Siempre hay gente que ama tanto su profesión que le cuesta retirarse. Todos hemos oído hablar o visto a profesores o ingenieros que retrasan su edad de jubilación todo lo que pueden. Como ha hecho Doug Gregory, piloto británico de 90 años, que cuelga el traje de vuelo de piloto acrobático.
El piloto británico tuvo contacto por primera vez a los 3 años y su sueño fue ser piloto. Intentó unirse a la RAF sin éxito antes de los 18 años, y finalmente ingresó con 18.Voló en la IIGM sesenta y siete misiones como piloto de Mosquito. Tras sufrir una hemorragia cerebral en 1947 le dijeron que no podría volver a volar. Y no volvió a volar… como piloto comercial, siguió hanciéndolo como afición.
En los años 80, entre el 84 y el 87, construyó una réplica del scout SE5 de la Primera Guerra Mundial, al que el piloto define como un avión maravilloso para hacer acrobacia.
Doug se retira del mundo acrobático por la dificultad que le supone subirse al avión, dice. «Dejaré de volar cuando muera, será lo único que me detenga», añade. «Volar ha sido lo que más me ha gustado durante toda mi vida, especialmente acrobacias. No he hecho otro tipo de deporte. Volar es suficiente para mantenerme en marcha»
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