En 2013 os anunciamos que el F-16 iba a convertirse en un avión no tripulado, y que se le entregaría a la USAF a partir de 2015. Ahora, gracias a DefenseNews, hemos conocido algunos de los «juegos» que se ha traído la USAF entre manos con estos aviones: Vuelos en formación con aeronaves tripuladas. En el F-16 no tripulado iba un piloto de seguridad, por si las moscas.
Que un avión no tripulado vuele en formación con otro avión no tripulado no es nuevo, de hecho ya el año pasado un X-47 repostó de forma autónoma de un avión cisterna [y vídeo], lo cual requiere un vuelo en formación cerrada y autónomo. Sin embargo es interesante hacer una lectura conjunta de este vuelo, un caza no tripulado en formación cerrada con un caza tripulado, con la doctrina de «punto fiel» recogida en United States Air ForceUnmanned Aircraft Systems Flight Plan2009-2047. Básicamente consise en formaciones en las que tan solo el líder es humano, que es el que toma las decisiones en última instancia, acompañado de una serie de puntos fieles no tripulados, que se encargarían de atacar los objetivos aéreos o terrestres que él designara. Interesante sistema si tenemos en cuenta que el A-10 es otro de los aviones que puede ser convertido en no tripulado.
Teniendo en cuenta la alta disponibilidad de aeronaves de generaciones 4, 4+, 4++… y la escasa producción de cazas de 5ª generación, junto con la crónica reducción de dinero para nuevos proyectos de defensa, cuyos presupuestos son cada vez más ajustados, tal vez el convertir los aparatos más antiguos en capaces aviones no tripulados al mando de un líder humano en un avión superior sea una buena solución intermedia hasta la llegada de los aviones de 6ª generación, que es lo que parece que el secretario de la USAF Michael W. Wynne ha venido a llamar Manada de Lobos.