka. Durante el desarrollo de unos depósitos lanzables de 300 litros de combustible para el Bf 109, que debían ser tranportados sobre el ala, al estilo de los actuales Conformal Fuel Tank, se pensó que los resultados obtenidos para el depósito eran extrapolables a contenedores para transporte de personas. Los depósitos/contenedores restaban unos 20km/h a la velocidad de crucero del avión. Fueron probados en el 43 sobre un Emil y sobre un Gustav, pero no se construyeron en serie.
2: Tres Paracaídas; 3: cubierta de aluminio aerodinámica; 5: capsula de contrachapado; 6: equipo; 7: amortiguador
Un diseño que sí utilizaron de forma operativa fue el personen abwurf gerat. Eran contenedores aerodinámicos de contrachapado, para tres personas. En la parte superior iban alojados varios paracaídas, y en la inferior el equipo de las personas que viajaban dentro, así como algo de relleno para amortiguar el golpe del aterrizaje.Su uso tenía varias ventajas. De todos es sabido que los lanzamientos en paracaídas de personal y equipo causa una gran dispersión, y que en ocasiones el equipo se pierda y no sea encontrado. Al ir todo encapsulado se eliminaban estos problemas. Por otro lado, podía ser empleado con personas sin preparación paracaidista, y simplificar los aterrizajes nocturnos en zonas desconocidas. Fueron empleados por el KG.200.
Y si alguno pensaba que estas «doncellas de hierro volantes» habían dejado de existir en los años 40 se equivoca del todo. El intento más moderno que hemos encontrado de transportar personas colgando bajo el soporte de municiones lanzables es el EXINT, un desarrollo británico de los años 90. En teoría fue desarrollado para el Harrier y para el Apache, y parece que el Cobra israelí aun está certificado para utilizarlo. El Exint no se ha usado de forma operativa, que sepamos.
Todos estos sistemas tienen grandes problemas, de comodidad y ergonomía, de seguridad, ruidos… ¡por no hablar de lo fuerte que debe ser en ellos el síndrome de la clase turista! Sin embargo el que hayan sido inventados dejan claro que sistemas de inserción y extracción de personas son necesarios, y seguro que veremos más desarrollos que nos dejarán con la boca abierta.
Fuentes: